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Proteger a los niños del horror bélico

Expertos aconsejan limitarles la información sobre la guerra en Ucrania | Recomiendan hablar con ellos sobre sus sentimientos alrededor del conflicto y, sobre todo, no asustarlos

Evacuados ucranianos ayer en la villa de Brovary, tras huir de Kiev y del avance ruso. / MARKO DJURICA

Agostiño es un niño de cinco años risueño. Días atrás, a la hora de la comida, se encontraba con su madre y su hermano de siete viendo el diario televisado de Euronews y el de la TVG. El tema principal era el éxodo de los refugiados escapando de la contienda. El pequeño, de buen diente, dejó de comer y empezó a sentirse indispuesto. La madre le preguntó si prefería ver un vídeo musical de Tanxugueiras, a lo que accedió. La sonrisa volvió a aparecer en su cara al tiempo que retomaba la comida. ¿Es aconsejable mostrar a los pequeños las informaciones de la guerra aunque no aparezcan muertos? La psicóloga Conxita López Martín, del Grupo de Intervención Psicolóxica en Catástrofes e Emerxencias (GIPCE) aconseja ante todo “limitar la información a momentos concretos” y evitar el acceso a imágenes dramáticas.

Para esta experta, el acceso de los niños de Infantil y Primaria a las noticias televisadas del conflicto debería permitirse en “momentos concretos, mientras desayunan o después de comer” y siempre evitando las imágenes dramáticas y trágicas.

“A televisión pode estar de fondo pero non debe ser a protagonista, sobre todo estes días”

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En su lugar, propone hablar en familia a la hora de la comida comentando cómo fue el día. “A televisión pode estar de fondo pero non debe ser a protagonista, sobre todo estes días”, aconseja.

En todo caso, cuando se les muestren las noticias, debería haber un adulto con ellos para explicarles lo que están viendo. Si hay imágenes donde aparecen cadáveres, estas no son recomendables para ser visionadas por niños tan pequeños.

En el caso de las imágenes sobre la huida de los refugiados de los bombardeos o a la espera de salir de Ucrania o de seguir su viaje por Europa, estas también se deberían evitar. Al respecto, la psicóloga, vocal de Psicología Educativa del Colexio Oficial de Psicoloxía López Martín señala: “A situación é moi impactante. Como seres humanos non estamos afeitos a isto, polo tanto dóenos moito”.

Además, recomienda con los niños pequeños intentar conversar con ellos, preguntarles con calma qué saben del conflicto, cómo se sienten.

En caso de que haya emociones que no sean capaces de describir, la psicóloga propone que dibujen o redacten algo para vehiculizar de la mejor manera lo que sienten sobre esta guerra.

También se les debería aclarar en la medida de lo posible con un lenguaje adaptado a su edad qué está sucediendo. Una explicación pasaría por decir que hay dos países que no están de acuerdo y que, en vez de conversar y dialogar –que sería lo idóneo– uno ha decidido conquistar el otro. Otro ejemplo pasaría por recordar cuando hay un problema entre hermanos que lo que se debe hacer es conversar y no pegarse.

Respecto a la pregunta que muchos niños hacen a sus padres sobre la posibilidad de que haya una tercera guerra mundial o el lanzamiento de bombas atómicas, la psicóloga opina que no hay que asustarlos y una buena respuesta sería “espero que no”, al tiempo que se reconoce que nosotros también estamos preocupados.

Aconsejable también sería situar Ucrania y Rusia sobre el mapa para evidenciar que la contienda ocurre lejos, para recalcar que España no está en conflicto con otro país y que lo intenta solucionar de forma dialogada.

En el caso de tener un hijo adolescente, la psicóloga propone aclarar que el origen del conflicto arranca años atrás con la anexión-invasión de Crimea para que se den cuenta de que es un proceso que se venía generando desde hace años. Los adolescentes podrían buscar información que después debería ser mostrada a los adultos para hablarlo entre todos y debatir propuestas. Lo importante, según esta experta, es reflexionar cómo se deben resolver los conflictos a través del diálogo, nunca por la fuerza de las armas.

Empatía con los menores refugiados escolarizados en Galicia

En cuanto a la llegada de escolares ucranianos a los colegios, Conxita López Martín aconseja preparar a nuestros hijos diciéndoles que deben ser solidarios y empáticos con ellos.

López Martín recuerda que cada persona se adapta a una situación estresante de manera distinta según su capacidad de resiliencia: hay gente que intenta trivializarlo, otra sufre enormemente, mientras un tercer grupo se lanza a ayudar por solidaridad. Como consejo para el segundo grupo, López cree que debería dosificar el acceso a la información sobre la guerra.

“Deberiamos quedarnos coa cara positiva, a da xente que intenta axudar. Se non, non podemos vivir”, opina, para recalcar que las iniciativas particulares de ayuda que se dirigen a Ucrania deberían limitarse y estar siempre matizadas por las instituciones y organizaciones especializadas y profesionales.

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