Se espera que esta semana se oficialice la cuarta dosis de vacuna contra el COVID-19 para los mayores de 80 años, grupo etario que en Galicia engloba a unas 236.000 personas, cerca del 9% del total del censo de la comunidad. Se trata de la población de mayor riesgo de fallecimiento por coronavirus –en Galicia supone más del 70% de las muertes por esa causa– y el segundo pinchazo de refuerzo cuenta con el respaldo de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) y del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC), organismos que, sin embargo, no ven todavía justificado reforzar la vacunación de todos los grupos de edad de adultos.
Como ya informó FARO semanas atrás, las autoridades sanitarias gallegas sí prevén que el cuarto pinchazo se termine administrando no solo para las franjas de mayor edad, sino para todos los adultos, especialmente de cara al otoño-invierno, cuando se espera que aumenten aún más los contagios. Por eso los “vacunódromos” gallegos no se han desmantelado del todo.
El cuarto pinchazo, que ya se ha administrado para inmunodeprimidos, cuenta ya con el visto bueno de la Ponencia de Vacunas del Ministerio de Sanidad para los mayores de 80 años. Ahora deberá contar con la aprobación de la Comisión de Salud Pública y del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud.
Según el último informe sobre la situación actual del COVID-19, emitido ayer tarde por el Ministerio de Sanidad, la incidencia acumulada a 14 días de los mayores de 80 años es de 796 casos por 100.000 habitantes, y supera el millar en ocho comunidades: Asturias, Canarias, Cantabria, Castilla y León, Extremadura, Galicia, Murcia y Navarra. Galicia tiene la tercera cifra más alta de España en este indicador: 1.394 casos por 100.000 habitantes, solo superada por Asturias (1.493) y Navarra (1.492). Además, la incidencia a 7 días (729, más de la mitad que a 14 días) indica que los casos seguirán al alza en los próximos días en este grupo etario. Entre los grupos de 60-69 y 70-79, las incidencias a 14 días son menores, 1.055 y 1.164, respectivamente.
La administración de la cuarta dosis sería, en principio, con vacunas ARNm (Pfizer y Moderna), que no estarán actualizadas a ómicron antes del verano. Otra cuestión a considerar es el calendario, que debería diseñarse para que la protección de este refuerzo no empiece a decaer antes del temido otoño-invierno.
Un reciente estudio estadounidense apunta que la protección de la tercera dosis de la vacuna de Pfizer contra el ingreso hospitalario provocado por la variante ómicron cae del 85% al 55% después de 3 meses.
