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La carrera científica se resiste al violeta

Investigadoras dan la señal de alerta: las carreras técnicas pierden alumnas, también en estudios postdoctorales son minoría | En la Misión Biológica en Pontevedra son el 32%, antes eran mayoría

Una científica muestra su trabajo a sus hijas en su laboratorio. MIKI LÓPEZ

“En pleno siglo XXI me parece inconcebible que una chica no se plantee hacer una carrera tecnológica por el hecho de ser mujer. Pero la realidad es que está ocurriendo. Con motivo del 11F, le pregunté a mis hijos adolescentes. Mi hijo está en primero de Bachillerato. Ha escogido la rama de ciencias puras y me comentó que menos de un tercio de su clase son chicas. La mayoría de las compañeras se han ido a la rama biosanitaria”, expone Elena Cartea, doctora en Biología, directora de la Misión Biológica del CSIC en Pontevedra.

  • Solo un tercio de coordinadores e investigadores principales de los grupos de la UVigo son mujeres

La reflexión de Cartea es vital en el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Para construir un futuro más igualitario en todas las áreas, cada una de nosotras y nosotros debemos analizar el presente para corregir las deficiencias.

Pero, ¿por qué tras tantos años de lucha en los que aparecía haber un avance se retrocede ahora en las aulas? “Es algo –opina Cartea– que está en nuestra sociedad de forma subliminal y no somos conscientes de ello. Hay muy pocas chicas cursando ingenierías o carreras tecnológicas”.

Pero la involución se padece también en otros tramos. “Está visto –reflexiona Elena Cartea– que hay un cambio de tendencia muy radical en los últimos años en la presencia de las mujeres en la carrera científica. Si antes el porcentaje de mujeres empezaba a descender en cargos o plaza de científico titular, porque más difícil ascender o llegar a puestos más altos, ahora se ve que empieza a bajar en mujeres que hacen la tesis”.

“En estudios predoctorales, detalla, el 50% de los alumnos son mujeres pero en postdoctorales, en la carrera científica, la mayoría son hombres. Esto es un problema porque si la carrera de investigadoras se resiente, si son menos chicas las que empiezan, esta igualdad se tardará mucho más en conseguir”.

En el organismo para el que trabaja, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ocurre: “Me parece preocupante la caída de las tesis doctorales defendidas por mujeres en el CSIC. Va disminuyendo año a año”.

En la Misión Biológica, por ejemplo, la tendencia también ha cambiado para peor en los últimos años. “Las mujeres, años atrás, llegamos a ser mayoría en el claustro científico y actualmente suponemos una minoría. Somos en los investigadores de plantilla el 32%”, detalla la directora de la Misión Biológica del CSIC en Pontevedra.

Las dificultades para conciliar trabajo y familia, principal lastre en su carrera

¿Cómo solucionarlo? “Es una pregunta difícil”, reconoce. “La ciencia es una carrera larga, de fondo. Muchas mujeres por el camino se desaniman. Tenemos la maternidad que no ayuda mucho además de la carga social. La conciliación para nosotras es más complicada. Es fundamental que se reviertan esos números”, responde Cartea.

Esta científica gallega cree que “en algún momento las mujeres tenemos que parar si queremos crear una familia. Los hombres no. Si quieres tener hijos tienes que bajar el ritmo en investigar, en publicar, para compaginarlo todo”.

“Cuando tuve los hijos, tuve una brecha de cinco y siete años en los que mi producción bajó mucho”

África González - Catedrática de inmunología

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En este punto también coincide la profesora de la Universidade de Vigo África González, quien fue la segunda catedrática de Inmunología en España. “Sigue habiendo pocas catedráticas en mi especialidad. Ahora mismo debe haber cuatro o cinco”, lamenta esta investigadora que llegó a presidir la Sociedad Española de Inmunología. Añade que el querer formar una familia sigue actuando de freno en la carrera de muchas científicas mujeres.

África González. Alba Villar

“Las mujeres –reflexiona– tienen el periodo biológico de la maternidad que es cuando hay que buscar un trabajo estable. Eso es complicado en investigación porque es cuando tienes que viajar, aprende otras técnicas. Es en esa época cuando coincide con la maternidad. En el periodo de tener los hijos, yo tuve una brecha de entre cinco y siete años en los que mi producción bajó mucho. Eso no ocurre con los hombres”.

