Intervenir menos en la moderación de contenidos e incrementar así la libertad de expresión en la red, hacerla más democrática, en teoría. Evitar cuentas sin identificar, es decir, que detrás de cada perfil exista una persona. De este modo, las intervenciones serán más humanas. Y quizás así sea más difícil el insulto, la agresividad, la actividad de ‘trolls’, de ‘haters’ sin piedad... Son todo suposiciones de lo que puede pasar a partir de ahora, tras la compra de Twitter por parte de Elon Musk. O al menos es lo que ha trascendido entre los planes del magnate para la redefinición de esta red social. Habrá que esperar para ver si los tiros realmente van por ahí.

–¿Qué ventajas e inconvenientes ve en la compra de Twitter por parte de Elon Musk?

–En cierto modo me recuerda a la compra del periódico ‘Washington Post’ por parte de Jeff Bezos en 2013. Musk es ahora el hombre más rico del mundo, compra Twitter y me viene a la cabeza esa operación previa. Pero Twitter no es un medio de comunicación. Es parte del ecosistema comunicativo periodístico.

–Con muchísima influencia, además...

–Tiene muchísima importancia en el ecosistema periodístico. Hay algunas cuestiones que iban mal.

–¿Cuáles?

–Es un mal negocio. Hace mucho que no innova. Hay cuestiones que funcionan mal, como los ‘trending topic’, por ejemplo. Algunos son absolutamente irrelevantes, teniendo en cuenta lo que sucede en una sociedad. Además, los gestores principales de Twitter no usan Twitter. Decía la persona que ponía el foco en este detalle, que escribió sobre esto en la revista ‘The Atlantic’: es como si tú vas a un restaurante en el que la gente que lo lleva no come nunca allí. No tiene ni idea de si el menú gusta a la gente, por qué ni por qué no. Musk, por ejemplo, sí es usuario habitual de Twitter.

–Entre los planes para la modernización de la red que han trascendido con esta operación de compra: libertad de expresión, desvelar algoritmos... ¿Los ve viables?

–Habla de intervenir menos en la moderación de contenidos. Le parece que se ha ido demasiado lejos y que debe prevalecer la libertad de expresión. Twitter es una plaza pública en la que no tendría que intervenir nadie a no ser que haya una agresión. Otro reto: mejorar los algoritmos de detección de bots (cuentas falsas), autenticar a todos los humanos y hacer públicos los algoritmos de la red.

–¿Es posible dar a conocer los algoritmos de funcionamiento de la red o puede ser contraproducente?

–Me parece muy interesante este tema. Desvelar cómo funcionan los algoritmos para mejorar la confianza de los usuarios. Twitter no es neutro a la hora de tratar a los usuarios. Un tuit puede permanecer oculto para una persona (porque no tuitea habitualmente sobre ese tema) y para otra no. Esto estaría genial. La intención también es hacer público cómo se crean los ‘trending topic’, también es interesante porque son mejorables.

–¿Y los perfiles falsos: se podrá obligar a que todas las cuentas sean de personas?

–Autenticar a todos los humanos es muy interesante. También es complicado porque puede haber muchas personas interesadas en mantener el anonimato y no estar dispuestas a pasar ninguna autenticación a través de móvil o por cualquier otra vía. Digo interesante en el sentido de humanizar más la conversación. Además, uno de los grandes problemas de Twitter es el abuso, acoso, insulto... y en todo esto tiene mucho que ver el tema del anonimato, ya que muchos se amparan en esto, en la no identificación, para el insulto.

–Trump ha dicho que no piensa volver a Twitter, tras conocerse su adquisición por parte de Musk.

–Trump ha dicho que no va a volver aunque se lo pidan. Trump, al igual que Musk, son personalidades bastante caóticas. Los dos. De todos modos, su personalidad es impredecible. Quiero decir, que puede volver a redes si ve que le interesa y dejar atrás la que está creando que, por cierto, no va bien. No puede haber nadie que asegure en estos momentos lo que va a hacer.