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Infectólogos y microbiólogos proponen que se focalice la protección en los más vulnerables

Asumen que con ómicron hay una alta probabilidad de infectarse, pero recuerdan que los síntomas son leves en vacunados y que la mortalidad se limita a pacientes con múltiples comorbilidades

Un cribado de COVID-19 en Galicia. VÍCTOR ECHAVE

La Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) propone un cambio de rumbo ante la situación actual de la pandemia de COVID-19 en España. Sostiene que hay que pasar “del cero COVID en la población general al cero COVID en las personas especialmente vulnerables”.

Los infectólogos y microbiólogos asumen que con ómicron existe una alta probabilidad de infectarse, incluso varias veces, ya que esta variante es extremadamente contagiosa y no induce una inmunidad duradera, pero que los síntomas en los vacunados, especialmente con las tres dosis de vacuna, son y serán leves.

“El mensaje es que la gente se vacune”, señala a FARO María del Mar Tomás, microbióloga del Hospital de A Coruña (Chuac) y una de las coautoras del documento de la SEIMC emitido esta semana. “Hay una alta probabilidad de infectarse. Christian Drosten [virólogo de referencia en Alemania] dice que varias veces, muchas de ellas asintomáticas. Hay que proteger a los vulnerables porque se asume que todos vamos a tener contacto con el virus. No tiene sentido centrar nuestro esfuerzo en gente sana y vacunada con tres dosis”, argumenta la científica.

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Una de las medidas que proponen los microbiólogos, en cuanto a las personas que ingresan en el hospital, es realizar pruebas diagnósticas solo a las personas vulnerables. “Si viene una persona de 20 años a operarse no es necesario esperar una prueba para hacer la cirugía, porque saturas los laboratorios y retrasas las pruebas de quienes la necesitan más rápido, que son los mayores de 65 años, cuyo sistema ofrece una menor respuesta inmunológica”, razona María del Mar Tomás.

En su comunicado de posicionamiento ante la situación actual, la SEIMC destaca que hasta el 80-90% de las infecciones producidas por ómicron podrían ser asintomáticas, porcentaje muy superior al 40% estimado para otras variantes del virus, y que la frecuencia de hospitalización, de ingreso en uci y de fallecimiento en pacientes sintomáticos “se han reducido de forma muy considerable con esta variante en relación a la incidencia de casos diagnosticados”. Así, hasta un 10% de los pacientes sin síntomas de COVID-19 que ingresan en los hospitales por otros motivos o que se realizan cribados para pruebas diagnósticas o cirugías programadas dan positivo en la PCR para SARS-CoV-2. “Este valor es más de 5 veces superior al observado en los picos máximos de las olas producidas por otras variantes del virus”, indica el documento.

Los expertos piden que se focalice la prevención, diagnóstico y tratamiento en personas vulnerables como los ancianos con otras enfermedades crónicas de base (dolencias crónicas pulmonares, cardíacas y demencia, entre otras). Además de los mayores de 65 años, tienen mayor riesgo de enfermedad grave y mortalidad las personas que presentan comorbilidades crónicas, inmunosupresión, cáncer en tratamiento, síndrome de Down (mayores de 40 años) y embarazo.

Recalcan que sigue siendo recomendable el uso de mascarillas en interiores –y en exteriores cuando hay aglomeración– y aconsejan las de tipo FFP2, también para sanitarios. Abogan, sin embargo, por suprimir la obligatoriedad de los certificados de vacunación para la entrada en locales públicos.

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Como indicadores principales sugieren que deben utilizarse los de incidencia de hospitalización y mortalidad, y que la vigilancia de la incidencia de infección basada en el diagnóstico individual de todos los casos de infección es “innecesaria”.

Al igual que otros colectivos médicos, reclaman que se refuerce la atención sanitaria. Aconsejan que los pacientes con COVID sean ingresados en habitaciones individuales, aunque reconocen que esto no es posible en muchos hospitales.

La SEIMC matiza que este posicionamiento puede tener que cambiar en el futuro “si aparecen nuevas variantes con características biológicas diferentes y con mayor riesgo de producir una enfermedad más grave”.

“Hay que establecer un equilibrio con la situación actual”

Mª del Mar Tomás - Microbióloga y vocal de la SEIMC

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“No estamos en nueva normalidad, pero hay que ir adaptándose a la situación”, sostiene María del Mar Tomás, microbióloga y vocal de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC).

–Una persona de 20 años que se fractura una pierna y da positivo, ¿ingresa en una planta COVID?

–Exactamente. Hay que hacer una reestructuración y volver a protocolizar. Si viniera una nueva variante que aumentase el riesgo volveríamos a reestructurar. De todas formas, están apareciendo nuevos tratamientos, como el último de AstraZeneca [Evusheld], un profiláctico que combina dos anticuerpos monoclonales y que con dos pinchazos te protege seis meses. Para personas vulnerables es perfecto.

La doctora María del MarTomás, médico microbiólogadel Chuac e investigadora.

–Recomiendan que los sanitarios usen mascarillas FFP2 en el hospital, pero muchos llevan quirúrgicas.

–Con esta incidencia he visto en mi hospital que la mayoría llevan FFP2. Depende también del contacto asistencial que tengan. Hay que llevar FFP2 en interiores.

–Proponen la restricción de visitas a los hospitales. ¿Y los que quieren acompañar a sus familiares en las últimas horas de vida?

–Si vas con mascarilla FFP2 la probabilidad de contagio es baja. Y si encima estás vacunado... Hay que establecer un equilibro con la situación actual. Y hacerse test solo cuando se tenga síntomas o al ir a ver a una persona vulnerable, no siempre.

–En cuanto a la detección de variantes, el documento recoge que se secuencia poco y que habría que vigilar a “los pacientes de mayor riesgo de desarrollar nuevas variantes”. ¿Se refiere a los inmunodeprimidos, como los pacientes con VIH?

–Sí. En pacientes de VIH mal controlados de África se han encontrado otras variantes con mutaciones diferentes. Una de las principales fuentes de desarrollo de variantes son los pacientes inmunodeprimidos, porque el virus puede persistir y replicarse en ellos durante meses.

–Proponen que la vigilancia epidemiológica se realice desde centros centinela de Atención Primaria y hospitales, como la de la gripe. ¿Es ahora el momento?

–Depende de que baje más la incidencia. Cuando lleguemos a una incidencia en torno a 100 y haya más tratamientos para inmunodeprimidos es posible que se haga un control de la incidencia de forma más aleatoria y trasladar la vigilancia y el diagnóstico a los vulnerables.

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