La doctora en Biología Olalla Otero defendió ayer en Club FARO que “hay más microbios en nuestro cuerpo que estrellas en la Vía Láctea”. Lo hizo presentada por la periodista Carolina Neira y el gastroenterólogo del Hospital Álvaro Cunqueiro Vicent Hernández que arroparon la presentación de su libro “El revolucionario mundo de los probióticos” (Alienta Editorial).

Otero –del equipo científico Nutribiótica con presencia en Vigo– añadió que “conocemos el 50% de nuestra microbiota”. Ante este porcentaje no debemos confiarnos en absoluto. Como prueba, ante la pregunta de si podría haber trasplante de microbiota fecal, respondió: “Hasta que no conozcamos el otro 50%, no sabemos si la persona trasplantada puede desarrollar después una enfermedad” a raíz de lamicrobiota.

Sobre esta última, recordó que se trata de “billones de microorganismos –bacterias, virus, hongos, protozoos– que nos rodean”, que tenemos en nuestro cuerpo. Para entender el alcance de la misma, indicó que hay 22.000 genes y “hay 150 veces más genes bacterianos y microbianos que humanos en el cuerpo”.

Agregó que la microbiota se puede modificar. Ante la duda de si es la alteración de la microbiota la que desencadena enfermedades o son las dolencias las que provocan modificaciones en la microbiota tanto Olalla Otero como Vicent Hernández coincidieron en señalar que a día de hoy no hay una respuesta firme al respecto.

En cuanto a los elementos que inciden en la conformación de nuestra microbiota Otero citó que el nacer de cesárea o de parto vaginal incide en el tipo de microorganismos que tengamos; también si nos alimentaron de recién nacidos con leche materna o de fórmula.

Vicent Hernández indicó al respecto que “el punto más influyente que incide en nuestra microbiota es la dieta”. No obstante, el estar a tratamiento médico recibiendo múltiples fármacos también la altera.

En cuanto a los probióticos que se pueden tomar para favorecer la microbiota aclaró que no todos son iguales y que no solo nos debemos fijar en el género sino también en la cepa, pero siempre con asesoramiento médico.

A este respecto es muy ilustrativo el ejemplo con el arranca el libro. Se trata de un joven que llevaba una vida normal, que comía de todo, pero que un día al ir al baño sufre una diarrea descomunal con sangre incluida. El diagnóstico fue colitis ulcerosa. Tras un año de tratamiento, el muchacho poco mejoró y los doctores temían que hubiera que operarlo: cortarle un trozo de intestino y ponerle una bolsa.

Los probióticos son “microorganismos vivos que, cuando se administran en las cantidades adecuadas, confieren un beneficio para la salud de quien los consume”

Como último intento, le recetaron unos suplementos probióticos. Estos los describe como “microorganismos vivos que, cuando se administran en las cantidades adecuadas, confieren un beneficio para la salud de quien los consume”.

El joven enfermo del que habla el manual siguió la pauta probiótica y “puso orden en su vida. Actualmente, ya no como de todo, sino que estudia las etiquetas de los alimenos, su composición, cuánto azúcar presentan”, señala el libro.

Respecto a los probióticos recoge también que “deben pasar por una serie de controles para garantizar que son seguros para el consumo humano” ya que el objetivo de los mismos es que “realicen acciones beneficiosas para el ser humano”.

En la obra, la bióloga añade que “saber que tenemos microbiota y lo importante que es para nuestra salud es parte del comienzo del camino hacia la salud crónica”.

Apunta que los antibióticos pueden incidir en ella ya que este tipo de sustancias modifican la fracción bacteriana de nuestra microbiota.

Hacia el final del libro, Olalla Otero recalca que la población bacteriana en el organismo influye de una manera u otra en nuestra salud.

Los efectos positivos de los probióticos en la depresión, la ansiedad y la cognición

“El revolucionario mundo de los probióticos”, de la bióloga Olalla, aporta literatura científica que avala los efectos positivos de los probióticos en la depresión, ansiedad y cognición. Cita en este punto la especie L. paracasei. Una de sus cepas (Shirota) ha demostrado mejorar los síntomas de la depresión mientras que otra (LPC37) se ha utilizado con éxito en pacientes con estrés crónico. También hay evidencias de que un probiótico ha contribuido a que mujeres embarazadas tengan menos riesgo de ansiedad y depresión postparto tras la ingesta de la L. rhamnosus HN001.

'El revolucionario mundo de los probióticos', de la bióloga Olalla, aporta literatura científica que avala los efectos positivos de los probióticos en la depresión, ansiedad y cognición

En cuanto a la función cognitiva, estudios científicos han revelado que algunas cepas de B.breve, gracias a su potente acción antiinflamatoria, ejercen efectos positivos sobre la memoria y otras capacidades cognitivas. En cuanto a la microbiota vaginal, conocida como flora de Döderlein, Otero subraya en su libro que “hoy está confirmado con creces que para tener una buena salud en nuestro tracto genital y urinario, sobre todo en las mujeres, deben abundar este tipo de bacterias”. Al respecto, indica que los lactobacilos de la microbiota vaginal son los responsables de mantener el pH de esta región algo ácido.