A su juicio, “para tener verdadera igualdad, tendríamos que pedir un margen de cinco y siete años de parón y volver a coger el ritmo. Investigación es una carrera de fondo, si paras, a veces es difícil volver a cogerlo. Yo siempre tuve mucho apoyo de mi marido. Yo digo ‘si tu pareja no te apoya, cambia de pareja’. No obstante aún con una pareja que te apoye, es complicado”.

A pesar de las dificultades, África González anima a las mujeres a investigar porque es “una profesión fascinante, te permite libertad de viajar, conocer otras culturas, abrir nuevos caminos de conocimiento”.

Al oírla hablar con tanta pasión, es inevitable imaginar a África González de niña, soñando con ser científica. Sin embargo, la inmunóloga –una de las voces de mayor peso en España a la hora de opinar e informar sobre COVID– aclara cómo se formó su vocación.

“Fue surgiendo poco a poco. Siempre me ha gustado la biología, el cuerpo humano. Cuando tenía doce años nació mi hermana y cuando tenía tres años le diagnosticaron una enfermedad genética. Mi padre me animó a que si no tenía muy claro qué estudiar, que hiciese Medicina”, rememora.

“Las tesis doctorales defendidas por mujeres en el CSIC disminuyen año a año. Es preocupante”

Elena Cartea - Directora misión biológica

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En el caso, de Elena Cartea, la vocación hacia la Biología le llegó en COU –el antiguo curso que se realizaba para acceder a la universidad–, aunque reconoce que desde muy niña destripaba juguetes: “Tenía curiosidad por saber por qué unos funcionaban de una manera y otros de otra. Tenía muy claro desde niña que quería hacer carrera de ciencias”.

Elena Cartea - Directora misión biológica GUSTAVO SANTOS

“En Física o Astrofísica hemos sido minoría y no hay explicación a no ser que sea cultural”

Minia Manteiga - Astrofísica

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Para la catedrática de Astrofísica Minia Manteiga, la primera llamada de la ciencia llegó al “observar el cielo estrellado en la noche de mi aldea, que recuerdo tan oscura. Fue una inspiración. En Redemuíños (Concello de Negreira) llegó la carretera cuando yo ya tenía unos 10 años, era un lugar increíblemente oscuro”.

Minia Manteiga - Astrofísica MARTA G. BREA

Manteiga reconoce que en Física, Astrofísica, Matemáticas e Ingeniería –las carreras STEM– “las mujeres siempre han sido minoría, entre un 10 y 30%. No hay ninguna explicación para esto que no sea cultural, falta de referentes o falta de apoyo en la familia o entorno. Por eso son tan importantes iniciativas como la de dedicar un día al año a la mujer en la ciencia”.

Respecto a la brecha de género actual, ratifica que “sigue existiendo y no está mejorando. No creo que peligre la presencia de mujeres en carreras STEM, pero su baja presencia es una anomalía y eso tiene un coste importante para la sociedad ya que se están perdiendo vocaciones”.

“Tenemos que animarlas. Ellas pueden llegar a donde quieran llegar, hay que darles seguridad”

Elena Vázquez - Decana de matemáticas

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Sobre este punto también reflexiona la decana de la Facultad de Matemáticas de la USC, Elena Vázquez: “Doy clase en Ingeniería Informática y este año hay un incremento de alumnas (este año suponen el 43%). Pero en años anteriores hubo un descenso. No es que a ellas no les guste sino que el estereotipo que se transmite hace que a ellas no les valga la pena. Habría que enseñar el componente social de la informática. Tenemos que animarlas. Ellas pueden llegar a donde quieran llegar, tenemos que darles seguridad”.

Elena Vázquez - Decana de matemáticas

En cuanto a cómo empezó su idilio con las matemáticas, Elena Vázquez señala que “siempre me dieron seguridad. Conociendo las reglas, las cosas funcionaban. Además, les daba clases a las muñecas. Cogía la tiza de sastre de mi padre para pintar sobre la mesas explicaciones a los juguetes”. No obstante, fueron profesoras como doña Nieves o doña Maruja en el colegio las que hicieron que se acabara enamorando de las matemáticas.

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