Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

¿Qué tienen en común Curros Enríquez y Sting?

Una musicóloga gallega destaca paralelismos entre “Fields of gold” y “Unha noite na eira do trigo”, objeto de su tesis doctoral

Manuel Curros Enríquez FDV

¿Tienen algo en común Manuel Curros Enríquez y Sting? Aparantemente, no. El cantante británico nació en 1951, un siglo y 17 días después que el poeta celanovés, y a 1.500 kilómetros, en Wallsend, cerca de Newcastle, Inglaterra. Pero hay algo que les conecta: la temática de dos de sus letras más conocidas, “Unha noite na eira do trigo”, compuesta en 1869 por el autor gallego, y “Fields of gold”, publicada en 1993 por el cantante inglés, y uno de los temas clásicos de su repertorio desde entonces. La musicóloga gallega Estíbaliz Santamaría, que realizó su tesis doctoral sobre la canción gallega, ha encontrado paralelismos entre ambos temas, que hablan de amores fugaces y promesas amorosas con el telón de fondo romántico de los campos de cereal.

Estíbaliz Santamaría (Ribeira, 1987) confiesa haberse emocionado cuando todavía trabajaba en su tesis y escuchó “Fields of gold” en el concierto que Sting ofreció en Vilanova de Gaia (Portugal) en el verano de 2019. “Empecé a vincular cosas. ‘Fields of gold’ habla de campos de cebada y es una canción sobre un amor intenso, fugaz y pasajero, y qué hubiera pasado si el amor hubiese continuado”, comenta la investigadora.

La musicóloga gallega Estíbaliz Santamaría, en un campo de cebada. | // E.S.C.

Estos son algunos extractos de la letra de “Fields of gold”, traducidos al español: Ella tomó a su amor para mirar un rato los campos de cebada. Ella cayó en sus brazos mientras su cabello caía entre los campos de oro (...) Me recordarás cuando el viento de poniente se mueva sobre los campos de cebada (...) ¿Te quedarás conmigo? ¿Serás mi amor? (...) Nunca hice promesas a la ligera, y ha habido algunas que he roto, pero juro que en los días que aún quedan caminaremos sobre campos de oro.

La similitud temática con “Unha noite na eira do trigo” es evidente. “Es una niña que llora en una eira por un amor, obligada a una ruptura por culpa de la emigración. Ese emigrante que incluye Curros es clave del éxito de la canción, por eso nunca se llegó a perder”, explica la musicóloga. Otra de las virtudes de “Unha noite na eira do trigo” es que se sitúa en un lugar conocido, una eira, algo que permite que el público se identifique y sienta más esta canción sobre un amor intenso, fugaz e idealizado. “Es casi como ‘El sitio de mi recreo’, de Antonio Vega”, añade.

“Unha noite na eira do trigo / ó reflexo do blanco luar / unha nena choraba sin trégolas / os desdés dun ingrato galán”.

Como apunta Estíbaliz Santamaría en su tesis, que convertirá en libro, Curros Enríquez detalló cuándo y dónde escribió la letra de la canción, la tarde del 5 de junio de 1869 en Madrid, junto a un compañero de estudios llamado Cesáreo Alonso Salgado. Curros tenía entonces tan solo 17 años. Publicó la canción como “Cántiga” en su poemario “Aires da miña terra”, en 1880.

Estíbaliz Santamaría Cadaval, que empleó más de un lustro en su investigación doctoral, presentada el año pasado en la Universidad Complutense de Madrid, señala que existían versiones de “Unha noite na eira do trigo” extendidas por aquel entonces por todo el sur de Galicia, hasta Vigo. Eso le lleva a deducir que Curros pudo inspirarse en alguna pieza tradicional preexistente, de igual forma que “Cantares gallegos” estaba basada en coplas y otros elementos de la tradición popular.

En ese momento existía un enorme flujo migratorio de Galicia a América, algo que Curros refleja en la letra de la canción. El “ingrato galán” por el que llora la mujer lo convierte Curros en la segunda parte de la canción en “o pobre infeliz amador”, un emigrante que deja su amor atrás porque no tiene otro remedio que marcharse a América para sobrevivir. Cambia el primer verso, “No xardín unha noite sentada”, por “Unha noite na eira do trigo”.

“Curros utiliza las tres primeras coplas porque estaban extendidas, y las cuatro restantes las modifica”, apunta la musicóloga gallega, que destaca que tuvo que hacer un “trabajo detectivesco” para escudriñar los orígenes de este himno secular gallego, musicado después en Cuba por José Castro “Chané” y ya en los años 60 del siglo XX –en la segunda gran ola migratoria gallega– por Los Tamara de Pucho Boedo.

Santamaría, que subraya que no es filóloga, sino musicóloga, recuerda que existen “muchas incógnitas” en torno a la figura de Curros Enríquez, “un mito” que el escritor Carlos Casares invitó a destapar en un congreso literario en 2001, un año antes de su muerte. Otro misterio es el de Cesáreo Alonso Salgado, supuesto coautor de la canción. “Nadie sabe quién es, pero pude elaborar su biografía”, asegura la investigadora.

Volviendo a “Fields of gold”, Sting explicó que se inspiró en los campos de cebada que rodean su mansión del siglo XVI en Wiltshire, Inglaterra. “En verano es fascinante ver el viento moverse sobre la superficie brillante, como olas en un océano de oro. Hay algo inherentemente sexy en la vista, algo primitivo, como si el viento le estuviera haciendo el amor a la cebada. Los amantes han hecho promesas aquí, estoy seguro, sus lazos se fortalecieron por el ciclo reconfortante de las estaciones”, explicó el compositor británico en un libro. La calidad de la balada es tal que el mismísimo Paul McCartney afirmó que es la canción que le hubiese gustado componer a él.

La gaita inglesa (northumbrian smallpipes) que suena en “Fields of gold”, tocada por Kathryn Tickell, le da un aire celta, casi galaico, a la canción. Y que Sting pueda interpretarla el próximo sábado en Vigo, capital gallega de la emigración, cierra un círculo que la hermana con el “himno oficioso de la galleguidad”, como lo define Estíbaliz Santamaría. "Aun perteneciendo a tradiciones con vínculos comunes, que los tienen ambas, esto demuestra también como ciertos temas son atemporales y universales", remacha.

Compartir el artículo

stats