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Galicia estrena la vacunación contra el herpes zóster en inmunodeprimidos de alto riesgo

Especialistas gallegos apuestan por ampliar la cobertura vacunal a los mayores de 65 años | Sugieren un incremento de casos por el COVID, aunque aún no hay estudios detallados al respecto

Una mujer recibe una vacuna. CASTELEIRO/ROLLER AGENCIA

La varicela es una enfermedad muy frecuente en la infancia. Tras pasarla, el virus varicela zóster se acantona en el organismo y permanece en estado latente en los ganglios nerviosos. A partir de los 60 años (a veces antes) o en personas inmunodeprimidas, se puede reactivar y causar el herpes zóster, una erupción vesicante y dolorosa. En España, más del 95% de la población mayor de 20 años ha sufrido la varicela, por lo que es susceptible de desarrollar esa dolencia, conocida popularmente como “culebrilla”, una vez a lo largo de su vida.

Antes de la pandemia de SARS-CoV-2, en Europa se registraban, cada año, en torno a 1,8 millones de casos de herpes zóster, que afecta por igual a hombres y mujeres que hayan pasado la varicela, sobre todo cuando sufren “una alteración inmunológica”, aunque puede haber otros desencadenantes, como “un traumatismo, una quemadura solar o el consumo de algún medicamento”.

“Incluso puede darse sin saber por qué”, apunta el jefe del Servicio de Dermatología del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (CHUAC), Eduardo Fonseca, quien especifica que el herpes zóster se extiende, en la práctica totalidad de los casos, “siguiendo el trayecto de un nervio sensitivo”, en vez de irrumpir “en forma de infección generalizada, como la varicela”. No obstante, “hay casos excepcionales de pacientes inmunodeprimidos que pueden sufrir infecciones generalizadas, muy graves y con consecuencias serias”, advierte el experto.

Para evitar que esto suceda, Galicia y otras ocho comunidades (Baleares, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Cataluña, Madrid, Murcia, País Vasco y Valencia) han empezado a vacunar ya por primera vez contra el herpes zóster a colectivos inmunodeprimidos de especial riesgo, en concreto, a trasplantados o enfermos en lista de espera para trasplante; ciudadanos con VIH; pacientes oncológicos en tratamiento con quimioterapia para tumores sólidos o en tratamiento con fármacos anti-JAK; y afectados por hemopatías malignas. La previsión es que en los próximos meses se hayan incorporado a esta campaña de vacunación el resto de autonomías.

El dermatólogo Eduardo Fonseca. Fran Martínez

“El tratamiento es efectivo en los cinco primeros días; a partir de ahí, solo sirve para paliar el dolor”

Eduardo Fonseca - Jefe del Servicio de Dermatología del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (CHUAC)

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“La vacuna contra el herpes zóster que el Sergas ha empezado a administrar a inmunodeprimidos en Galicia, Shingrix de GSK, no es la primera disponible contra esta dolencia. Ya había otra de venta en farmacias, pero se trata de una vacuna viva atenuada, parecida a la de la varicela aunque con mayor cantidad de antígeno. Lo relevante de Shingrix es que está producida por técnicas de recombinación de ADN de subunidades adyuvada, con lo cual se puede administrar a todo tipo de pacientes, también a los inmunodeprimidos (con mayor probabilidad de desarrollar esa dolencia y sus complicaciones), algo que no sucedía con la anterior vacuna”, resalta la jefa del Servicio de Medicina Preventiva y Salud Laboral del área sanitaria de A Coruña y Cee, María José Pereira, quien especifica que Galicia ha priorizado a los “grupos de alto riesgo” en la campaña de inmunización “basándose en lo acordado con el Ministerio de Sanidad en la Ponencia de Vacunas y en la Comisión de Salud Pública”, hace más de un año, ante la inminente llegada a España de la vacuna de GSK.

