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Fernando Franco | Periodista, autor de “40 anos da moda en Galicia” Periodista, autor de “40 anos da moda en Galicia”

“Sin las costureras el bum de la moda en Galicia hubiera sido imposible”

“Hay cosas más importantes pero no considero que la ropa sea una frivolidad”

Fernando Franco, mostrando su nuevo libro, en el salón de su casa en Vigo. Ricardo Grobas

Más de 40 años de brillante periodismo atesoran la pluma y teclado de Fernando Franco (Vigo, 1951). Principalmente desde FARO, ha relatado la realidad de un tiempo efervescente con la música, moda y cultura hermanadas. Él, que asegura “no tener memoria”, ha rebuscado en recuerdos y hemerotecas para publicar “40 anos da moda en Galicia” (Guiverny), un libro clave sobre la epopeya del diseño del país.

–Lo curioso del libro es que presenta la historia de la moda gallega pero con retazos biográficos suyos. ¿Qué hacía velando a Franco?

–En el libro procuro, para darle un aire más cercano e íntimo, hablar desde la perspectiva del periodista que lo ha vivido y conocido a a personas. En el caso que citas, por un azar de la vida yo estuve guardando el cadáver del Generalísimo. Era uno de los cuatro que los guardaba, sin vinculación ideológica con él, sino por estar en los Cuerpos de Operaciones Especiales en Madrid.Uno de los días del funeral estuve a un metro y medio y frente a la cabeza de Franco en el Palacio Real viendo pasar durante toda una noche a miles de personas. Incluso vi morir a uno tras su propio colapso tras dar el taconazo y poner el brazo en alto. Vi pasar la masa media gris de entonces y cómo se vestía entonces.

–Ha presenciado muchos cambios en la moda en Galicia como pasar de la sastrería al prêt à porter (listo para llevar). Me lo imagino con el pantalón de pana acampanada hecho en Sastrería Juncal.

–Yo soy hijo de los Beatles y de los Rolling. Nunca fui hippy pero sí nos afectaron esos impactos. Entré en la universidad en 1969, por lo tanto en los años 60 el prêt à porter estaba extendiéndose pero aún lo conciliábamos con el sastre o la modista que nos hacía prendas para los momentos importantes de nuestra vida. Recuerdo ese pantalón y una levita preciosísima que llevaba a mis 17 años cuando salía a pasear por Príncipe que me hicieron también en Juncal. Entonces, no sobraba la ropa en los armarios. No considero que la ropa sea una frivolidad, aunque hay cosas mucho más importantes en la vida.

–¿Se considera un superviviente de esos años de locura, los 80?

–Al venir la democracia, vinieron aires para mirarse al ombligo y buscar el placer, el disfrute, aunque no olvidemos dentro de un momento de crisis. No obstante, yo entré en esa etapa cuando ya era un superviviente de la anterior. La gente con la que me relacionaba en esos años, los 80, tenía una edad inferior a la mía. Me tocó vivirlo desde el periodismo. También viví de forma intensa el fenómeno de los GRAPO, pero sin vincularme ideológicamente nunca. Llegué a ser cierto intermediario de periodistas que venían a entrevistar a los grapo. Eso fue en los 70. En los 80, era intermediario de la gente de la prensa que llegaba a Galicia para ver qué era lo que pasaba en Vigo en moda y en la noche. Yo trabajaba para “Galicia Moda” , aglutinante del sector.

–Ya que habla de “Galicia Moda”, era una revista excepcional y de 300 páginas.

–Fue impresionante y tuvo que ver con un azar histórico. En algunos ámbitos, aparecen personajes singularísimos cada decena de años con intuición que conectan con las tendencias de otros países. Esa persona en los 80 y la moda gallega fue Luis Carballo. Cuando entrabas en Galicia Moda [en su cuartel general en Gran Vía] hasta el último cenicero tenía que ver con conceptos de estética, por cierto, todo por medio de la tienda de Luis Sirvent que ha estado en conexión con lo último en diseño desde siempre.La revista buscaba una identificación con una Galicia nueva, en moda, arquitectura, joyería, cultura... Era un producto muy caro, que logró apoyo de la Xunta, y que representaba a Galicia en el exterior.

–Usted también destaca la importancia del papel feminino. ¿Fue clave la mano de obra tan especializada de costureras?

–Sin la mano de obra de costureras tan buenas en Galicia hubiera sido imposible el bum de la moda gallega. La idea se tuvo que apoyar en un contexto real. En Galicia, no solo teníamos la larga experiencia de modistas sino de empresas del sector sin nombre llenas de mujeres. En el libro, uno de los autores señala que la abundancia de mano de obra femenina constituyó el factor decisivo para el impulso de este sector fabril.

–¿Conocen las nuevas generaciones este pasado reciente?

–Hay bastante desinformación. La gente joven, imagino, está tan desbordada por su presente que no sabe qué ha pasado hace poco para que Galicia empezase a ser reconocida.

–¿Cómo revivir ese bum ahora?

–Se tendrían que dar unas circunstancias de carácter económico y social como se dieron en los 80. Tendría que aparecer una persona que supiese unir intereses y voluntades con un proyecto ilusionante. Esa persona sale cada 40 o 50 años. En este momento, no la hay.

–¿Qué anécdota cuenta de cuando los diseñadores gallegos desfilaron en París en 1985? –La más simpática es que las ropas de varios diseñadores quedaron bloqueadas por un atasco por la nieve en la frontera. Estábamos a punto de empezar el desfile y faltaba ropa de cuatro o cinco diseñadores. Al final, Gene Cabaleiro, que creo que ya había inaugurado tienda propia en París, cedió ropa a otras marcas pero nadie se enteró. –Masiel, Almodóvar y Lucía Bosé eran asiduos a los primeros desfiles de firmas gallegas. –Había mucha vinculación. Cuando íbamos a presentar los desfiles de María Moreira a Cibeles en Madrid hacíamos grandes fiestas en el Palace a los que acudían Masiel y Almodóvar porque él en alguna película llevó ropa de Moreira. –El ejemplo de María Moreira es total porque lanzó su marca cuando casi no había empresarias. –Exacto. Ya antes de lanzar producto al mercado, tenía su tienda en la denominada Calle de la Moda, López de Neira. Ya hacía desfiles en el ámbito vigués con las mejores marcas del mercado. Fue absolutamente pionera. En el primer desfile de Moreira en Cibeles, estaba Felipe González con su mujer. Fue un desfile en el que llevamos poesía de Oroza grabada hablando de un país del norte. La gente se estremeció. Se encendieron las luces, sonó música clásica y aparecieron 12 modelos con ropa de lareina del punto, Moreira, y con Alberto Comesaña cantando. Salió en portada en El País y Diario 16.

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