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Deshojando la cuarta dosis de la vacuna contra el COVID

Habrá un segundo refuerzo, pero existen dudas sobre las franjas de edad, los plazos y si estará actualizado a la variante ómicron

Vacuna contra la Covid-19.

Habrá cuarta dosis de la vacuna contra el COVID-19, según ha podido saber FARO de fuentes conocedoras del proceso en Galicia. El segundo refuerzo, que ya se ha administrado a inmunodeprimidos, se da por hecho antes del próximo invierno, periodo en el que incluso los científicos más optimistas prevén una onda epidémica importante. Sin embargo, queda deshojar la margarita con varios interrogantes, como las franjas de edad cubiertas, los plazos de administración y si se deben inyectar vacunas actualizadas a la variante ómicron.

¿Se ha acabado la inmunidad de las terceras dosis?

Tres dosis de vacuna contra el COVID-19 ofrecen protección contra los síntomas graves incluso después de cuatro meses, según un estudio de Dinamarca. Sin embargo, una cuarta dosis puede ofrecer beneficios adicionales, como reducir los contagios a la mitad o incluso más si estuvieran actualizadas a ómicron. Además, la cuarta dosis de la vacuna de Pfizer reduce el riesgo de muerte por el virus en un 78% y da 4 veces mayor protección frente a enfermedad grave por ómicron, siempre respecto a quienes tienen tres dosis, según un estudio israelí.

A partir de 4 meses disminuyen los niveles de anticuerpos, que son solo parte de la respuesta inmunitaria. Inmunólogos como África González (UVigo) y José Gómez Rial (Hospital de Santiago) destacan que lo verdaderamente importante es la inmunidad celular, la de las células T de memoria, que “recuerdan” el patógeno y ofrecen protección frente a enfermedad grave y muerte.

¿Cuándo se debería (re)iniciar el proceso?

Es importante que la protección sea óptima el próximo invierno. El SARS-CoV-2 no es –aún– un virus estacional, pero la experiencia indica que la transmisión se beneficia de cierta estacionalidad. En Galicia se terminó de administrar la tercera dosis al grupo entre 60 y 69 años –el más joven de los considerados vulnerables– en la semana del 12 de diciembre de 2021. En Estados Unidos se ha autorizado la segunda dosis de refuerzo de Pfizer y Moderna para mayores de 50 años e inmunodeprimidos cuatro meses después de la tercera dosis. En España pasará más tiempo que esos cuatro meses, que están apunto de cumplirse. El conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, ha apuntado al otoño-invierno como el entorno cronológico en el que se volverá a inmunizar a la población.

¿Será para todos los adultos o solo para los mayores?

No hay unanimidad entre los países que están administrando la cuarta dosis –o segundo booster–. Estados Unidos la aprobó para mayores de 50. Reino Unido, para mayores de 75; y Grecia puso el listón en los 60, al igual que Israel, que comenzó a poner el cuarto pinchazo en diciembre. En Europa, tanto la autoridad epidemiológica (ECDC) como la farmacológica (EMA) desaconsejan por ahora la segunda dosis de refuerzo generalizada, excepto para mayores de 80 años por el mayor riesgo de COVID grave. En España, la cuarta dosis está recomendada para personas inmunodeprimidas.

¿Se puede medir la protección que tenemos?

Casi desde los inicios de la pandemia sabemos que es posible medir los niveles de anticuerpos. Sin embargo, es menos conocido que se puede analizar la inmunidad celular. La Comunidad de Madrid realizará un estudio seroepidemiológico sobre 4.000 madrileños para conocer el porcentaje de población que está protegida por inmunidad celular, según ha informado “Redacción Médica”. La Sociedad Española de Inmunología aplaude esta iniciativa, que si se generalizara permitiría afinar el diseño de la próxima campaña de vacunación.

¿La repetición de vacunas puede ser perjudicial?

“Hay que ir con cuidado de no sobresaturar el sistema inmune con repetidas vacunaciones”, advirtió en enero el jefe de Estrategia de Amenazas Sanitarias Biológicas y Vacunas de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), Marco Cavalieri, quien expresó sus dudas acerca de la necesidad de administrar dosis de refuerzo “continuamente”. A la EMA le preocupa “sobresaturar el sistema inmune con repetidas vacunaciones”, algo que ya habían advertido expertos como la catedrática de Inmunología de la UVigo África González. Está también por ver la adherencia que tendría una cuarta inyección entre una población hastiada y a la que se le ha transmitido la falsa idea de que la pandemia ha terminado y que el virus es suave.

Está por ver la adherencia que tendría entre una población hastiada

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Sin embargo, otros científicos sugieren la probabilidad de que tengamos que vacunarnos cada año. Es el caso del inmunólogo estadounidense Anthony Fauci, asesor del presidente Biden. Esta semana apuntó a la CNN que “podríamos necesitar un refuerzo anual”, como con la gripe, hasta que el virus circule a unos niveles tan bajos que no afecte a la sociedad.

¿Recibiremos las vacunas ARNm de antes u otras actualizadas?

Fauci cree que podría administarse “una vacuna anual que podría ajustarse a una nueva variante, de la misma manera que ajustamos las vacunas contra la gripe”. En este sentido, el científico estadounidense Trevor Bedford, experto en evolución del virus, explicó esta semana a la FDA que el SARS-CoV-2 muta en su dominio relevante más rápidamente que el subtipo de gripe estacional más rapido, el H3N2. Cree que es razonable esperar una evolución rápida continua, y avisa que es necesario actualizar las vacunas a ómicron para frenar esta evolución. Pfizer y Moderna están en ello.

Según Bedford, el único riesgo del cambio a ómicron para que coincida con la posible ola de otoño/invierno es “que surja una nueva variante muy divergente que descienda nuevamente de una diversidad genética más basal”. Es decir, una variante que no derive de la rama evolutiva de ómicron, de la misma forma que ómicron no surgió como una evolución de delta.

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