Miles de personas se citaron ayer en el monte Santa Trega para conmemorar, un año más y tras el parón pandémico, la tradicional Fiesta del Monte. Esta romería enxebre, cuyos inicios actuales se fijan en 1913 de la mano de la Sociedad Pro Monte, devuelve a los vecinos y vecinas de la comarca a sus orígenes, pues en estos parajes, con unas de las vistas más bellas del mundo, se asientan varios enclaves de los primeros pobladores de Galicia, en tiempos castreños.

Un momento del juramento de la banda mariñeira “Os Perdidos”, ayer. | // R. CARRERO

Desde muy temprano, los asistentes subieron al monte. Algunos ya fueron antes para coger sitio y otros lo hicieron en compañía de las bandas mariñeiras, los ruidosos grupos de percusión que son el punto diferencial de esta romería frente a las centenares de celebraciones de estos díasen Galicia.

Otra de las bandas que ayer participaron en la romería festiva. | // D.P.

El tiempo ayer estaba más templado que en días pasados. No había sol fuerte o al menos la mayor parte del tiempo y la estancia en el monte fue agradable. “Ya echábamos de menos subir al monte”, explica María, una de las asiduas. “Yo veo mucha ilusión en la fiesta de este año. Después de la pandemia veo muchísima alegría y mucha más gente”, explica.

Una celebración para toda la familia, ayer, con presencia de muchos jóvenes. | // D.P.

La romería de ayer contó con la participación de más de una veintena de bandas mariñeiras cargadas de bombos que comenzaron a subir el alto de la localidad a golpe de maza, ya temprano.

En lo más alto, a 341 metros sobre el mar, se produce uno de los momentos más fotografiados cada edición. Son los juramentos de las bandas realizados con los garrafones de vino levantados y “bebiendo a morro”, imágenes, una vez más, inmortalizadas en móviles por muchos asistentes.

Al llegar a la cumbre cada banda mariñeira tiene un lugar asignado, en donde comen reunidos y en donde realizan “la jura” de volver a reunirse para el año, según manda la tradición.

Más de 3.000 personas conforman estas organizaciones que dan vida a la “Festa do Monte”. La Banda Roja o la Desfeita son dos de las más numerosas, con más de 300 integrantes que incluyen desde niños de 3 años a mayores de entrada edad. “Hoy en día no podría celebrarse la Fiesta del Monte sin las bandas mariñeiras”, explicaba José, uno de los componentes de estas entidades. Hay todo tipo de bandas, grandes, pequeñas, familiares, de 30, 40 o 100 integrantes. Cada una va representada con un color.

La concejala de Turismo y teniente de alcalde, Montse Magallanes, cree que la fiesta de este año fue “un gran éxito porque la gente tenía muchas ganas de esta Fiesta del Monte, y el ambiente en la misma es insuperable”.

También, con amigos y familia, otro de los presentes fue Roberto Carrero, portavoz del PP en el Ayuntamiento: “He notado las verbenas flojas, pero esta Fiesta del Monte ha reunido a muchas más personas que otras ediciones. Son momentos maravillosos que los residentes de A Guarda saben valorar”, indica.