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Las 7 maravillas gallegas que hay que visitar... antes de que desaparezcan

Hispania Nostra llama la atención sobre monumentos que nuestros hijos “tal vez ya no verán” | Entre ellos, el Colegio de Camposancos y la Casa rectoral de San Martiño de Borela, en ruinas y desprotegidos

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Los siete maravillas gallegas que nuestros hijos tal vez ya no verán

El Colegio de los Jesuitas de Camposancos, en A Guarda; la casa rectoral de San Martiño de Borela, en Cerdedo-Cotobade; y la Casa Becerra, en Vilagarcía, figuran entre los siete monumentos de Galicia que Hispania Nostra destaca como patrimonio cultural olvidado, abandonado o destruido, que corre incluso peligro de desaparecer.

Esta asociación sin ánimo de lucro, dedicada desde 1976 a la puesta en valor y salvaguarda del patrimonio cultural, elabora desde 2007 una “Lista Roja” de patrimonio amenazado que ahora integran 1.161 elementos de toda España. Parte de ellos han sido incluidos en el libro “101 monumentos que tus hijos (tal vez) ya no verán” (Alhenamedia), una guía para recorrer nuestro país a través de sus monumentos en riesgo de desaparición, y realizada por la historiadora del arte Raquel Álvarez, delegada de Hispania Nostra en la Comunidad Valenciana. Su propósito, dice la autora, es “educar a la sociedad” y que el visitante, cuando contemple estos elementos, “aprenda a valorar esas cuatro piedras y no digan ‘eso está fatal y no vale nada’, para que sean conscientes de que es parte de su patrimonio más cercano”.

En el volumen se incluyen lugares de las 17 comunidades autónomas. Las “siete maravillas” gallegas incluyen, además de las tres citadas en la provincia de Pontevedra, otras tres en la de A Coruña (Parque do Pasatempo de Betanzos, Sanatorio de Cesuras y Monasterio de Santa María de Monfero) y una en Lugo, la Torre de los Moreno de Ribadeo. En la guía se detalla el nivel de protección y el estado de cada uno de los elementos. Tanto el Colegio Santiago Apóstol de los Jesuitas de Camposancos, como la casa rectoral de San Martiño de Borela y el Sanatorio de Cesuras están en ruina y totalmente desprotegidos.

Colegio de los Jesuitas de Camposancos

Colegio Jesuitas de Camposancos FdV

Su historia se remonta a 1875, cuando comenzó la negociación por la casa con finca del señor Domingo Español, que fue adquirida por los jesuitas por 12.000 pesos. Con el tiempo se fue ampliando, y solo sus tres patios ocupan 2.300 metros cuadrados. Con la Guerra Civil, la actividad docente cesó y pasó a convertirse en campo de concentración. Tras la contienda, fue la sede del Tribunal Militar, y en su salón de actos se celebraban los consejos de guerra, al tiempo que se retomaban las clases. La prisión cerró sus puertas en 1941 y el colegio cesó su actividad en 1959.

La experta de Hispania Nostra destaca que “la desidia de las administraciones y el desinterés de la propiedad” han condenado a este conjunto a un “absoluto abandono”: “La estructura está muy dañada y algunas vigas se han caído. Se observan derrumbes de cubiertas y otras están inestables (...) Y en algunos espacios interiores hay escombros y basura”, apunta.

Casa rectoral de San Martiño de Borela

Casa rectoral de San Martiño de Borela Creative Commons

La casa donde residía el párroco de la iglesia parroquial de San Martiño de Borela, en Cerdedo-Cotobade, está completamente desprotegida y en ruina. Fue construida durante el siglo XVIII y se encuentra junto a la iglesia barroca edificada sobre el primitivo templo románico. Junto a estos dos edificios también se conserva el cruceiro. No muy lejos se encuentra el puente medieval de Borela.

