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Las profundas raíces históricas del furancho

¿Sabías que se remontan a la Edad Media? ¿Por qué se le llama también loureiro? ¿A qué se debe que no lo haya por toda Galicia? El historiador Xavier Castro nos da las pistas

Clientes del furancho A Formiga en Rande. Ricardo Grobas

Si aún no han ido a su furancho preferido, apresúrense, corren el riesgo de quedarse sin él. Es el eterno retorno de los furanchos. Así ha sido en los últimos siglos. Podríamos decir que son únicos en el mundo, pero en Perú en algunas casas de, por ejemplo, el Valle Sagrado de los Incas, se cuelga una bolsa roja visible para indicar que ahí se vende chicha, una bebida ancestral que se cree que ya se creaba mil años antes de los incas. Dependiendo del color de la bolsa, se indica si solo se da de beber; si se da de beber y comer.

Volviendo a Galicia, el historiador Xavier Castro se brinda a realizar un recorrido por los anales de los furanchos gallegos y cómo han ido evolucionando.

¿Qué es un furancho?

En primer lugar, como no se ubican por toda Galicia, Castro comienza describiendo en qué consisten: “Es una oferta de vino que se puede consumir in situ en la bodega en lo que concierne a los excedentes de un bodeguero o cosechero que tiene más vino que el que consume”.

Diferencia con la taberna.

“La diferencia es que la taberna es permanente, mientras que el furancho es eventual, fugaz, dura mientras el bodeguero no despacha el excelente de su vino. Solo puede vender su vino, no otro como hace el tabernero”, describe el historiador, que recoge en parte la historia de los furanchos en su libro “A rosa do viño” (Galaxia). 

¿Sabías que antes se bebía el vino compartido?

En la antigüedad, “ya se concedían licencias a las bodegas para vender su vino y permitir consumirlo en tazas grandes o jarros que era como se bebía el vino antes, compartido”, señala Xavier Castro. “La jarra o taza grande circulaba entre las personas que iban a beber allí”, añade este experto. Esto curiosamente también coincide con los locales caseros de chicha peruanos donde de un mismo vaso beben varios.

“La rama de laurel tenía antaño un carácter fiscal para los recaudadores de la monarquía”

Xavier Castro - Historiador

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¿La rama de laurel es algo contemporáneo?

No, también viene de antiguo. “Como no eran taberneros profesionales debían indicarlo poniendo una rama de laurel a la puerta del establecimiento o proximidades. De ahí que muchos furanchos se llamen loureiros por la zona de Betanzos y O Salnés. Esta señal de la rama también tenía un carácter fiscal porque así los alguaciles y los agentes recaudadores de la monarquía sabían dónde tenían que cobrar impuestos”, apunta Castro.

¿Y lo de dar tapas?

Esto sí que es más reciente. “Hay –detalla– que remontarse al siglo XX y sus últimas décadas cuando los furanchos van invadiendo competencias de tabernas y restaurantes. Es un proceso reciente, en las postrimerías del franquismo. Antes en estos loureiros solo se daba vino y en las tabernas, solo un poquito de pan”.

Desde la Edad Media.

Sí, los furanchos no son millenials, ni siquiera nacieron con el siglo XX. El historiador Xavier Castro subraya que se remontan a la Edad Media con referencias a la Baja Edad Media, siglos XIV y XV, localizados en referencias de la zona de Betanzos y zona sur de Galicia.

¿Por qué no hay furanchos en toda Galicia?

Desde antiguo, una zona en la que no abundan los furanchos ha sido la zona de O Ribeiro “porque –explica Castro– el vino se vendía para fuera. Tenía mucho prestigio y se exportaba a toda España y a países europeos desde la Edad Media. Se daba más la figura del bodeguero comercial que vendía toda la producción. Se quedaba para sí con muy poco o con la purrela o xoana, mezcla de uvas con otras frutas de baja calidad y fermentado y que quedaba para la casa”. En la zonas donde el autoconsumo vinícola estaba más extendido sin fin comercial fue donde empezaron a proliferar los furanchos. “Era un vino difícil de exportar porque se toldaba, se estropeaba durante el viaje de traslado debido al calor porque era un vino de pocos grados (8/9º, frente a los 12 o 13º actuales).

Carlos López, en un furancho. / CARLOS LÓPEZ

“National Geographic quiere hablarle a los ingleses de los furanchos”

Carlos López - Gestor de Furancheiro.com

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Si hay un recurso de referencia sobre los furanchos esa es la web www.furancheiro.com. Su gestor es Carlos López, un cartero vigués que creó este portal en 2015 poniéndolo al día con su aportación y con la de usuarios voluntarios.

–¿Cómo surgió el crear la web?

–La idea de crear esta web surgió por casualidad y por necesidad. Siempre me gustó todo lo tradicional gallego. Un día con mi mujer le propuse ir de furanchos. Y empezó el problema. Pensamos en dos o tres, fuimos y nos encontramos con que no estaban abiertos. Aquel día nos quedamos sin furancho. Entonces empezamos a plantearnos cuándo abrían, con qué horario, si había otros furanchos cerca abiertos. A partir de ahí cuando íbamos a uno, les preguntaba todos los detalles y los anotaba. Surgió la idea de hacer un blog para compartir la información.

–Pero, ¿llegó a existir el blog?

–Al final, nunca llegó a convertirse en un blog, acabó siendo una página web. Hoy en día cuenta con unos 5.000 seguidores en Facebook.

–¿Cómo ha sido la acogida entre los furancheiros?

–Al principio me tenía que mover yo porque nadie me conocía pero, a día de hoy, ya se ponen en contacto conmigo para facilitarme información.

–¿Su trabajo es silencioso como el de los inspectores que deciden las estrellas Michelin o se presenta diciendo que es de furancheiro.com?

–Yo llego, pido, como, bebo vino y pregunto como si fuese uno más de la parroquia. Después llego a casa y edito la información y la muevo por redes. También hay gente que se pone en contacto conmigo y me ofrece enviarme información.

–¿Tiene miedo que los furanchos entren en vías de extinción?

–Hace poco estuvimos hablando de esto a raíz de que se puso en contacto con nosotros una periodista de National Geographic para la edición de Reino Unido. Querían hablarle a los ingleses de los furanchos. Me pareció tremendo. Me puse en contacto con los furanchos en una época en la que no estaban abiertos y Furancho Cadaval, en Redondela, les abrió las puertas igualmente. En la entrevista, contaron que ellos por necesidad abrieron el furancho para ayudar económicamente a la familia, pero ahora ya no lo necesitan porque están jubilados. Alguien tendría que coger el testigo. Al final, da mucho trabajo. Hay muchos furancheiros que son mayores. No hay quien retome el testigo y es una pena porque van a morir muchos furanchos. También es verdad que nunca estuvieron tan de moda como ahora y lo digo poniéndolo entre comillas. Nunca ha habido tantos furanchos. El tiempo lo dirá pero tardarán muchos años en desaparecer.

–Me quedo sorprendida ante lo de National Geographic.

–Por lo que nos comentaron, van a ofrecer un monográfico sobre lugares de España y una de las reporteras tenía que buscar algo diferente. Buscó en Google y encontró los furanchos. Vino aquí para que le explicáramos desde cero qué es un furancho. Estamos expectantes.

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