Retrasar la edad de jubilación aumenta el riesgo de mortalidad de los colectivos con trabajadores poco cualificados, según un estudio en el que ha participado la Universidad Pompeu Fabra (UPF). El estudio muestra cómo la medida de retrasar la jubilación perjudica física y psicológicamente a los trabajadores en la franja entre los 60 y los 69 años, informa la UPF.

El estudio analiza la reforma de las pensiones que tuvo lugar en España en 1967 y que modificó la edad de jubilación anticipada en función de la fecha en que los individuos empezaron a cotizar en el sistema de seguridad social.

Los investigadores se centraron en una muestra de individuos que empezaron a cotizar en 1966 y 1967 y los compararon con los que empezaron a cotizar un año más tarde.

Los autores concluyen que, de media, retrasar un año la salida del mercado laboral aumenta el riesgo de morir entre los 60 y 69 años en 4,2 puntos porcentuales (equivalente a un aumento relativo del 43%). Para los trabajadores con alta carga psicosocial, retrasar un año la salida del mercado laboral aumenta el riesgo de morir en esta franja de edad en 5,7 puntos porcentuales, frente a los 2,8 puntos porcentuales para las personas con trabajos de baja carga psicosocial.

El retraso de un año en la jubilación también aumenta el riesgo de morir en 5,4 puntos para las personas de clase trabajadora que realizan un trabajo manual y sólo en 2,7 puntos para el resto.

Por último, los autores muestran que los individuos que se sienten realizados y reconocidos en su puesto de trabajo no experimentan un efecto negativo de mortalidad por un retraso de la salida del mercado laboral.