Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Día de la madre: la maternidad desde distintas perspectivas

“Ser madre me da fuerzas para seguir”

Dolores López, que acaba de superar dos cánceres, dedica este día a su hija, Gabriela, “por toda su ayuda”

Dolores López con su hija, Gabriela Vázquez; Uxía González con su hijo, Roque González y Vanesa Collazo, embarazada de 33 semanas

Con 42 años a Dolores López le diagnosticaron cáncer de mama. Unos meses después, de ovario. “El de pecho lo aguanté bien, el de ovario pudo más él que yo”, expresa López. Dos operaciones, la segunda más agresiva. Secuelas físicas y psicológicas. No podrá tener más hijos. Era uno de sus deseos: un hermano para Gabriela. Gabriela, con 11 años cuando su madre enfermó (ahora tiene 14), la cuidó durante todo este tiempo. Para Dolores, que lleva ya un año sin tratamiento, la niña ha sido “el motivo para seguir”. Cada madre tiene una historia. Como la de Dolores. O la de Uxía y de Vanesa, que afrontan la maternidad en solitario por elección.

A principios de 2019 a Dolores López le diagnosticaban cáncer de mama. Unos meses después, cáncer de ovario. Sin apenas recuperarse de la primera noticia, llegó la segunda. Y la peor. Del primero se recuperó fácil, tras una intervención, según sus propias palabras. El segundo fue duro.

En junio de 2019 se operó del cáncer de ovario. Y cuando despertó recibió la peor noticia: la mejor opción para la vida de Dolores fue una histerectomía abdominal. Tenía 42 años. No se lo esperaba. Ella misma lo dice. Fue un shock. Tenía la esperanza de que solo tuviesen que extirpar una parte, pero no fue así. “No lo asimilé, me pasé casi un mes en el hospital, fue muy duro. Y todo lo que vino después también”, comenta Dolores, que en la actualidad tiene 45 años. Es madre de una niña de 14, que en aquel momento tenía 11 años y la acompañó en todo este “duro camino”, como ella indica. Tal fue el impacto del resultado de la operación, el sufrimiento del momento, que Dolores no recuerda nada de aquella semana en la que tuvo lugar la intervención, como ella misma indica. “Dicen que el cerebro tiende a borrar los recuerdos duros, ¿no? Para evitar más sufrimiento, pues algo así debe ser”, cuenta Dolores, que está en tratamiento psicológico desde entonces. “Con el de mama fue todo bien pero con el de ovario tenía la sensación de que mi familia no me decía la verdad, que había algo que estaba mal y no me lo comentaban. Después pasó lo de la operación, fue todo muy rápido, en muy poco tiempo”, expresa Dolores López, de Poio. Es rotunda al expresarlo: “El de pecho lo aguanté bien, el de ovario pudo él más que yo”.

Dolores López con su hija, Gabriela Vázquez, en Lourido. Rafa Vázquez

Se juntaron muchos sentimientos, fue como si su vida se parara, todo se puso oscuro: un giro de 180 grados y no veía luz. En el fondo, Dolores quería volver a ser madre, tenía esa esperanza, de tener un niño. Con la operación y 42 años todo se truncó. “Fueron muchas cosas, primero piensas que te vas a morir, después de la intervención el shock de no poder volver a ser madre y todo lo que conlleva para un cuerpo de 40 años esa extirpación”, expresa López.

“Mi hija estuvo ahí en todo momento, ayudándome con el tratamiento”

decoration

En este momento se produjo también la separación de su marido, preocupación añadida a sus problemas de la salud. Una temporada dura de tratamiento para el cáncer, quimioterapia, etc... “Mi niña estuvo ahí en todo momento, ayudándome, con los efectos de la quimio que te deja sin fuerzas, con vómitos... a pesar de ser tan pequeña lo afrontó con valentía y me ayudó muchísimo. No es justo que haya tenido que pasar algo así pero por todo ello quería dedicarle este reportaje y este Día de la madre a ella porque realmente ella es lo único que me da fuerzas para seguir”, describe López.

Llegó a pensar, como ella misma expresa, que si se iba a morir, por favor, que la vida le permitiera seguir unos años más, al menos hasta que la niña, Gabriela, cumpliese los 18 años, “para tener la vida un poco enfocada a lo que quiera estudiar y hacer en el futuro”.

Cada persona vive la maternidad de modo distinto, también a la hora de expresarlo. Hoy, Día de la Madre, hay infinitas historias para contar, tantas como madres, con sus características, singularidades y condicionantes.

Para López la maternidad siempre ha sido fundamental en su vida. Y la enfermedad le ha servido para reafirmar lo importante que es ser madre para ella. Tanto que ha sido el motor primordial durante todo este tiempo. “Es que con todo lo que me pasó, la enfermedad, el tratamiento para poder salir, la separación, no saber si vas a poder volver a trabajar, a tener fuerzas para poder llevar el día a día...”, asegura López, que contó en todo momento con la ayuda de la Asociación Española contra el Cáncer de Pontevedra.

