“Siempre supo que iba a suceder. No sabía cómo ni tampoco cuándo, pero sabía que el mal vivía en la niebla y se alimentaba del pueblo”. Es el arranque de “La conjura de la niebla”, de la escritora compostelana Ángela Banzas (Suma de Letras), quien el pasado año firmó para la literatura gallega su primera novela, “El silencio de las olas”. En esta ocasión, apuesta por un thriller. Una joven desaparece del pueblo costero gallego Illa de Cruces, en la ría de Arousa. La jueza encargada del caso, Elena Casáis, comenzará a investigar para encontrar conexión con la desaparición también años atrás de su tía.

–¿Cuál fue el hilo del que empezó a tirar para esta historia?

–La chispa fueron las historias que se contaban en casas gallegas mezclando leyenda y supersticiones y que se fueron introduciendo en el día a día de la gente. A los niños, se les asustaba con la Santa Compaña para animarlos a cenar: “Cómetelo que viene la Santa Compaña”, decían. En la ría de Arousa y otras zonas, cuando se iba la luz para hacer las descargas (del contrabando de tabaco o droga) se veían pasar las luces de linternas. Eso fue lo que me dio pie para imaginar todo. Además, soy una enamorada de la Illa de Arousa. En el libro, Illa de Cruces es ficticia, al igual que lo que ocurre.

–¿Cuál es el desarrollo psicológico para el personaje de la jueza y la chica desaparecida (Paulina)?

–Elena Casáis va a llevar el caso de Paulina y eso va a llevarle a relacionarlo con la desaparición de su tía 30 años atrás. Elena ha sido criada en una casa con silencios medidos y desmedidos. Las paredes guardaban secretos y eso pesaba en el alma de las mujeres. Ella crece sin saber muy bien qué pasa en su casa. Su abuela y su madre ejercen sobre ella una sobreprotección que la ahoga, pero ahora se ha convertido en la cuidadora. Eso marca su carácter, tiene mucho. Por su parte, Paulina representa a una adolescente de una casa pobre, con poca perspectiva de futuro. Representa a esos jóvenes de 15 o 16 años en los pueblos donde no hay trabajo y que quedan a expensas de los poderosos que pueden abusar de ellos por su situación desfavorable.

–¿Realmente cree en el determinismo social? ¿Nacer en clase desfavorable te condena sí o sí?

–No creo en eso pero sí digo que la situación de partida condiciona aunque no determina. Es una realidad que no podemos obviar. Siempre hay alguna posibilidad y hay que jugar con ella.

Ángela Banzas, ayer en la zona vieja compostelana. Xoán Álvarez

–La lluvia, niebla o viento son un personaje más de la novela.

–Por supuesto, no podía ser de otra forma. Todos esos elementos condicionan. La forma de ser de la gente del mar que tiene que enfrentarse a su dureza, hace que sea una gente más brava. Contribuye a potenciar los sentimientos y emociones que quieres despertar en el lector. El clima incide en la forma de ser de la gente.

–¿Qué encuentra usted en la escritura?

–Escribo desde siempre. Era una forma de escape, de moldear el mundo que a veces no entiendes o no quieres comprender. Encuentro mucho placer en la escritura.

–¿Y por qué thriller?

–A mí, me encanta y estamos en un momento dulce para el thriller y como escritora intento dar a la gente lo que le gusta pero con mi estilo. Entretener es muy complicado, como aburras a alguien, cierran el libro.

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–¿Sigue trabajando como consultora?

–No, me dedico solo a la escritura. Me siento privilegiada, créeme. A lo mejor en dos años estoy en la consultoría o plantando tomates pero esto ya nadie me lo podrá quitar.