“Nos han enseñado de pequeños a observar lo que ven los ojos, no nos enseñaron a observar nuestras ideas”. Juanjo Fraile acudió ayer a Club FARO para realizar estas y otras reflexiones con las que animó a los asistentes a vivir el momento y ser plenamente conscientes de él con el fin de reducir el malestar vital.

“Cuando un día aprendí a observar mis ideas me di cuenta de que había estado equivocadísimo muchísimas veces pero dejaron de tener (las ideas) tanta importancia, dejaron de ser tan agobiantes”, añadió el autor de los libros “La magia de la gratitud” e “Inspirarte” (Alienta editorial).

Presentado por la psicóloga Estela Portillo, centró su intervención en la gratitud, lo que esta significa y cómo sentirla.

Al respecto indicó que “la gratitud mueve el mundo por encima del amor y la compasión” y parafraseó a Cicerone al señalar que “es la aglutinadora de todas las buenas emociones del ser humano”.

“Cuando te sientes agradecido, se te sale el corazón. Es el instante que viviste cuando nació tu hijo, cuando conseguiste seducir a tu pareja, cuando te tocó la lotería... Es el momento en el que salía esa emoción irrefrenable, eres capaz de reír, cantar, bailar. No me refiero a dar gracias por el café, sino a una emoción”, aclaró el conferenciante en su discurso.

Fraile subrayó que “la vida es un regalo” y para ser conscientes de ello nos invitó a rememorar las noches de reyes de cuando éramos niñas y la incertidumbre que vivíamos ante lo que nos esperaba en los regalos.

Ahora, nos conminó a sentir lo mismo en el día a día para afrontar los “desafíos” para ser capaces de ver la vida siendo conscientes de la misma. “En el instante en el que te das cuenta de que cualquier cosa que mires es la suma de infinitas casualidades y circunstancias, lo percibirás dentro de ti como un regalo. Estar vivo es un regalo”, recalcó.

En este punto, indicó que cada una de nosotras decide cómo queremos ver las cosas, lo que nos sucede. Agregó que el cerebro no puede hacer dos cosas a la vez de forma consciente (puede respirar y pensar, pero eso es inconsciente) por lo que “cuando te sientes agradecido es imposible que te sientas mal”.

Entre el público, hubo algunas personas que lo pusieron en duda. Con el fin de tomar conciencia de cómo podemos interferir en los pensamientos que nos producen malestar Juanjo Fraile invitó a los asistentes a realizar un ejercicio.

Este consistió en recordar algo o algún momento que nos hiciese sentir mal. Después, pidió verbalizar cómo nos encontrábamos justo después de rememorarlo. El público coincidió en señalar que le había hecho sentirse triste, enfado, preocupado o con malestar.

El siguiente paso estribó en cerrar los ojos e recordar el momento o momentos en el que fuimos más felices en nuestra vida. Tras conseguirlo, Juanjo explicó que fuimos capaces de traer del pasado al presente un momento, una emoción, que no ha hecho sentir bien. “¿En ambos casos, quién decidía qué traer?”, cuestionó. La respuesta fue “nosotras”.

“¿Por qué traéis tanta porquería a vuestra vida? ¿Quién es vuestro verdadero compañero de viaje de vida? Si es uno mismo, ¿por qué os esforzáis cada día en pasarlo mal? Porque lo decidís. De pronto, habéis descubierto que podéis decidir eso o lo contrario. Daros cuenta de lo poderosos que sois”, disertó.

Ante esto, propuso que primero miremos hacia fuera para después mirar hacia nuestro interior. De esta manera, “descubriremos que un pensamiento que nos puede perturbar pero al darnos cuenta de que es un pensamiento nos perturbará mucho menos. Darme cuenta de que un miedo me puede bloquear pero si me doy cuenta de que es un miedo, que no es real, se quedará ahí, solo en eso”.

Por último, incidió en la necesidad de que “nos demos cuenta de que somos unos privilegiados” para sentir gratitud por lo que tenemos. “Vosotros decidís cómo verlo todo. Podéis decidir verlo como una mierda o daos cuenta de que estáis vivos, lo que es la leche; de que vivís en Vigo y hay casas, que no h ay ladrones, que hay comercios, que llegáis a una casa, que tenéis agua, electricidad, comida, un teléfono con el que llamar a la gente para ayudarla y decirle cosas bonitas”.

La historia de un emprendedor de éxito al que un diagnóstico le cambió la vida

Juanjo Fraile nació en Santander en el año 1973. A lo largo de su carrera ha puesto en marcha diferentes iniciativas en el área de la comunicación estratégica, innovación en el aprendizaje y uso de la tecnología e internet. Fundó Talentya, ágora en innovación creativa y desarrollo personal que destaca por su innovación en el mundo hispano. “Inspirarte” es su segundo libro.En este, abre las ventanas de su lado más personal, según destaca su editora, para ayudar a los lectores a gestionar el miedo y la incertidumbre, la relación con el ego y así evitar el sufrimiento. A lo largo de las páginas, da consejos sobre cómo vivir el aquí y ahora al tiempo que se impulsa la conexión con el yo soy o la esencia de cada individuo. Su primer libro fue “La magia de la gratitud”. Basado en experiencias personales, ofrece una guía para conocerse mejor, para entrenar los hábitos e intentar mejorar la vida. En la conferencia ofrecida ayer, Fraile explicó cómo su vida cambió a partir de que le diagnosticaran una enfermedad incurable y en principio grave. En ese punto, empezó a tomar conciencia de lo realmente importante al darse cuenta de que en su vida había perdido el tiempo con cosas secundarias que hasta ese instante parecían ser las más cruciales.