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Eclosión histórica: 900 festivales en un año

El casi millar de estos eventos musicales en España genera 400 millones de euros anuales | El gallego David Saavedra analiza el fenómeno en un libro | Defiende que “Galicia está en su mejor momento”

Público en un concierto del Festival Estrella Galicia Sinsal San Simón. / FARO

Los festivales de música podrían en sí mismos erigirse como un minisector económico. En España, se celebran más de 900 cada año con un impacto económico superior a los 400 millones de euros. Los datos los ofrece el periodista y escritor gallego David Saavedra en el libro “Festivales de España”, recientemente publicado por Anaya Touring.

En el volumen, analiza con detalle sesenta festivales de España al tiempo que ofrece una breve historia sobre este “fenómeno” que él mismo califica de “bastante reciente en el Estado español”. Al mismo tiempo resalta que “es un modelo de ocio que triunfó entre la gente joven y que ha ido creciendo”.

Fuera de nuestras fronteras, la semilla de estos eventos multitudinarios de música se encuentra en los años 60. Aquí, el primero en germinar fue el Canet Rock en el año 1975, en la localidad barcelonesa de Canet del Mar. “Fue presentado como doce horas de música y locura con el dictador todavía vivo y con Sisa, Pau Riba, Maria del Mar Bonet y Loe y Manuel como protagonistas”, escribe Saavedra.

“En realidad –explica este periodista a FARO– fue el primero que tuvo continuidad. Se hicieron tres ediciones y después se dejó de hacer para retomarlo más adelante. El primer festival de rock realmente fue un Granollers en 1973”. No obstante, si nos fijamos en jazz o flamenco, Saavedra puntualiza que sus primeros festivales en España arrancaron en los años 60.

El cambio hacia el festival tal y como lo conocemos hoy tiene en 1989 la frontera con el Espárrago Rock. Si se preguntan por qué se llamaba así y no Berenjena o Tomate Rock, el libro recuerda que nació para acompañar la Feria Andaluza del Espárrago y la Agricultura.

“En Galicia también sucede. Un festival importante nació con la Feira del Queixo de Arzúa. Allí, vi a Los Suaves, a Los Enemigos... Tenían una programación propia de un gran festival como el que conocemos hoy”, detalla el investigador.

David Saavedra. Sandra García

Todo comenzó en la primera edición del FIB

El coruñés David Saavedra firma el libro “Festivales de España” cuyo prólogo está reservado para Ángel Carmona (presentador de “Hoy empieza todo” de Radio 3, por el que recibió un premio Ondas en 2015). En el prólogo, Carmona recuerda cómo su primer festival fue el Espárrago Rock en 2001 y cómo vio en él a un Neil Young que “volaba”. En el caso de Saavedra, su primer festival fue la primera edición de Benicàssim (FIB), 1995, que por supuesto incluye en el libro. “Aún no trabajaba en el periodismo. Era estudiante. Vi que tocaban un montón de grupos que quería ver y que no venían a Galicia. Fui en tren solo, a la aventura. Me llevó un día entero llegar. Me gustó tanto que repetí cinco años. Después fui algunas ediciones y otras no. El segundo festival al que fui fue el Festimad”, un evento de rock duro mítico que ya no existe.

En cuanto a la realidad para este verano, reconoce que “la gente viene con ganas de más. Casi podría asegurar que este 2022 se va a batir el récord de festivales en España. No solo no desapareció ninguno sino que nacen otros nuevos”.

Respecto a las cancelaciones en Reino Unido por falta de material y personal, Saavedra reconoce que puede ser que haya algún cadáver para el próximo año: “Este año tenemos un problema de saturación de eventos. El pronóstico es que la crisis económica y energética siga, además los precios de los festivales y conciertos son cada vez más altos, por lo que no sé si será posible su supervivencia”.

A Saavedra le preocupan los festivales más pequeños. “Los grandes tienen detrás fondos de capital e inversores fuertes, así que los más pequeños serán los que lo tengan más difícil para sobrevivir”, teme.

No sería la primera vez que caen festivales. “El año 2008 –recuerda– fue el más crítico. Tenemos el caso del Summercase que se hacía al mismo tiempo en Madrid y_Barcelona. Se llegó a rumorear que pagaban a los artistas el triple de sus cachés para arrebatárselos a otros macrofestivales. Este evento desapareció porque la empresa que lo organizaba quebró. También desapareció Festimad en un momento en el que entraban otros competidores luchando fuerte por el cartel”.

No solo la inversión ha cambiado, han surgido otros fenómenos de los que habla Saavedra: la ‘ryanairización’ y gentrificación de los festivales. “En los festivales se están utilizando estrategias de líneas aéreas low cost. Tienes tu entrada con un precio base que es un poco engañoso. Por cada derecho al que quieras acceder tienes que pagar extras: por entrar y salir del recinto; si la quieres ceder a otra persona; para acceder a la zona de acampada; para usar duchas... Cuando los festivales nacieron todo el público era igual. Ahora, las primeras filas en muchos festivales están reservadas para gente que compró la entrada VIP. Hay una estratificación del público según su poder adquisitivo. Ya no somos iguales”, expone.

En cuanto a los festivales gallegos seleccionados para el libro, estos han sido seis; los mismos que de Madrid y Comunidad Valenciana más Andalucía y uno menos que los de Cataluña.

Los seleccionados gallegos son Noroeste, O Son do Camiño, Ortigueira, Resurrection Fest, Sinsal San Simón y Atlantic Fest.

Saavedra aclara que “hay muchos más que deberían estar ahí. Podría haber un libro dedicado específicamente solo a los festivales de Galicia. Es una de las comunidades más activas a nivel musical y de organización de festivales. Está en su mejor momento histórico”.

  • Noroeste

    Es el festival expandido. En una semana, hay conciertos en plazas y lugares emblemáticos en A Coruña como el Castillo de San Antón.

  • O Son do Camiño

    Toma el testigo de otros anteriores alrededor del impulso turístico del Camino de Santiago con estrellas internacionales.

  • Ortigueira

    Para David Saavedra, es el festival folk de referencia en Galicia, aunque reconoce que también debería figura el Pardiñas.

  • Sinsal San Simón

    Saavedra destaca que “es único en el mundo. Es como vivir una aventura. No sabes quién va a tocar”. Y se celebra en una isla.

  • Atlantic Fest

    Fue el primer festival indie en Galicia con repercusión estatal. Fue pionero: giró hacia una concepción familiar, más diurna.

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