“El geniotipo es el tipo de genio que hay dentro de ti. Todo ser humano es un genio en algo, el reto es saber cuál es tu talento”, destacó ayer Tony Estruch, en la presentación de su libro “Geniotipo” (Diana) en Club FARO, que cuenta con el apoyo del Concello de Vigo y la Deputación de Pontevedra.
Presentado por el actor y comunicador Alfonso Rivera, Estruch añadió que nuestro fin en la vida “es intentar comprender qué tipo de genio somos”.
Reconoció que la mayoría de la población desconoce cuál es su geniotipo. La media en la sociedad es que desconozcan su talento el 10 por ciento.
El alto porcentaje de personas que desconocen su talento se debe, reflexionó, a que “estamos sometidos a un sistema educa-castrador” que solo busca incorporarnos “al mercado laboral para que demos lo que se espera de nosotros, da igual que seas feliz o no, lo importante es que seas productivo. Básicamente, el sistema educativo está basado en la lengua y las matemáticas. Eso no tiene que ver con la emoción y el talento”.
Aclaró que la personalidad no se puede medir científicamente pero sí el talento y las capacidades neuronales creativas, sí. De ahí, que haya desarrollado en su libro un test para conocer qué tipo de talento tiene la persona.
Recalcó que “da igual la personalidad que tengas”, de ella no va a depender tu talento. “Con el talento se nace, la personalidad se hace”, resumió.
Para entenderlo mejor, detalló que el talento es la suma de habilidades, capacidades creativas y cognitivas más las perceptivo-motrices. “Nazco con eso pero luego se me puede capacitar. Yo puedo tener la habilidad para la música pero no tengo capacidad para cantar. Ahora bien, se me puede capacitar para esto último, por lo que es posible que mi propósito de vida no sea el cantar. La gracia de todo esto es entender mi talento innato de forma natural”, explicó.
El conferenciante recordó que en su caso había creído desde la infancia, porque así se le había hecho creer en su familia, que iba a ser una estrella de la canción. A los 30 años se vio arruinado y tuvo que regresar al domicilio materno con 30 euros en el bolsillo. Lejos de frustrarse, optó por estudiar casos de gente a la que le había pasado como a él, que habían fracasado para después remontar y brillar. Analizando los casos percibió cuál había sido su gran baza: descubrir su talento y seguirlo.
Actualmente, se dedica a la música pero aplicándola para ayudar a la gente a encontrar su geniotipo. Con un equipo de expertos, además, ha empezado a impartir una asignatura donde lo aplica en un colegio de Barcelona. La materia tiene por nombre “Talento y educación emocional” y que tiene como fin ayudar a los escolares a educar su talento.
Para el conferenciante, “la lógica no existe, llegamos al talento a través del corazón”. Es decir, para descubrirlo, entra en juego la pasión. Al respecto, aclaró que “si no sabes la diferencia entre pensar y sentir no llegarás al propósito de tu vida. Puedes tener muchas habilidades pero propósito de vida solo hay uno”.
Además Tony Estruch indicó que “es imposible que te quieras a ti mismo si no sabes lo que quieres dar. Solo serás una persona segura cuando sepas qué viniste a hacer” a este mundo.
La importancia del talento para Estruch es total ya que él defiende que de él “nace la autoestima” pero también “el amor a los demás” al tiempo que te aleja de los miedos.
Además, reiteró la necesidad de vivir el presente ya que nuestro cerebro está diseñado para vivirlo. “Sin embargo nos enseñan a vivir el pasado y futuro”.
Respecto a cómo dar con nuestro talento, aconsejó que nos observemos y veamos qué es lo que nos apasiona, qué es con lo que perdemos la noción del tiempo cuando lo hacemos. Eso debe hacerte sentir en paz, sin exigencias. No obstante, para quien lo vea difícil, su libro ofrece varios test y un código QR para mediante preguntas dar con nuestro geniotipo.
La clave: conocer los nueve geniotipos
Si no conocen cuál es su talento innato, no se inquieten, el libro “Geniotipo” de Tony Estruch –que ya va por su segunda edición– da claves para encontrarlo siempre defendiendo la base científica, según resalta su autor.
Para ello, explica que hay nueve geniotipos:
- El primero es infinito, cuyo propósito es educar y mostrar nuevos caminos, propio del sabio, instructor, filósofo, profesor o rector. El infinito no se cansa nunca de aprender y compartirlo con los demás.
- El segundo es cuadrado, caracterizado por ser muy mental y de ideas fijas, propio del gestor, contable, funcionario, economista, juez, militar, abogado o policía.
- El tercero es elipse, reservado para el creador de sueños que encarna el nacimiento y expansión de la creatividad artística con un perfil bello pero complejo de vivir.
- El número cuatro es triángulo, reservado para el arte de la venta y la empatía que se dan en agentes comerciales, jefe de marketing, mánager, orador motivacional o políticos.
- El cinco es el círculo, de amor incondicional para cooperantes, sanitarios o líderes espirituales.
- El seis es el rectángulo (esfuerzo y constancia para trabajadores con rigor que reciben órdenes para tareas repetitivas).
- El siete es el pentágono para cuidar y sanar (cirujanos, científicos, astronautas).
- El ocho, rombo, abraza lo trascendente y su potencial reside en el corazón para comprender los rincones más oscuros del alma humana, percibe lo que hay más allá de lo visible.
- El nueve es estella, para el talento superlativo, de altas capacidades.