Los expertos recomiendan modificar los horarios de las comidas poco a poco y los horarios de sueño ante el próximo cambio horario, que tendrá lugar el próximo 30 de octubre, cuando a las 3.00 horas de la madrugada serán las 2.00 horas.

Este cambio de la hora puede provocar algunos desajustes en nuestro organismo, como la alteración de nuestras rutinas de sueño, o la aparición de fatiga. El cambio de hora afecta más a nuestra salud de lo que nos parece, según apuntan los médicos, ya que debemos adaptarnos a un nuevo horario y por lo tanto nuestro ritmo biológico tiene que ajustarse nuevamente.

¿Qué le pasa a nuestro cuerpo durante los primeros días del cambio horario? Principalmente que la adaptación nos cuesta y aparece mucho más la somnolencia. Como consecuencia hace que estemos más irritables, cansados, de mal humor, inquietos o con ansiedad.

Consejos para sobrellevar el cambio horario

Para combatir todas las consecuencias que nos trae el cambio horario podemos remediar el mal cuerpo y las sensaciones negativas de los primeros días realizando actividades más relajantes, como la meditación o el yoga. Incluso una semana antes del cambio de hora podemos adelantar las comidas: primero, un cuarto de hora antes, luego media hora y final mente, tres cuartos de hora, con la finalidad de llegar más adaptados.

Asimismo, con el cambio de horario, debemos acostarnos un poco antes de lo normal los días previos para "tener sueño por la noche" y eludir las siestas y las bebidas estimulantes dos horas antes de ir a dormir. También tenemos que evitar utilizar dispositivos tecnológicos antes de acostarnos para no estimular al cerebro.

Pese a todas estos cambios que experimentamos para nuestra salud el horario de invierno es el más saludable porque estamos más sincronizados con la salida de la luz solar y el inicio de nuestra jornada laboral. Por lo tanto, nuestro ritmo biológico se adapta mejor y el ciclo de sueño-vigilia es más natural que en verano.