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Menopausia, una etapa vital con estigma

Rostros conocidos como Penélope Cruz, Gwyneth Paltrow y Salma Hayek dan visibilidad a una fase del ciclo biológico a la que muchas mujeres llegan sin haber oído hablar de ella

Una mujer habla por teléfono. Gustavo Santos

La menopausia es una fase del ciclo biológico como cualquier otra que pasa la mitad de la población del planeta. Sin embargo, el secretismo sigue silenciando el final de la menstruación, una etapa que llega generalmente entre los 45 y los 55 años, pero de la que no se habla. Muchas mujeres ni siquiera comentan los cambios que experimentan o las dudas que puedan tener con su médico. Según Purificación Leal Docampo, presidenta de la Sociedade Galega de Sexoloxía (SOGASEX), este tema continúa siendo, en pleno siglo XXI, un tabú. Incluso, molesto e incómodo para muchas personas. ¿Las razones? La vergüenza, el miedo a ser tachada de vieja o de incapaz y los prejuicios y falsos mitos que persisten en torno a la sexualidad femenina.

“Hay mucha resistencia a hablar de la menopausia, como de otros temas que afectan al cuerpo de las mujeres, como la menstruación, aunque esta está empezando a normalizarse, o el deseo sexual femenino, del que apenas se habla. Sigue primando la idea del deseo masculino y del papel de la mujer para satisfacerlo. Es necesario normalizar y deconstruir esas verdades absolutas que nos ha transmitido el modelo patriarcal, y para ello es fundamental visibilizar este tema, que tenga más presencia en los medios de comunicación y que se hable de él con naturalidad, como lo que es, una etapa vital de la mujer, y en esta dirección trabajamos desde la Sogasex”, asevera.

Penélope Cruz y Gwyneth Paltrow, antes de la conversación en la que hablaron de la perimenopausia.

Contra este silencio impuesto y autoimpuesto se están alzado en los últimos años mujeres famosas como la española Penépole Cruz, quien recientemente habló sobre los cambios hormonales de la perimenopausia –periodo que precede a la menopausia, que puede durar meses o años y suele ir acompañado de alteraciones del ciclo, aunque algunas mujeres no presentan irregularidades previas y simplemente un día dejan de menstruar– en la entrevista que le hizo Gwyneth Paltrow en un acto sobre vida saludable en Londres. Otras famosas también han decidido romper con el estigma social y hablar abiertamente de la menopausia, como la actriz Cynthia Nixon (“Sexo en Nueva York”), que en 2017 declaró en una entrevista que estaba en la menopausia y que no era ningún drama. “La libertad de no ser fértil es enorme”, afirmó.

Precisamente el final de la edad reproductiva de la mujer subyace detrás de los prejuicios que hay alrededor de la menopausia. “Muchas mujeres no se atreven a hablar de la menopausia porque todo está enfocado en la juventud y en el modelo de reproductividad. Entonces, dejas de tener capacidad reproductiva y ya no interesa tu sexualidad porque ahora está orientada al placer, lo que es una transgresión de ese orden social establecido centrado en el heterocentrismo”, explica la sexóloga gallega.

El problema de este silencio que rodea el final de la menstruación es que muchas mujeres llegan a esta fase de la vida, que abarcará como mínimo una tercera parte de su vida, sin saber apenas nada porque no es un tema que salga en las conversaciones. Ni en casa y mucho menos fuera. “Muchas mujeres, cuando llegan a esa etapa, desconocen lo que les va a pasar porque les falta información y el modelo biomédico también es muy negativo porque patologiza de alguna manera la menopausia porque el paradigma de enfermedad es la falta de algo, en este caso, de hormonas (estrógenos y progesterona), aunque sea algo que se pueda subsanar con tratamientos, que, por otra parte, muchas veces se rechazan también por ese mismo modelo social”, comenta.

Gillian Anderson M. Anzuoni

La actriz Kim Catral, compañera de Nixon en “Sexo en Nueva York”, es otra de las artistas que reivindica hablar más de la menopausia para romper el tabú. Al igual que Gillian Anderson (“Expediente X”), con menopausia precoz –cuando aparece antes de los 40 años–, que aboga perder la vergüenza sobre este tema.

