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Reforma de la ley del aborto

Examen a las bajas menstruales, ¿un derecho o un nuevo motivo de discriminación?

La creación de una incapacidad temporal para las mujeres con menstruaciones incapacitantes causa dudas en el ámbito laboral | Algunos expertos defienden la creación de un nuevo derecho pero otros creen que desincentivará la contratación

Examen a las bajas menstruales, ¿un derecho o un nuevo motivo de discriminación? EPC

La intención del Ministerio de Igualdad de crear, a través de la reforma de la ley del aborto, una baja para reglas muy dolorosas, algo que no existe en ningún otro país occidental, no solo ha causado fricciones en el seno del Gobierno, entre PSOE y Podemos, sino que también genera dudas en el ámbito laboral. ¿Podría ser discriminatorio para las mujeres? ¿Daría más munición a algunos empresarios para no contratarlas o promocionarlas en sus puestos de trabajo?

Las dudas son muchas, aunque están algo más despejadas desde que el Gobierno ha avanzado este viernes que se ha llegado a un acuerdo con el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social para configurarlas como una incapacidad temporal de contingencias comunes, lo que significa que las bajas las tiene que dar el médico, como el resto de incapacidades. Además, aunque había reticencias iniciales por parte del ala socialista del Ejecutivo, finalmente no supondrán gasto para el empresario, sino que desde el primer día se hará cargo el Estado, a través de la Seguridad Social.

Los médicos: Una baja necesaria

Los médicos tienen claro que deben existir bajas de esta naturaleza. “Cuando la regla duele, duele de verdad y para muchas mujeres es incapacitante”, señalaba hace unas semanas el presidente de la Sociedad Española de Ginecología (SEGO), Txanton Martínez-Astorquiza. Pero en el ámbito laboral hay división de opiniones. De un lado, UGT teme que “estigmaticen” a las mujeres y “pueda llegar a ser una causa de discriminación”. Por otro, CCOO, abraza la propuesta y señala que “hacer visible el derecho a ausentarse del trabajo por razones médicas vinculadas a la menstruación es la manera de que las mujeres lo ejerzan”.

Las feministas: Un avance legal

El Ministerio de Igualdad considera a su vez que sucederá como muchos otros derechos, el divorcio, el aborto, el matrimonio gay, que en un inicio despiertan rechazo en algunos sectores de la sociedad pero que luego son ampliamente aceptados incluso por sus detractores.

No obstante, expertas como Paloma Alma, CEO y portavoz del colectivo Cyclo, avisa de que la creación de una baja menstrual, asociada a la ley del aborto, puede generar “mucho rechazo” mientras que si se hubiera optado por la promoción de medidas flexibles en las políticas empresariales, como permitir el teletrabajo o ausentarse unas horas que luego pueden recuperarse, como ha hecho el ayuntamiento de Girona para sus funcionarias, sería algo “más aceptado”.

En su opinión, las bajas, que requieren ir al médico, son algo “más complejo” y puede que “no aporten tanto” como fomentar medidas para que las empresas entiendan que si sus empleados “están a gusto, son más productivos” y que si permiten esa flexibilidad “es bueno también para la empresa”. Alma considera que la medida debería llegar acompañada de la impartición de educación menstrual en los centros educativos, para que haya más formación sobre estas situaciones.

Los empresarios: Una medida que despierta recelos

A su vez, el profesor de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social en la Universidad de ValenciaAdrián Todolí, considera importante aprovechar el debate suscitado a raíz de la baja menstrual para recordar que los trabajadores tienen derecho tanto al descanso como a las bajas médicas. “Hay dolor incapacitante y eso lo decide un médico. Ya está bien de pensar que el dolor es algo muy natural”, recuerda. Licenciado en Economía y doctor en Derecho, Todolí añade, sin embargo, que la actual normativa ya contempla tres días (no remunerados) de ausencia laboral cuando un trabajador se encuentra mal y no puede acudir a su puesto.

Respecto a la futura baja menstrual, el experto admite que quizá genere recelos en el mundo empresarial si la ley recoge que se trata de una baja remunerada. “Todo depende de cómo se concrete”, concluye tras destacar que, en su opinión, puede haber personas que abusen de este permiso médico, cuyo control “no parece sencillo”.

Los sociólogos: ¿Quién paga?

Mientras, Gina Aran, profesora colaboradora de los Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), se muestra completamente partidaria de la futura baja para las mujeres que sufran tanto dolor que no sean capaces de poder trabajar. Experta en liderazgo y recursos humanos y responsable de la consultora Ingium, Aran recuerda que las mujeres no han escogido tener la regla, una condición biológica regular y natural que permite engendrar hijos y que el mundo siga existiendo. “Si no tenemos descendencia ¿quién va a pagar las pensiones? ¿quién va a ser consumidor? Las mujeres estamos protegiendo el futuro. Deberían darnos las gracias y aplaudirnos”, subraya.

La baja menstrual es, en opinión de la docente y empresaria, es una medida que protege a las mujeres y que normaliza la paternidad y la maternidad. Pero -añade-, tiene una cara B: el hecho de que las trabajadoras pasen a estar señaladas, más de lo que ya están. “Hay que romper esa mentalidad retrógrada”, concluye la experta, firme partidaria de que la baja sea remunerada. Ahora bien ¿quién la paga? “La mujer no, desde luego. Entonces quedan dos partes, empresa y Estado. No veo descabellado que la empresa participe”, concluye la experta tras recordar a sus colegas empresarios que hay muchas mujeres muy válidas y hombres muy vagos que se quedan en casa por un dolor de nada.

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