Sophie Muller, representante de Acnur en España, asegura que en el año 2021 se presentaron 65.000 solicitudes de asilo por parte de ciudadanos de otros países y en lo que va del presente ejercicio ya se han formulado otras 6.000. Eso supone que España es el tercer país europeo con más peticiones de protección internacional.

Así lo asegura durante su intervención en las Jornadas sobre Inmigración organizadas por el Consejo General del Poder Judicial y el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) en Santa Cruz de Tenerife.

Siria, Venezuela y Ucrania son los tres países en los que este año previsiblemente se producirán más desplazamientos de su población. En esa línea, Muller advirtió de la situación del país latinoamericano, que está volviendo a la realidad del 2009.

En opinión de Muller, ciudadanos venezolanos, colombianos y peruanos son quienes más llegan como refugadios a España.

Para la portavoz de Acnur en este país, esta realidad se debe a la situación preocupante que se produce en dicha región de Sudamérica, con un elevado número de elecciones, tensiones políticas, económicas y sociales. Y también advirtió de la realidad de países como Honduras, El Salvador o Guatemala, donde la violencia genera desplazamientos forzosos de elevados colectivos de la población.

Respecto a Venezuela, aclaró Muller que existe un incremento relevante de la violencia, falta de seguridad, carencia de alimentos o de medicamentos, que confluyen en una situación crítica para los Derechos Humanos.

Desde su punto de esta, es previsible que estas circunstancias lleven a los ciudadanos de esta zona de América a salir de la región y establecerse en España.

Respecto a la situación de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, la representante de Acnur alabó el papel jugado por Polonia, que abrió “sus fronteras y sus casas” para acoger a una parte importante de los ciudadanos ucranianos que han salido de su país. Y señaló que Polonia ya ha acogido a más de tres millones de afectados por el conflicto bélico.

Por parte de Acnur, a estas personas que han escapado de su territorio se les ofrece dinero y en especie, es decir, bienes de primera necesidad, porque “han salido con lo puesto” muchos de ellos. La citada agencia ha detectado que la mayoría de los desplazados por la guerra son mujeres, niños, personas mayores o discapacitados. Y en muchos casos salen de dicha zona "destrozados moralmente".

Para dicha agencia, ofrecer herramientas de coordinación e información resulta fundamental para evitar episodios de violencia de género y trata entre personas refugiadas que salen de Ucrania, con el objetivo de evitar riesgos. Estas advertencias se plantean tanto a los propios refugiados como a toda la población civil.

Muller explicó en el citado foro técnico para magistrados y jueces que durante el pasado año hubo 84 millones de desplazados en el mundo, que no hallaron otra opción para encauzar su vida. "Tendremos que preguntarnos por qué", aclaró la portavoz de Acnur. De esa cifra global, unos 26,6 millones solicitaron refugio en los países a los que llegaron. En esos desplazamientos migratorios participaron 35 millones de niños. Y más de un millón de menores nacieron en el 2021 como refugiados.

Frente a lo que se podría pensar, aclaró Sophie Muller que el 85 por ciento de los movimientos humanos por diversas razones (económicas, políticas o conflictos bélicos, entre otras) se llevan a cabo hacia países en desarrollo y solo el 15 por ciento restante a los llamados "países ricos".

Una de las líneas de trabajo principales de Acnur pasa por la identificación y el conocimiento de las circunstancias de cada persona, su perfil y, sobre todo, las razones por las que han decidido salir de su territorio de origen.

Afganistán es otro país en los que desde el pasado año se ha apreciado un volumen importante de movimientos migratorios hacia estados vecinos, como Irán o Pakistán. Para Muller, en las últimas semanas se han apreciado situaciones críticas contra los derechos humanos, ya que, por ejemplo, se impide a las niñas mayores de 12 años acudir a la escuela y las mujeres están obligadas a cumplir una estricta normativa a la hora de vestir.

Sobre la realidad concreta de España, manifestó que la llegada de personas en situación irregular por vía marítima desde África se detectan "flujos mixtos", puesto que, por ejemplo, en una misma patera o cayuco pueden venir, por una parte, migrantes que quieren llegar a Europa por razones económicas, educativas o laborales, así como de quienes huyen de su país al no tener otra opción ante las guerras o las violaciones de los derechos humanos que padecen en sus regiones de origen.

Al ser preguntada por los medios sobre si realmente se va a producir una disminución de la salida de migrantes desde Marruecos, tras las reuniones entre los gobiernos de España y el reino alauí, Muller comentó que "estamos analizando las consecuencias de los últimos movimientos diplomáticos, a ver cómo eso está influyendo en rutas o trayectorias".

"Estamos mirando tendencias para ver cómo se mueven las rutas", apuntó la portavoz de Acnur en España. Recordó que, desde octubre del 2019, "estamos viendo un cambio de rutas, porque los traficantes están adaptándose en base a los recursos que se ponen en marcha, poniendo a personas, niños y mujeres, en situación dramática, aprovechándose de su desesperación".

Expuso que una de las características que se registran en los últimos años es la llegada de mujeres solas, así como de menores no acompañados. "Desde finales del 2019 hemos visto muchas más mujeres solas y nos han llamado la atención las trayectorias, por ejemplo desde Costa de Marfil, pasando por diversos países y no siempre con la misma" ruta, indicó Muller.

Aclaró que en algunos enclaves de Costa de Marfil hay realidades preocupantes y algunas de las afectadas salen de su territorio tras vivir situaciones de violencia de género o de mutilación genital. Y, al llegar a otros países, vuelven a padecer agresiones por su condición de mujeres y tienen riesgo de caer en redes de trata de personas.