“El movimiento cantonal hizo un daño enorme a la I República”, aseguró José Calvo Poyato (Cabra, 1951), doctor en Historia Moderna y escritor, durante la presentación de “El año de la República” (Harper Collins), una novela histórica cuya trama arranca el 10 de febrero de 1873, un día antes de la proclamación por las Cortes de la I República, vigente hasta el 29 de diciembre de 1874, cuando el pronunciamiento del general Martínez Campos da lugar a la restauración de la monarquía borbónica.

Según el historiador y novelista, otro factor que la hizo fracasar fueron las diferencias entre los republicanos sobre cómo tenía que ser este modelo de gobierno y su falta de apoyo popular. “Uno de sus grandes problemas fue su escasa base social”, comentó el invitado del Club FARO, que fue presentado por la catedrática de Historia Rosa Pascual.

Durante su intervención, el historiador fue desgranando los acontecimientos más relevantes de este periodo, marcado por tres guerras –la tercera carlista, la de los Diez Años en Cuba y la sublevación cantonal–; describió el ambiente social y cultural, retratado en la novela a través de sus cafés y restaurantes, la gastronomía y las costumbres; contó alguna anécdota, y subrayó la coherencia y la gran oratoria de los políticos de la época, algo que no ve, dijo, en los actuales. “Los discursos de figuras como Castelar y Salmerón, recogidos en el diario de sesiones del Congreso, son impresionantes. Puedes estar de acuerdo o no con sus planteamientos, pero nadie puede negar que son discursos con sentido de estado”, afirmó en su ponencia en el MARCO de Vigo.

El lector descubre este periodo a través del relato en primera persona del periodista Fernando Besora, personaje que ya protagonizó “Sangre en la calle del Turco” (2011). “Como director del diario “La Iberia” podía estar en distintos escenarios que me interesaban para poder contar los acontecimientos históricos”, explicó. Besora tiene acceso a información de toda índole a través de los redactores del periódico, asiste a los debates en el Congreso y conoce qué opina la calle a través de las tertulias del café Suizo, donde se reúnen personalidades de distintos ámbitos, como Benito Pérez Galdós, que en ese 1873 escribe sus cuatro primeros “Episodios Nacionales”, y Juan Varela, inmerso en su gran obra, “Pepita Jiménez”. Los dos literatos, que no necesariamente tuvieron que haber participado en esta tertulia, matizó Calvo Poyato, le sirven no solo para introducir el ambiente cultural y literario de la época, sino también para expresar cómo se veía desde fuera la vida política.

El historiador recordó que, en solo once meses, la República tuvo cuatro presidentes y que en ese intervalo, la idea de restaurar la monarquía que defendía Cánovas del Castillo, desoída en un primer momento, fue cobrando fuerza hasta hacerse realidad. “Acercarse al poder está en la condición humana. No hay nada más triste que estar en una noche electoral en la sede de un partido que ha perdido y al revés, no hay nada más alegre que estar en la del ganador”, dijo.

Calvo Poyato entremezcla el rigor histórico con una trama detectivesca, protagonizada por Besora, que el día anterior a la proclamación de la República, se debate entre publicar o no la abdicación del rey Amadeo de Saboya, que ya en otras ocasiones ha presentado su renuncia al trono sin que haya sido aceptada por las Cortes. Mientras sopesa esta noticia, el periodista recibe el encargo de investigar la desaparición de unos valiosos libros de la Biblioteca Nacional. Sus pesquisas introducirán al lector en el mundo del contrabando de obras de arte. “En aquella época se desata en Europa la bibliofilia, un amor desmesurado por los libros que hace que los coleccionistas paguen sumas fabulosas por ejemplares raros, únicos o curiosos”, dijo.

Esta trama ficticia le permite también mantener el interés del lector con una trama cuyo final no conoce. “Escribir novela histórica no es fácil porque no se pueden alterar los hechos, por lo que ya se sabe cómo va a acabar. Por eso, siempre introduzco una trama que, siendo verisímil, no se sepa cómo va a acabar y mantenga la tensión”, explicó.

Fernando Besora regresa para adentrar al lector en los días convulsos de la I República

El periodista del diario “La Iberia” Fernando Besora contó a los lectores de “Sangre en la calle del Turco” los entresijos que llevaron al asesinato del general Prim. Entonces era becario. Ahora, convertido en director, este personaje se adentra en la I República, un periodo breve pero intenso marcado por la guerra de los Diez Años cubana, la tercera guerra carlista y la sublevación cantonal, que tiene su epicentro en Cartagena. A lo largo de las páginas de “El año de la República” se pasean personajes como Galdós, Varela, Zorrilla, Mesonero Romanos, Casado del Alisal, Cánovas del Castillo y Morayta, reunidos al calor de la tertulia del café Suizo, mientras se desgranan las costumbres de la España decimonónica.

En el Congreso de los Diputados, Besora será testigo de encendidos debates, magníficos discursos y situaciones pintorescas en las que participan personalidades como Pi y Margall, Castelar, Figueras y Salmerón.

Como en el caso de “Sangre en la calle del Turco”, José Calvo Poyato opta de nuevo por la primera persona para narrar esta historia, que aúna el rigor histórico con la intriga detectivesca, ya que su protagonista tendrá que investigar la desaparición de unos valiosos libros de la Biblioteca Nacional, que le llevarán tras la pista de una enigmática mujer relacionada con un individuo que ha aparecido colgado en un desván de calle de la Luna.