En el estadio de Balaídos se trabaja a destajo para que el próximo jueves, día 8, todo esté listo. Levantan el montaje de Muse, uno de los shows musicales más espectaculares que pueden verse en el mundo, en la liga de monstruos del rock de estadios como AC/DC, U2 y Coldplay. Los autores de “Supermassive Black Hole” actuarán en un escenario supermasivo cuyos detalles desvelará hoy la delegada de la Xunta en Vigo, Marta Fernández-Tapias. Y no parece que la meteorología vaya a malograr la recuperación del coliseo celeste para los grandes conciertos después de 21 años: las previsiones meteorológicas indican que al huracán “Danielle” no se le espera ni por asomo y que incluso las lluvias previstas para esta semana darán un respiro.
Buena parte del césped –que será reemplazado tras el concierto– está ya cubierto, y tras la grada de Marcador del Abanca Balaídos, que está obras, se ha instalado ya la incipiente estructura del escenario. Los trabajos empezaron el pasado sábado, tras la celebración del partido Celta-Cádiz. Así, el estadio municipal vigués volverá a acoger un gran concierto multitudinario. No lo hacía desde 2001, con Alejandro Sanz, y antes pasaron por él grandes como los Rolling Stones (1998), Dire Straits (1992) y Madonna (1990); y estuvo a punto de hacerlo U2 (2010), cuyo concierto migró a Coimbra.
En la era de YouTube y de los móviles con grabación de vídeo poco queda a la sorpresa, y los más curiosos ya saben que la actual gira de Muse incluye en sus conciertos fuego, llamaradas y pirotecnia, entre otros elementos espectaculares. En España se ha visto en festivales, pero el de Vigo será un concierto completo, lo que implica un repertorio más largo y un escenario con todos los extras.
Matt Bellamy (voz principal, guitarra y teclados), Chris Wolstenholme (bajo y coros) y Dominic Howard (batería) llevan 28 años como banda y han sabido patentar un rock alternativo que bebe tanto de los guitarrazos metaleros como de los giros operísticos a lo Queen, combinando un sonido duro con melodías pegadizas propias del pop (“Starlight” es el ejemplo más obvio). Cuando el rock está de capa caída y caen las ventas de guitarras en todo el mundo, los encargados de las cuerdas, Bellamy y Wolstenholme, han sabido mantener la relevancia de Muse gracias a un sonido moderno, excitante e inconfundible, gracias a innovaciones electrónicas como las guitarras Manson con efectos (fuzz, whammy) e incluso teclados incorporados.
El periodista de Prensa Ibérica –grupo al que pertenece FARO– Jorge Fauró, que los vio el pasado 8 de julio en el Mad Cool, habla maravillas del show, pese a las limitaciones del formato festival. Los conciertos de la gira “Will of the people” son como adentrarse en un parque temático –destaca–. El espectáculo comienza con la pieza del mismo nombre, con los tres miembros sobre un escenario coronado por un enorme soporte en llamas cuyo fuego reproduce las letras de la canción, WOP, y los laterales escupiendo llamaradas que provocan los primeros ‘ohhhh’ de la concurrencia”.
El efecto especial que nadie quiere ver el próximo jueves es el huracán “Danielle”. Se ha especulado con su llegada a Galicia, siquiera como potente borrasca, pero no nunca sería antes del viernes día 9. En cualquier caso, el meteorólogo de la AEMET Juan Jesús González Alemán, el que primero avisó sobre este fenómeno, apuntó ayer que, salvo que haya variaciones de última hora, se puede empezar a pensar que el inusual ciclón atlántico “no representará ninguna amenaza –ni en forma de ciclón tropical ni de borrasca– a la península ibérica”.
El pronóstico a tres días vista está sujeto a una alta incertidumbre, pero ayer tarde Meteogalicia señalaba para el jueves que, aunque habrá más nubes por la mañana y más lluvia hacia el oeste, se abrirán claros durante la tarde. Esto permitiría disfrutar de Killer Barbies, Years&Years y Muse sin lluvia, y con una temperatura que no bajaría de los 18 grados.
Entretanto, se espera el anuncio inminente de la puesta a la venta de al menos otras 2.400 entradas, todas de pista, tras agotarse en horas las 15.000 iniciales. El precio sería el mismo de las de césped ya agotadas: 73 euros, un desembolso nada exagerado si tenemos en cuenta la magnitud del montaje y lo que exigen otros artistas con mucha menos parafernalia.