“Presenta daños importantes por la profusa vegetación que la invade y existe un gran riesgo de derrumbes y hundimientos –evalúa la experta–. Desde el año 2015, cuando pasó a formar parte de la Lista Roja de Hispania Nostra, su deterioro ha ido en aumento. Las administraciones públicas no parecen haber tomado conciencia del valor histórico artístico de este edificio”, lamenta.

Casa Becerra

Casa Becerra Iñaki Abella

Se trata de una residencia de verano edificada en Vilagarcía para doña Becerra Malvar en 1939. Diseñada por el arquitecto pontevedrés Juan Argenti Navajas, tiene un “estilo racionalista a base de líneas puras y cúbicas”, señala Raquel Álvarez.

Su estado es bueno, pero corre peligro por la propuesta de descatalogación como edificio protegido, lo que permitiría su derribo para la construcción de un hotel.

Parque Enciclopédico do Pasatempo

Parque do Pasatempo FdV

Este espacio de Betanzos responde a la idea de Juan María García Naveira, un indiano llegado de Argentina que quería dar a conocer la historia del mundo. Las obras comenzaron en 1893 y finalizaron en 1914, aunque Naveira continuó añadiendo elementos hasta su muerte, en 1933.

Ahí comenzó la decadencia del parque, que posee “unas características patrimoniales únicas a nivel mundial”, señala la historiadora de Hispania Nostra. En agosto pasado fue declarado Bien de Interés Cultural y actualmente está cerrado por rehabilitación.

Sanatorio de Cesuras

Sanatorio de Cesuras Fran Martínez

El conocido arquitecto Rafael González Villar diseñó este sanatorio para enfermos de tuberculosis. Fue construido entre 1922 y 1933 en un lugar frondoso, lleno de pinos y eucaliptos, pensado para que los pacientes respirasen aire puro. La Guerra Civil truncó el proyecto, que quedó inconcluso. El Concello de Cesuras –desde 2013, fusionado con Oza dos Ríos– se hizo con su propiedad en 1973.

Hace nueve años, con la fusión municipal, se planteó su reconversión como centro de día y geriátrico, que no se concretó. Y hace un año se anunció que la Xunta, junto con la Axencia de Turismo de Galicia y el Concello de Oza-Cesuras, habían realizado un convenio para su recuperación y puesta en valor para uso turístico cultural. “Pero no se sabe nada más –lamenta la historiadora del arte–. Ojalá sea cierto y por fin se recupere este bien de características tan singulares del patrimonio gallego”.

Monasterio de Santa María de Monfero

Monasterio de Santa María

Monasterio de Santa María FdV

Este edificio del siglo XII fue, según la publicación de Hispania Nostra, “uno de los monasterios más poderosos de Galicia y uno de los más prósperos”. Fue habitado por los monjes benedictinos, que en 1147 se pasaron a la Orden del Císter. Gozó de fama gracias a la caligrafía y al arte de sus escribanos, y en el siglo XVII fue objeto de remodelación, al derribarse la antigua iglesia para edificar una nueva. Fue declarado Monumento Histórico Artístico en 1931.

“La iglesia se encuentra actualmente en buen estado porque se ha realizado alguna restauración –explica la experta de Hispania Nostra–. El resto de dependencias del monasterio están en estado de abandono y muy deterioradas”. La asociación destaca que el conjunto monástico goza de la “máxima protección”, y que hay una resolución de 2006 con la autorización para convertirlo en un hotel de lujo, proyecto que la crisis truncó.

Torre de los Moreno

Torre dos Moreno de Ribadeo FdV

Este peculiar edificio impulsado por indianos en Ribadeo se halla en estado de abandono, especialmente la estructura, pero está protegido por su declaración de Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento (1997). “Lo último que sabemos es que en 2019 una empresa especializada en restauración de edificios singulares adquirió el 60 % del inmueble, y el 21% que tenía en propiedad el Concello. El 19% restante no se sabe a quién pertenece”, señala Raquel Álvarez.

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