“Nos ayudaron muchísimo y nos siguen ayudando. Nunca será suficiente mi agradecimiento por todo lo que hacen por nosotras”, afirma Dolores sobre el papel de la asociación durante todo este tiempo.

La recuperación del cáncer coincidió gran parte del tiempo con la pandemia. Ahora Dolores lleva ya un año sin tratamiento y empieza a sentirse mejor. Han sido tres años “muy difíciles”, en los que Dolores ha aprendido a “valorar otras cosas”. “Las pequeñas cosas, las amistades reales, compartir tiempo, la gente que te quiere, sin intereses. Y, sobre todo, lo especial que es mi hija y cómo se ha portado durante este tiempo. Ella también lo ha pasado muy mal. Además de lo mío le han afectado otras cosas tristes sucedidas durante este tiempo”, cuenta Dolores.

Del cáncer y el tratamiento le han quedado secuelas. “La fibromialgia es la principal. Me canso rápido y tengo pocas fuerzas. También sequedad en los ojos (Síndrome de Sjogren). Al final, tengo una minusvalía del 69%. Hasta que se resolvió el tema de la minusvalía la asociación estuvo ahí para todo. Lo sigue estando”, expresa Dolores.

Otro de los efectos de todo este proceso de la enfermedad del que ahora se recupera ha sido una menopausia prematura. “Creo que mi cuerpo no estaba preparado para asumir una menopausia en este momento de mi vida, yo lo creo así, pero con la operación todo se precipitó”, concluye Dolores. Han sido muchas cosas. Necesita tiempo para recuperarse. Y, en primer plano, está su hija.

Dolores López con su hija FDV

“Es una foto especial, días antes de quedar sin pelo”

decoration

“Esta foto es muy especial para las dos. Es la foto que más le gusta a Gabriela. Este día me corté mi melena y 19 días después ya no tenía pelo”. Recuerdan esta imagen porque ambas se preparaban, de algún modo, para lo que venía. Empezaba el tratamiento, “la quimioterapia, lo pasé mal”, como recuerda Dolores. Uno de los momentos más complicados para las y los enfermos de cáncer es la pérdida del pelo.

“Antes de que me cayese todo me lo corté, así parece que es menos traumático. Tenía melena y en la imagen se ve el pelo corto. Es que para nosotras, para las mujeres en especial, digo, el pelo es una parte muy importante de nuestro cuerpo. Después ya me cayó todo”, expresa Dolores López.

Ella se había operado de cáncer de mama el 28 de marzo. Esa situación no fue demasiado difícil, al menos así lo recuerda. Pero poco después vendría el de ovario. Esta segunda operación (“histerectomía abdominal”) fue el 2 de junio de ese mismo año, 2019, y ahí empezaba la parte más dura para Dolores. Continuó con sesiones de quimio tras la segunda operación pero, según sus palabras, le costó mucho. “La niña fue un apoyo en ese momento. Se sentaba conmigo en cama y me decía: ‘Mamá, tienes que comer y tienes que beber’. Me hacía vídeos de Tik Tok para arrancarme una risa. Yo siento mucho que haya tenido que pasar por esto, la verdad, siendo tan pequeña”, comenta Dolores. “Tras la segunda operación me sentí muy rara; como que ya no era yo. Cambió todo de repente. Y a partir de ahí el tratamiento se hizo cuesta arriba, incluso me tenían que llevar al hospital a dar la quimio en silla de ruedas porque no tenía fuerzas. En este tiempo la niña me dio mucha energía. Era ella la que me animaba. A veces pienso que si no llega a estar no sé si lo superaría. También quiero agradecer a mi madre, que es una madre maravillosa”, apunta López.

Uxía González con su hijo: Roque González. / FDV

“Tener un hijo sola es la mejor decisión que he tomado en la vida”

Uxía González - Madre sola por elección

decoration

Uxía González es de Tui, maestra de Pedagogía Terapéutica. “Fui posponiendo la maternidad por cuestiones de trabajo y porque no me lo planteaba hasta que llega un día y dices: tengo 40 años, si quiero ser madre tiene que ser ahora o no va a poder ser. Al no tener pareja en ese momento vi la opción de la inseminación. Fue un proceso bastante largo, dos años de tratamientos, hasta que al final sí que fue posible”, expresa González, de 43 años en la actualidad.

Roque es su pequeño. Tiene 18 meses. “Si te digo la verdad nunca pensé que no iba a poder ser madre. En cuanto empecé a intentarlo creía que sí iba a poder. Pero en el cuarto intento algo en mi cabeza cambió y fue ahí cuando pensé: pues igual al final esto no va a poder ser. Tuve la suerte de que el médico era un encanto y nunca dejó de animarme. Si yo pensaba en parar él me decía: de ninguna manera, venga adelante. Quizás si no llega a ser por su actitud hubiese desistido antes, no lo sé. Estoy infinitamente agradecida al doctor”, comenta Uxía González, en alusión al equipo de la clínica de Vigo que llevó su proceso.

