Arbo terminó las existencias de lamprea seca durante la fiesta que concluyó ayer en la carballeira de Turbela. Con este evento, que estrenó este año la categoría de Fiesta de Interés Turístico, el municipio de Arbo consigue mantener el liderazgo sobre este pez de temporada la mayor parte del año.

Si durante el invierno y la época de pesca la lamprea se consume “verde”, la preparación que hacían los ancestros para conservarla todo el año y “matala fame” sirve ahora como un elemento de alta cocina que se festeja en agosto, coincidiendo con el aluvión festivo. Este año, los días se incrementaron a tres, se incluyeron más actividades y se reforzó la presencia del vino de la comarca.

Asada, rebozada, rellena o con fideos, los asistentes a estos tres días de celebración pudieron degustar el producto en sus diferentes variedades, acompañada de los vinos de la Denominación de Origen Rías Baixas cosechados en Arbo. “Ha resultado un éxito sin precedentes, pese a ser un año en que anduvimos justos de pesca. La fiesta ha cumplido todas las expectativas”, explicó anoche el alcalde Horacio Gil Expósito, un enamorado de la lamprea desde antes de entrar en el consistorio como concejal. A la jornada de ayer también acudió la directora xeral de la Axencia de Turismo de Galicia, Nava Castro, que felicitó al Concello por la organización de esta fiesta, una de las pocas que se celebra como tributo a este pez y la única que festeja estas variedades culinarias.

Explicaba una de las participantes en la organización de la jornada de ayer que la lamprea seca era uno de los secretos familiares de Arbo. “En tiempos de mucha pesca el vecindario solía limpiarlas cuidadosamente y dejarlas en sal entre uno y cuatro días. Posteriormente se ahumaban y secaban para buscar un punto de conservación similar al del bacalao. Troceadas y metidas en aceite podían conservarse en la bodega meses aunque, últimamente, muchas personas apuestan por la congelación durante unos tres meses”, subrayó.

“Con la lamprea seca se atreven hasta personas que no le gusta la lamprea. Es un éxito total”, agrega.

Pero los más de cinco mil asistentes que pasaron por la carballeira estos tres días no solo degustaron lamprea, ya que el pulpo se agotó igualmente el sábado y, ayer mismo, tras rellenar neveras, volvió a terminarse. “Creo que en general la gente quiere salir, vivir la fiesta y disfrutar... de una manera u otra”, explica Gil.