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Redes sociales

Una red social que ofrece empatía en lugar de likes

Jóvenes trabajan en una aplicación web "sana" que cuidará el bienestar emocional y la salud mental | Quiere ser un punto de encuentro en el que expresar emociones a través del arte

Lidia de Gracia, Ginés Carreto y Paula Ferrer el pasado martes en la plaza del Tubo de Palma.

La llamada Generación Z —nacidos a partir de 1995, nativos digitales que no conocen la vida sin internet— quiere ser también la Generación SM o de la salud mental. Ese es el objetivo de un ambicioso proyecto liderado por la asociación Gira-sol en el que se han implicado decenas de jóvenes y que se materializará en el nacimiento de una red social "sana" en la que los likes importen menos que el bienestar emocional.

Gira-sol, entidad asociada con Estel de Llevant y Fundación Es Garrover bajo el paraguas de 3 Salut Mental, inició en marzo un debate de ideas y propuestas para tratar de dar respuesta a los retos que plantea la salud mental de una generación de jóvenes y adolescentes hiperconectada, con todo lo bueno y lo malo que eso implica.

El pasado 9 de abril el debate de propuestas dio paso a una hackaton celebrada en el Parc Bit en la que una veintena de alumnos de la Escola Politènica Superior de la UIB empezaron a desarrollar una nueva aplicación. Fue el punto de partida de lo que será una nueva red social que permitirá expresar los sentimientos y emociones de cada uno a partir de expresiones artísticas. Tecnología al servicio de la salud mental.

"En el debate de ideas ganó el reto de vincular la salud mental con el arte. El objetivo es conseguir que el arte sea un canal de expresión de emociones para volcarlo en una aplicación, que es una herramienta que muchos de los usuarios conocen y con la que están familiarizados. La idea es que compartan con sus iguales cualquier expresión artística: pintura, música, maquillaje o baile. Y que sea una aplicación diferente de las actuales; que no se base en encontrar el reconocimiento de los demás y sí en el hecho de expresar esas emociones", explica Lidia de Gracia.

Integradora social y trabajadora del servicio ocupacional de Gira-sol, esta joven aclara que también se ha involucrado en este proyecto como representante de la Generación Z. "Cada persona tiene una manera de expresarse artísticamente. En mi caso sería la pintura o la escultura. A la hora de subir mi publicación en mi perfil la vincularía con una emoción. Y a partir de ahí se trata de buscar una interacción con otras personas", subraya.

Ginés Carreto es uno de los estudiantes de Ingeniería Informática que se ha involucrado en el desarrollo de esta nueva herramienta. "Es una aplicación web en la que podrás registrarte con un usuario y ver las publicaciones de tus compañeros. Te irá preguntando cómo te sientes después de ver una publicación, es algo que va muy bien para monitorizar la salud mental, ayudar a los jóvenes a compartir sus emociones y a entenderse mejor entre ellos", asevera.

También participó en la hackaton Paula Ferrer, estudiante de Ingeniería Informática. "Es un proyecto que me hace mucha ilusión, aunque da respeto por su envergadura. Desarrollo la parte de lo que el usuario va a ver y tocar, lo referente a la funcionalidad, colores y requisitos", señala.

Estudiantes en la hackaton del 9 de abril en el Parc Bit. UIB

Un botón de ayuda

Esta red social incluirá un botón de ayuda con recursos profesionales para ofrecer apoyo a quien lo necesite. "Las redes sociales como Instagram provocan más sentimientos negativos que positivos al compararte con otros. Hay gente que lo pasa mal, aunque no se vea. En una aplicación sana tiene que haber un sitio donde ofrecer apoyo a personas que se sienten perdidas, ayudarles a expresarse y a establecer vínculos", manifiesta De Gracia.

Observan problemas comunes en los jóvenes de su generación. "Hay ansiedad, incertidumbre por el futuro y una necesidad de aceptación que por ejemplo te provoca Instagram. Esta aplicación estará pensada para vivirla de manera más libre y tranquila, con gente que se sienta como tú", afirma Ferrer.

Carreto comparte ese diagnóstico, y destaca que su intención es darle la vuelta a la tortilla. "Queremos demostrar que las redes sociales y las nuevas tecnologías no son malas, únicamente depende de cómo se utilicen".

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