“Composición química e capacidade desoxidante dos produtos obtidos de camelias de Galicia” es el título de la tesis doctoral de la investigadora de O Areeiro Rocío Barreiro que, con un sobresaliente “cum laude”, destaca las propiedades anticancerígenas y saludables de esta flor. La investigación fue llevada a cabo en la finca del centro, dependiente de la Diputación de Pontevedra, y en colaboración con la Universidade de Vigo. Estuvo dirigida por la doctora Carmen Salinero, jefa de servicio de Areeiro, y el doctor Efrén Pérez, de la Universidad de la Rioja.

– ¿Cómo surgió esta investigación?

– Cuando comencé a trabajar en O Areeiro, en 2016, cuando ya teníamos optimizado el proceso de obtención del aceite de camelia y pensamos cómo poder darle un poco más de contenido a esa parte e iniciar la investigación alrededor del aceite. Al año siguiente, a través de un convenio con el departamento de Química Orgánica de la Universidade de Vigo, iniciamos el proyecto, en un principio centrado en el aceite de camelia y después ampliado al té. Así, la tesis versa sobre propiedades tanto del aceite como del té cultivados en la provincia de Pontevedra.

– Propiedades anticancerígenas...

– Realmente, lo que estudiamos, en el caso del aceite, es su alto índice en ácidos grasos, saludables para la salud, porque sus propiedades son incluso mejores que las del aceite de oliva. Por otra parte, también vimos su capacidad antioxidante, lo que se relaciona con posibles propiedades anticancerígenas por tener capacidad para capturar radicales libres, que son los causantes en la mayoría de los casos de la oxidación celular y de la actividad cancerígena.

– Es un aceite utilizado en el ámbito de la cosmética, no de la alimentación...

– Por el volumen de producción y por vivir donde vivimos, básicamente, va a seguir siendo usado como aceite en cosmética, porque hay muchas propiedades estudiadas desde ese punto de vista y que son beneficiosas para la piel. Estamos en un mercado totalmente copado por el aceite de oliva y es muy complicado que pueda competir en la cocina.

– Además de que se necesitaría una producción muy elevada de la flor.

– Habría que continuar ampliando y desarrollando pequeños proyectos piloto con plantaciones de camelia destinadas al aceite que podrían partir de algunas ya existentes en la provincia. Actualmente se utilizan con fines ornamentales, por las flores que dan en invierno, pero se podrían mejorar su aprovechamiento utilizando sus semillas para la obtención de aceite y comercializarlo. Son siempre proyectos que deben partir de iniciativas privadas o similares.

– En el caso del aceite, ¿cuál es la camelia más adecuada?

– Teniendo en cuenta su viabilidad como planta, la que más presente tenemos es la camelia japónica, la que todos reconocemos: un árbol grande, con hoja curva y brillante y que da mucha flor entre noviembre y marzo, de diferentes colores y formas. Si tuviésemos aquí camelia oleífera, que es la que se utiliza en China, el rendimiento de extracción de aceite sería mayor. Aquí es poco conocida, aunque en Asia es de las más cultivadas. Realmente, con la japónica ya podríamos tener una fuente muy potente para la obtención de aceite porque se adapta climatológicamente muy bien, no tiene grandes costes de cuidado. La camelia solo necesita una ligera sombra, que puede ser de otros árboles alrededor, y poco más. Esto la hace muy rentable porque sus semillas tienen un alto contenido en aceite.

– Lo que ha llevado a su comercialización.

– En Europa se utiliza desde hace tiempo, sobre todo en marcas conocidas como Shiseido o Chanel. Aquí en Galicia en los últimos años se ha desarrollado un proyecto muy vinculado al aceite de camelia, que es la empresa Acemelia.

– Esas propiedades saludables del aceite de camelia, ¿en qué tipo de casos de cáncer se podrían demostrar?

– La capacidad antioxidante del aceite de camelia es general, por lo que habría que probar en cada célula tumoral para ver si realmente es capaz de frenar un tipo de cáncer. Lo que sí sabemos es que en la piel contribuye a la regeneración y a acelerar la cicatrización. Es un aceite que se absorbe muy rápido y va muy rápido a las capas más internas de la piel, de ahí que se utilice mucho en cosmética. Ahora necesitaríamos hacer análisis clínicos; en esta tesis estamos hablando de su potencial.

– En el caso del té, ¿en qué tipo de camelia se ha centrado la investigación de su tesis doctoral?

– En las hojas nuevas de camelia sinensis. En todas las partes del mundo se hace de la misma manera. Lo que se hace para obtener el té es hacer una pequeña poda cada cuatro o cinco días o cada semana, dependiendo del nivel de brotación de la planta. Se coge esa ramita que nace nueva, que es muy blandita, y se usan sus hojas para hacer el té, tanto el capullo como las primeras hojas del brote. Lo que cambia para diferenciar el té negro del rojo o del blanco es la elaboración, lo que se hace con esas hojas.

– En su trabajo habla de la presencia de seis catequinas en el té de camelia, ¿qué son?

– Existe una amplia variedad de catequinas, pero estas son las más comunes, de las más activas. Son sustancias con propiedades antioxidantes, no solo por capturar radicales libres, sino que destacan por otro tipo de capacidades que se suelen estudiar en estos casos y con valores muy altos. Estas seis son las más interesantes y están todas presentes y, alguna, en cantidades muy abundantes.

– En cualquier caso, las propiedades beneficiosas del té no le tomarían por sorpresa...

– No. Pero en general, puede haber variaciones según la forma de cultivo, el clima y la propia tierra, lo que varía el poder antioxidante. Lo que teníamos era que demostrar que nuestro té tiene las capacidades que cabe esperar. Es muy importante porque los tés a lo largo del mundo son muy diferentes, ya que están muy influenciados por la humedad del ambiente, la temperatura, la incidencia solar, los nutrientes del suelo... Eso influye en cuan intensas son las propiedades comunes.

– ¿De qué modo se verá afectada la camelia por el cambio climático? ¿Se verá perjudicada su producción?

– Tristemente, sí se verá afectada, porque son plantas que se dan muy bien en climas tropicales y subtropicales y que necesitan calor y humedad. El equilibrio entre sol y humedad con las actuales temperaturas más extremas es cada vez más difícil. Sufren muy rápido el estrés hídrico, la falta de agua, sobre todo la camelia sinensis, la que se utiliza para el té, que rápidamente lo acusa envejeciendo mucho.

“No solamente es un árbol que da flores; es toda una fuente de riqueza por explotar”

– Para usted el mundo de las camelias habrá sido todo un descubrimiento a nivel de investigación...

– Sí que lo fue. Para nada me esperaba esto cuando entré en O Areeiro. He aprendido muchísimo y nunca más he vuelto a ver los jardines con camelias del mismo modo. No solamente es un árbol que da flores que caen al suelo y acaban molestando, sino que es toda una fuente de riqueza que falta por explotar.

– Tras esta calificación de sobresaliente “cum laude”, ¿cuál es el siguiente paso en su carrera?

– Estoy intentando regresar al mundo laboral. Con esto no he cerrado la puerta del todo, a pesar de que no estoy trabajando en O Areeiro, pero por el momento no tenemos una línea a seguir. Lo que pensamos desde un principio es que estaría muy bien transferir este conocimiento a proyectos empresariales o a pequeñas “spin-off” que puedan desarrollar esta idea y trabajar sobre ella para que no acabe en papel mojado. La conclusión es que las camelias son una posible fuente de aprovechamiento y de ingresos.