“Es lo mejor que he hecho en la vida, estoy muy contenta. Feliz. Con muchos miedos y dudas todavía de cómo llevar el día a día”

decoration

“Es lo mejor que he hecho en la vida, estoy muy contenta. Feliz. Con muchos miedos y dudas todavía de cómo llevar el día a día”, cuenta González. Según sus palabras, quizás “a nivel logístico” tenga más dificultades que una pareja. “Pero tengo apoyo familiar, están los abuelos y el tío que me ayudan mucho. Yo dejo al niño en la guardería cuando me voy a trabajar y lo recojo a la vuelta. Pero si necesito que alguien lo coja o que se quede con alguien cuando está malito, tengo a la familia”, describe González.

“Estoy trabajando en un centro educativo de infantil y primaria (CEIP) y me van cambiando de colegio. Pero en Educación podemos pedir por conciliación, de modo que aunque cambies de colegio te adjudican centros cercanos”, expresa Uxía.

Como maestra asegura que en el ámbito educativo se puede hacer mucho para normalizar. “Ya se trabaja el tema de las familias con cuentos y eso pero es cierto que a veces en actividades puntuales. Es importante integrar la diversidad familiar, los distintos tipos de familia en el día a día del cole. Y evitar hablar desde la carencia, evitar decir que un niño ‘no tiene padre’. Es mejor hablar en positivo. La familia de tal niño está compuesta por una madre y un padre y unos abuelos. Y la de otro niño por la madre, los abuelos y un tío, por ejemplo”, apunta Uxía.

Vanesa Collazo embarazada de 33 semanas. FdV

“É o que quero nestes momentos e a bioloxía manda; conto coa axuda dos meus pais”

Vanesa Collazo - Embarazada. Será nai soa por decisión propia

decoration

“No meu caso, sempre tiven moito respecto polo tema dos pais, dos avós. O tema dos pais é moi importante para min. Chegou un punto no que me apetecía ser nai e non tiña parella. Teño 40 anos nestes momentos. Optei entón por telo soa, para min non é un problema, para nada. De feito, non descarto ter parella despois. Pero nestes momentos a bioloxía mandaba. A fertilidade é a que é, pola idade. E podía ter problemas para quedar embarazada se agardaba máis tempo. Na asociación dixéronme: con este tema sabes cando empezas pero non cando acabas. Porque pode haber varios intentos ata conseguir o embarazo. No meu caso hei de dicir que foi á primeira”.

Vanesa Collazo (1981) é de Vilaboa. Está embarazada de 33 semanas. No seu caso foi por inseminación e quedou embarazada no primeiro intento. Asegura que levou o embarazo “xenial”. En breve será nai de… “Lois”, indica Vanesa. “Un neno, Lois”.

Collazo contactou coa Asociación de Nais Solteiras por Elección para informarse de como levar a cabo o proceso do embarazo, da inseminación, se sería posible con óvulos propios ou habería que proceder a ovodonación. No seu caso tivo a sorte de ter o proceso máis sinxelo cando unha muller toma esta decisión: inseminación con óvulos propios. É máis, Vanesa non descarta ter máis fillos, sexa ela soa ou cunha futura parella.

“A verdade é que non o cría, tan pronto, ademais. Estou moi contenta porque é o que quero nestes momentos. E para min a maternidade é algo independente de ter parella. Teño a sorte de ter a meus pais, que aínda son novos, e nos que me apoiarei o necesario. Para min os avós son moi importantes. Eu vivino e tamén me gustaría que o neno teña os avós cerca, xa non dende un punto de ceder todo o tempo, sinón no sentido de transmisión de valores e todo iso”, conta Collazo. A cociña é a súa paixón. De feito ela era cociñeira. Pero cambiou de traballo para poder ter máis flexibilidade de horarios. Agora é comercial. Traballa na empresa Artesa Rías Baixas S. L, “creo que son exemplo de conciliación”, indica Collazo.

“Se quero ter un neno a esta idade tamén é para estar máis con el, que creo que tamén é unha diferenza respecto aos 20 nalgúns casos”, comenta. Vanesa o que non quería era ter un fillo cunha parella coa que levara pouco tempo, “por unha cuestión de coñecerse, é unha responsabilidade moi grande”. Destaca Vanesa a importancia de coidarse durante o embarazo. Nestes momentos está indo a clases preparto en Fisioterapia Impulso, en Pontevedra (“tamén irei a clases postparto”, indica).

Considera que para procesos como o dela na Seguridad Social deberían ampliarse os tempos. “Creo que deberían revisar este tema e aumentar o prazo xa que agora só é ata os 40 anos. Considero que os tempos xa piden outra idade”, comenta Collazo.

Compartir el artículo

stats