“Los profesionales que trabajamos en el ámbito de las vacunas estamos deseando que haya disponibilidad para ampliar esa cobertura a todos los colectivos con patologías de alto riesgo, e incluso que se pueda vacunar por grupo etario, y en concreto a todos los mayores de 65 años, tal y se planteó en la Ponencia de Vacunas y en la Comisión de Salud Pública”, señala la doctora Pereira, quien confía en que ese “sea el objetivo en Galicia”, siguiendo los pasos de la Comunidad de Madrid, que ya ha empezado a ofrecer la vacuna Shingrix contra el herpes zóster a todos los ciudadanos que sobrepasan esa edad.

La doctora María José Pereira. LOC

“La vacuna que ofrece el Sergas a grupos de alto riesgo tiene una efectividad superior al 90% ”

María José Pereira - Jefa del Servicio de Medicina Preventiva y Salud Laboral del área sanitaria de A Coruña y Cee

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La responsable de Medicina Preventiva y Salud Laboral de la demarcación sanitaria coruñesa destaca los “buenos resultados” de esa vacuna en los grupos a los que se ha empezado a administrar, con una “capacidad de protección superior al 90%”, por eso anima a los colectivos de alto riesgo a los que se dirige la campaña “a que se la pongan”. “Es importante dejar claro que el herpes zóster no es solo una lesión cutánea que pasa. Puede dejar secuelas importantes, con una gran afectación para la calidad de vida, por eso creo que los pacientes que tienen disponible la vacuna Shingrix no deberían dejar pasar esta oportunidad”, aconseja.

Síntomas y manejo

El herpes zóster acostumbra a dar la cara, inicialmente, en forma de “molestias que siguen, más o menos, un trayecto nervioso”. No obstante, “si no hay lesiones visibles”, esa sintomatología “da lugar, muchas veces, a errores diagnósticos”, detalla el doctor Eduardo Fonseca. “Cuando no hay lesiones visibles, se produce un dolor que se puede confundir con un problema traumatológico, un infarto, una colecistitis, un cálculo biliar o renal... en definitiva, con cualquier dolencia que se manifieste en forma de dolor localizado o que sigue un recorrido”, apunta el jefe del Servicio de Dermatología del CHUAC, quien advierte de que “hasta que no aparecen las lesiones, es difícil o imposible llegar al diagnóstico”.

“Primero se enrojece la zona, surgen vesículas o ampollas que pueden tener una tendencia agrupada y que van siguiendo el trayecto del nervio, en ocasiones completo y otras veces salpicado. También puede aparecer únicamente un grupo de lesiones, que evolucionan a costras y que, finalmente, se resuelven dejando una pequeña marca o una cicatriz. El problema fundamental es que puede doler antes, durante la erupción o quedar un dolor permanente debido a la lesión nerviosa que se produce. La llamada neuralgia postherpética, que puede ser muy intensa y aumenta con la edad”, expone.

El tratamiento del herpes zóster, por lo general, es sencillo. “Consiste en administrar antivíricos específicos para virus del grupo herpes, fundamentalmente útiles para el virus del herpes simple y para el virus varicela zóster. Lo que sucede es que este tratamiento solo es efectivo si se administra, como máximo, en los cinco primeros días de evolución del cuadro. Cuando no se diagnostica y se trata pronto, esos antivíricos son de muy poca utilidad, de ahí la importancia de identificar el problema de forma temprana”, explica el doctor Fonseca, quien advierte de que la demora en el diagnóstico “lleva, básicamente, a un tratamiento paliativo para mitigar el dolor y las consecuencias” de esa dolencia.

Consultado sobre la posibilidad de que el COVID haya traído consigo un aumento de la incidencia del herpes zóster, dado que las enfermedades víricas producen un descenso de la inmunidad, el jefe de Dermatología considera que “es difícil valorarlo” puesto que “no hay estudios detallados al respecto”. “Sí se han descrito casos de herpes zóster en pacientes que han pasado la infección por COVID, de hecho, nosotros lo hemos visto en consulta desde el inicio de la pandemia. Esto es algo totalmente lógico y esperable, no obstante, aún no existen datos concretos para cuantificar esa realidad”, concluye.

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