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Explicación científica

Por qué las letras de reggaetón están grabadas a fuego en tu memoria

Luis Fonsi y Daddy Yankee durante su actuación en los premios Billboard 2017.

Suena la música. Un ritmo pegadizo llama tu atención. Una voz exclama "tú me dejaste caer" y tu cerebro, en cuestión de milisegundos, prosigue con un "¡pero ella me levantó!". Siguiente canción. Arranca con un "qué tengo que hacer pa’ que vuelvas conmigo" y tú, instintivamente, ya sabes que la respuesta es "vamos a dejar el pasado atrás". Una más. Si la música dice "lo que pasó, pasó" sabes que la única réplica correcta es gritar a todo pulmón "entre tú y yooo". Estos son los versos que la 'Generación gasolina', los criados con el reguetón y los ritmos de Daddy Yankeetenemos grabados a fuego en nuestros cerebros. ¿Pero cómo es posible que recordemos todas y cada una de estas frases y luego olvidemos datos mucho más prácticos? La ciencia, cómo no, tiene una respuesta.

Tampoco es que hagan falta muchas excusas para justificar por qué nos sabemos las canciones que han marcado nuestra vida, pero puestos a buscar explicaciones sobre cómo funciona nuestro cerebro bueno es tirar del hilo de la psicología y la neurociencia. Así que, atención a todas las unidades, porque el primer paso para adentrarse en este debate es entender cómo funciona la memoria y cómo se almacenan los recuerdos.

Recuerdos de una noche de fiesta

Empecemos, pues, por el principio. Según explican las neuropsicólogas Hilde y Ylva Øtsby en ‘El libro de la memoria’ (Ariel), "los recuerdos surgen de una intricada red de interacciones cerebrales" en la que se registran lo que captan nuestros sentidos. Cada vez que nos exponemos a un estímulo, como por ejemplo una canción, en nuestro cerebro ocurren una serie de conexiones neuronales. Algunas son efímeras y otras, en cambio, se quedan grabadas. ¿Pero de qué depende que ocurra una cosa u la otra?

Hay dos razones fundamentales para explicar porqué algunas conexiones quedan almacenadas en nuestra materia gris. La primera es la repetición. Cuanto más oigamos (y repitamos) la letra de una canción más fácil es que la recordemos (de ahí que, por ejemplo, repetir una y otra vez un dato ayuda a memorizarlo de cara a un examen). El segundo motivo es la emoción. Todo recuerdo con carga emocional tiene más probabilidades de quedarse grabado en tu cerebro (sí, por eso todavía te acuerdas de ese momento vergonzoso que viviste en el instituto y que aún te atormenta por las noches).

Pero hay un tercer elemento que ayuda a entender porqué los himnos de reguetón se quedan impresos en nuestro cerebro: el contexto en el que vivimos estos estímulos. Según explican las neuropsicólogas Øtsby, cuando rescatamos un recuerdo de nuestra memoria no solo recuperamos el 'archivo suelto' con, por ejemplo, la letra de la canción. También volvemos a rememorar todas las vivencias y emociones asociadas a ese recuerdo. Como una noche de fiesta, una anécdota divertida con los amigos o un momento de 'la copa hasta arriba y el perreo hasta abajo'. ¿Hay algo más memorable que esto?

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