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El “santo” gallego del monopatín

La familia de Ignacio Echeverria activa el proceso para que se abra causa de canonización

El joven gallego Ignacio Echeverria, con un monopatín. | // FDV

Coincidiendo con el quinto aniversario de su asesinato, la familia de Ignacio Echeverria, el “héroe del monopatín”, revela que ha activado el proceso para que se abra causa de canonización al joven gallego. Así lo adelantó ayer el diario “El Mundo” recogiendo declaraciones de su padre, Joaquín Echeverria, y su hermana Isabel.

Fue la profesión del progenitor, ingeniero de Minas, la que propició que Ignacio Echeverria naciera en Ferrol. Pasó gran parte de su infancia, hasta los 9 años, en As Pontes, donde su padre trabajaba antes de trasladarse a Las Rozas. En esa localidad madrileña acaba de inaugurarse un mural en su honor en el instituto que también lleva su nombre. Se conmemora así un lustro de la muerte de Ignacio a manos de yihadistas cuando intervino para defender a una mujer y a un policía con su monopatín como única arma. Lo acuchillaron por la espalda. Aquel 3 de junio de 2017 en Londres fueron asesinadas 8 personas.

“El respeto que se tenía a sí mismo le llevó a la muerte”, dice Joaquín Echeverría de su hijo en el reportaje de “El Mundo”. Como contó en una conferencia en el Club FARO justo antes de la pandemia, Ignacio “tenía una tendencia a no admitir lo que consideraba injusto y daba la cara”.

La idea de la canonización partió del obispo auxiliar de Madrid, Juan Antonio Martínez Camino, a los pocos meses del asesinato. Desde el pontificado de Juan Pablo II –iniciado en 1978, el año en que nació el joven–, la Iglesia ha activado múltiples procesos de canonización de personas contemporáneas, reforzando así la idea de que la llamada a la santidad sigue siendo actual. Poco después de la muerte del joven, el papa Francisco publicó un documento en el que recordó que “son dignos de especial consideración y honor aquellos cristianos que, siguiendo de cerca las huellas y enseñanzas del Señor Jesús, han ofrecido voluntaria y libremente su vida por los demás y han perseverado hasta la muerte en este propósito”.

Que el “héroe del monopatín” entregó su vida para salvar a otros está claro, pero además su padre recuerda su gran fe. Entre otras cosas, Ignacio pertenecía a Acción Católica, daba catequesis en Londres y siempre expresó públicamente su opinión sobre temas como el aborto. “Yo siempre intento ser misericordioso”, dice su hermana que solía afirmar. “Creo que hay argumentos para la canonización. Pero ya veremos”, comenta el padre sobre un proceso que probablemente se alargará muchos años.

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