La ex primera dama de EE UU Michelle Obama también relató su experiencia con los sofocos durante su etapa en la Casa Blanca, al igual que Emma Thompson, que, en 2014, aceptando un premio en una de las noches más frías del año, dio las gracias a los sudores de la menopausia para combatir el frío. La última en salir a la palestra ha sido la mexicana Salma Hayek, que reveló hace poco que tuvo síntomas desde los 40 y que una de los cambios que experimentó fue un aumento de pecho.

Salma Hayek y Michelle Obama. José Méndez / M. Wilson

Según Leal Docampo, la falta de información sobre esta vital de las mujeres también genera miedo sobre sus síntomas y sus efectos. Uno de ellos es la falta de libido, algo que, por una parte, no tiene por qué ser una consecuencia de la falta de hormonas, según la sexóloga, y por otra, puede subsanarse con productos como los lubricantes y tratamientos varios. “El sexo en general continúa siendo un tabú, pero mucho más si hablamos de personas mayores porque, de nuevo, el modelo está centrado en la juventud y en los cuerpos socialmente bellos. Todo lo que se salga de ese canon a la gente le resulta molesto”, afirma.

“Es necesario normalizarlo; hay mucha resistencia aún a hablar sobre él”

Purificación Leal - Pdta. de SOGASEX

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En su opinión, un claro ejemplo de que los temas que tienen que ver con el cuerpo de las mujeres es la oposición a la baja laboral por “regla dolorosa”. “¿Por qué tiene que estar reglada una baja por estrés o ansiedad y no por endometriosis? ¿Todo el mundo va a coger la baja por dolor menstrual y no por ansiedad? Esto es porque la regla sigue siendo tabú, como la menopausia”, opina.

La caída de estrógenos provoca importantes cambios que, al igual que la endometriosis, puede tener efectos en la vida personal y profesional de la mujer. Un grupo de diputadas británicas, lideradas por Rachel Maclean, sacó a la luz en 2018 el impacto de la menopausia en el trabajo y propuso la inclusión de una revisión de las condiciones laborales para defender a aquellas profesionales que sufren los síntomas más agudos. Siguiendo esta línea de trabajo, este mismo año se presentó en el Parlamento británico un informe que concluye que casi un millón de mujeres en el Reino Unido habrían dejado su trabajo debido a los efectos la menopausia. 

Una etapa que tiene sus ventajas

La presidenta de la Sociedade Galega de Sexoloxía (SOGASEX) asegura que son más las ideas negativas que surgen al pensar en la menopausia que las positivas. Quizás porque se escucha más hablar de sus síntomas: sofocos, sudores nocturnos, cambios en el estado de ánimo, trastornos del sueño y sequedad vaginal, a los que se suman la pérdida de capacidad reproductiva y la visión negativa del envejecimiento, que de sus aspectos positivos.

Muchas veces solo se ve negativo y no las ventajas. Para muchas mujeres, la regla es un proceso muy doloroso. Además, la gente a esa edad tiene más experiencia y está más liberada y si es una pareja heterosexual ya no existe esa preocupación del embarazo. Además, en esas etapas se valora más la calidad que la cantidad. Sin embargo, esa sexualidad femenina sin fines reproductivos sigue estando un poco sancionada”, insiste Purificación Leal.

Los cambios que se experimentan con la llegada de la menopausia se deben a la caída de estrógenos, que suele comenzar entre los 45 y los 55 años; aunque a veces empieza antes (menopausia precoz). Los hombres también padecen un cambio similar, la andropausia, causada por el descenso de testosterona, aunque no provoca cambios tan notables. Esto tiene una explicación biológica: la mujer tiene duplicado el cromosoma X, que contiene unos mil genes. El hombre tiene un cromosoma X y un cromosoma Y, que solo posee unos 55 genes, por lo que la mujer tiene casi un millar de genes más que el varón, por lo que los cambios hormonales son necesariamente mayores.

Cuando comienza el proceso de la menopausia, ocho de cada diez mujeres sufren síntomas, que pueden ser leves o más importantes, así como una mayor vulnerabilidad a desarrollar enfermedades graves como esclerosis múltiple y alzhéimer. Además, las mujeres tienen el doble de probabilidades que los hombres de sufrir ansiedad o depresión y cuatro veces más de padecer migrañas.

Por eso es importante reconocerla, entender sus efectos y pedir ayuda para aliviar sus síntomas. Pero para ello, insiste la sexóloga, es necesario hablar de ella como lo que es: una etapa de la vida que afecta a la mitad de la población del planeta.

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