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DÍA NACIONAL DE LA EPILEPSIA

El 3% de la población padecerá epilepsia en algún momento

Cirugía epilepsia Hospital Clínic. Autor: Hospital Clínic Cirugía epilepsia Hospital Clínic. Autor: Hospital Clínic

La epilepsia es el trastorno neurológico más frecuente en niños y la tercera enfermedad neurológica más prevalente en personas mayores. Hoy, 24 de mayo, se celebra el Día Nacional de la Epilepsia. En el desarrollo de esta enfermedad no solo influye la edad, están implicados diversos factores genéticos y metabólicos. Los estudios poblacionales estiman que entre un 8 y un 10% de la población padecerá una crisis epiléptica a lo largo de su vida y que el 3% desarrollará la enfermedad, según explican desde la Sociedad Española de Neurología (SEN).

Estiman que existen en España más de 400.000 personas con esta enfermedad, que afecta a individuos de todas las edades y que puede debutar en todas las etapas de la vida, pero especialmente en la infancia y en los mayores de 65 años. “Son muchos los estudios que apuntan a que, en los últimos años, está aumentando la prevalencia de esta enfermedad debido al envejecimiento de la población. La edad, unida al aumento de otras enfermedades que pueden ser causa de epilepsia, como tumores, ictus o demencia, es un factor que incrementa el riesgo para desarrollar esta enfermedad y, a medida que la edad media de la población está aumentando, igual lo hace su prevalencia. Actualmente en España se diagnostican unos 20.000 nuevos casos cada año e irá en aumento, ya que según los datos demográficos a nivel nacional, se espera que el 70% de la población sea mayor de 65 años en las próximas tres décadas”, comenta el doctor Juan José Poza, Coordinador del Grupo de Estudio de Epilepsia de la SEN.

Aunque se trata de una enfermedad que puede remitir de forma espontánea (hasta en un 4% de los pacientes adultos al año y aún más de probabilidad en niños) y más de un 70% de los pacientes consiguen controlar su enfermedad gracias a los tratamientos farmacológicos existentes, la epilepsia refractaria al tratamiento médico afecta a entre un tercio y una cuarta parte de los pacientes con epilepsia. En España, actualmente, existen unos 100.000 pacientes con epilepsia farmacorresistente, que ven aumentado el riesgo de muerte prematura, traumatismos, alteraciones psicosociales y una mayor comorbilidad.

“En los pacientes con epilepsia refractaria existe la posibilidad de llevar a cabo otros procedimientos terapéuticos, como cirugía, neuroestimulación, dieta cetogénica o la combinación de dichos tratamientos con el objetivo de controlar la aparición de crisis epilépticas y mejorar la calidad de vida y su supervivencia”, añade Poza.

José María Calviño.

"Tuve una crisis con 15 años y tomé medicación hasta los 24"

José María Calviño - Sufrió epilepsia en la adolescencia

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José María Calviño, con 54 años en la actualidad, natural de Vigo, sufrió una fuerte crisis epiléptica a los 15 años. La primera y la última, hasta el momento. “Lo recuerdo perfectamente porque fue muy dura. Fui a comer a casa de mis tíos y me sentí un poco mareado. El siguiente recuerdo ya es una camilla de hospital. Perdí el conocimiento, me contaron que convulsioné y que fue complicado el episodio”, expresa este vigués, directivo de empresas y aficionado a las regatas.

Considera que, en su caso, el tratamiento fue fundamental. Y llevarlo a rajatabla. “Me llevaron a un doctor que controlaba mucho y me dio un tratamiento que tomé hasta los 23 o 24 años. En ese periodo todo fue muy estricto, me llevaba el pastillero al colegio, no podía olvidarme de tomar esa pastilla. Cuando tomaba la medicación era muy fuerte y me bajaba la tensión más de lo normal. También podía darme sueño, me podía quedar dormido. Pero en el colegio ya lo sabían. Además, ese tratamiento era incompatible con el alcohol. Eso era la norma número uno”, cuenta Calviño Cancela, que recuerda que en la época en la que los amigos/as empezaban a tomar algo de alcohol, él no podía. “Yo lo probaría mucho más tarde, claro”, puntualiza.

Con esa medicación y en el caso particular de Calviño, fue como si la epilepsia desapareciera. “Cuando tuve la crisis y me hicieron todas las pruebas, yo tenía prevalencia, es decir se percibía en el electroencefalograma que tenía epilepsia, por decirlo de algún modo. Sin embargo, después ya no. Se quedó ahí, por suerte. Viví un episodio puntual. También es cierto que cumplí con el tema de la medicación a la perfección. Recuerdo que mi madre me perseguía, me lo recordaba todo el tiempo. Otra gente que sufrió crisis epilépticas en aquel momento siguieron teniendo alguna más. Supongo que a mayores del tratamiento y del seguimiento, habrá también un componente de predisposición individual”, explica. Los controles en el caso de José María Calviño eran exhaustivos. “Al principio cada mes me hacían uno, después cada dos meses y más tarde cada seis. Después, revisiones anuales”, describe José María.

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