Vencer en el EGO de la Semana de la Moda de Madrid tres veces, en la pasarela reservada para los talentos emergentes, no es ni cosa de encantamiento ni meta fácil. Sin embargo el gallego Gabriel Nogueiras consiguió el triplete y con su último éxito logró el billete para viajar a la Fashion Week de Praga. Allí, este fin de semana, hizo realidad su sueño: dar un pasito más para la internacionalización de su firma, Rubearth. Al mismo tiempo, la moda gallega enarboló su bandera.

En un parque de skate, más de 20 estilismos mostró en los que el colorido se combinó con rayas blancas y negras, patas de gallos de colores en jersey de punto confeccionado en Galicia pero con un guiño de ojos a la selva colombiana y venezolana y sus habitantes indígenas.

Gabriel Nogueiras, tras rematar el desfile. Fashion week Praga

La colección mostrada en Praga es prácticamente la misma que la última que desfiló en Madrid. Sí hubo algunos estilismos a mayores. Con ellos, quiso reflexinar sobre el desarraigo, que él mismo vivió cuando dejó su Venezuela natal para mudarse con su familia a Galicia.

Gabriel Nogueiras, tras el desfile. F.W.P.

Tras años de desconexión con su primer mundo, en los últimos tiempos decidió volver a los orígenes, buscarse en ellos, para lo que preparó una colección en la que homenajea la creación indígena. De hecho, contactó con creadoras y tejedoras wayú, nativos de Colombia, para que le confeccionasen bolsos y gorritos que ahora vende en su web.

A diferencia de las intenciones habidas en Madrid, para Praga Rubearth ha querido mostrar que su ropa sí es ponible sin lugar a dudas, para lo que ha jugado mucho con las superposiciones de prendas que tanto se pueden llevar en el invierno de aquí como en el frío del este europeo.

Estilismo de Rubearth ARTUR KOFF KULIKOV

Gabriel Nogueira, ahora con un pie en Pontevedra y otro en Barcelona donde espera crecer con su marca, prosigue con su maquinaria de la moda, lento y firme para llenar de color y formas los armarios, siempre con la calidad como referencia. Una ojeada a su web y a las fotos de la colección lo demuestran. Eso sí, no es apta para personas aburridas o clásicas que se niegan a cambiar.