La dieta tiene más que ver con la edad y con las carencias físicas que con las fórmulas de las denominadas popularmente "dietas milagro". El cuerpo humano es química y con el paso del tiempo los elementos que lo componen varían, por eso más importante que comer más cantidad o menos o uno u otro tipo de alimento, lo más eficaz es elegir nutriente apropiado para equilibrar el organismo en cada etapa de la vida.

Los nutricionistas aseguran que la eficacia de una dieta consiste en consumir los alimentos que el cuerpo necesita para cubrir sus déficits y, de esta manera, acelerar el metabolismo.

La dieta desde los 20 a los 30

Los nutrientes que consumes a los 20 años influyen en la dieta que seguirás a los 30 Pexels

Los alimentos estrella en esta franja de edad son las frutas ricas en vitamina C porque ayuda al cuerpo a absorber el hierro y mantiene la piel saludable, sana y bonita. Por lo tanto los cítricos y, en particular, todo tipo de bayas serán los grandes aliados de los veinteañeros. Las legumbres, el pescado y los vegetales, al igual que los lácteos, se recomiendan por su contenido en calcio, fundamental para consolidar el desarrollo óseo. La vitamina D del pescado y la B de los vegetales de hoja verde ayudan a la fijación del calcio en los huesos.

La dieta desde los 30 a los 40

Los efectos del alcohol ya no son los mismos que a los 20 Pexels

Muchas nueces, crustáceos, y mucho cuidado con el alcohol, los alimentos procesados y, en general, el azúcar refinado porque provoca un pico de energía y a esa edad ya se conoce lo que ocurre con los picos de energía: no salen gratis. El bajón causa estragos en el organismo, por eso el consumo de dulces debe ser moderado.

Se trata de una dieta racional, más psicológica porque comienza a acusarse el equilibrio físico y mental.

La vitamina B, además de fijar del calcio, ayuda a mantener constantes el nivel de energía y a liberar el estrés. Las nueces también contribuyen a la regulación de la energía y el estrés por su aporte de cobre.

Se recomienda que el consumo de alcohol sea moderado en todas las etapas de la vida, pero especialmente a partir de los 30 porque el metabolismo ya no es el mismo y los efectos del alcohol son más severos.

Comer un huevo al día mantiene los niveles de selenio, por no mencionar su aporte proteico.

Por último: los crustáceos como la langosta, los camarones, los langostinos, centollos, nécoras y toda suerte de manjares de concha marinos, contribuyen a mejorar la salud de la piel, el cabello y las uñas gracias a su alto contenido de zinc.

La dieta a los 40

A los 40 comer pescado empieza a convertirse en una necesidad Pexels

Para las mujeres esta etapa de la vida es especialmente complicada debido a la aproximación a la menupausia. La pérdida de masa muscular ralentiza el metabolismo y dificulta el mantenimiento de un peso saludable. Además, el descenso del nivel de estrógenos aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y osteoporosis. Para reducir los riesgos los grandes aliados son las nueces y los cereales integrales. Tienen muchas calorías pero presentan grandes beneficios nutricionales.

Los hombres, por otro deben tomar más fibra para prevenir el cáncer de colon, Vitamina C -espinacas, zanahorias-cerezas- para controlar los problemas de próstata, comer vegetales de hoja verde les ayudará a controlar el sueño, que debe oscilar entre 7 y 9 horas y controlar la ingesta de sal para reducir la presión arterial.

Ambos sexos deben consumir más las sardinas y otros pescados azules para combatir la osteoporosis.

La dieta a los 50

Mucho cuidado con las grasas saturadas Pexels

Las grandes claves se encuentran entre las legumbres y los lácteos porque de ellos emana el Omega 3.

Lo del consumo moderado de alcohol deja de ser una recomendación a esta edad, en la que se debe cortar tanto con este tipo de bebidas tanto como con las grasas saturadas.

Los hombres tienen mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, de ahí la importancia de consumir alimentos ricos en minerales como las legumbres y ricos en Omega 3, por eso es fundamental comer mucho pescado.

La dieta a partir de los 60

Aunque la figura importe, las prioridades deberían ser otras Pexels

La prioridad deja de ser mantener la línea sino cuidar los huesos, el corazón y la cabeza. El paso de los años aumenta el riesgo de sufrir osteoporosis y padecer enfermedades cardiovasculares y neurológicas.

La dieta en esta etapa de la vida debe ser más baja en carbohidratos y más rica en vitaminas y minerales fundamentales. Los vegetales de hoja verde, además de tener pocas calorías, aportan Vitamina B, que ayuda a la fijación del calcio en los huesos.

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Las proteínas necesarias en esta etapa de la vida se deben conseguir en los huevos y el pescado dado su aporte en Vitamina D, que favorece la absorción del calcio.

Aumentar todavía más la ingesta de pescado se convierte en una necesidad porque el Omega 3 reduce el deterioro cognitivo y previene las enfermedades neurodegenerativas.