Una variante altamente virulenta del virus de la inmunodeficiencia humana lleva décadas circulando en los Países Bajos sin que nadie se percatara de su presencia. Este es el excepcional y sorprendente anuncio que este jueves ha dado a conocer un equipo internacional de investigadores a través de la revista científica 'Science'. El hallazgo, descrito en un extenso artículo, describe el caso de un centenar de pacientes infectados con este subtipo del virus, que destaca por "cargas virales excepcionalmente altas, una rápida disminución de las células T y una mayor infectividad".

El análisis sugiere que este linaje emergente del VIH probablemente surgió de alrededor del año 2000, justo en el cambio de milenio, pero que ha pasado varias décadas oculto al radar de los científicos. La variante ha sido bautizada "variante VB" y, por ahora, los expertos argumentan que la constelación de mutaciones que presenta en su genoma es tan compleja que "dificulta discernir los mecanismos que provocan su elevada virulencia". Los primeros análsis de este linaje apuntan a cambios significativos en al menos 300 aminoácidos, por lo que parece que el patógeno ha dado 'salto evolutivo' importante con este nuevo linaje.

"Observar la aparición de un linaje VIH más virulento y transmisible no supone una crisis de salud pública", aclara el científico Joel Wertheim en un artículo complementario que acompaña la presentación de este hallazgo. "No olvidemos la reacción exagerada que provocó el descubrimiento del 'súper sida', en 2005, cuando se dio la alarma sobre una infección por VIH resistente a múltiples fármacos que progresaba rápidamente en Nueva York y que finalmente se restringió a un solo individuo", matiza el experto. En este sentido, pues, el investigador invita a leer esta noticia como un descubrimiento científico y no como un grito de alerta sobre la extensión de esta enfermedad infecciosa.

Efectos de esta variante

Los primeros análisis sobre la recién descubierta variante del virus del sida sugiere que las personas infectadas con este nuevo linaje tenían un carga viral entre 3,5 y 5,5 veces más alta que los pacientes infectados con otras variantes del VIH. También se observó una disminución de las células CD4 en estos pacientes, un signo característico que se interpreta como una muestra 'daño' provocado por este patógeno sobre el sistema inmunitario. Finalmente, el estudio apunta que "las personas con la variante VB también mostraron un mayor riesgo de transmitir el virus a otros". 

La buena noticia, señalan los investigadores, es que todos estos factores cambiaron tras empezar el tratamiento antiretroviral. "Las personas con la variante VB tuvieron una recuperación del sistema inmunitario y una supervivencia similares a las de las personas con otras variantes del VIH", concluye la investigación. Eso sí, con un matiz importante. Dado que esta variante parece ser especialmente dañina para el sistema inmune, los científicos señalan que "es fundamental que las personas reciban un diagnóstico cuanto antes y comiencen el tratamiento lo antes posible".

El descubrimiento de una nueva variante del VIH despierta un extraño 'déjà vu' en un mundo todavía inmerso en una pandemia global provocada por un coronavirus que también se ha extendido a golpe de mutación. Por eso mismo, a la luz de este nuevo hallazgo, los científicos piden aumentar la vigilancia epidemiológica de este virus (y de sus múltiples linajes). "Este hallazgo enfatizan la importancia de que las personas en riesgo de contraer el VIH tengan acceso a pruebas periódicas para permitir un diagnóstico temprano, seguido por tratamiento rápido y efectivo", comenta Christophe Fraser, científico del Instituto de Big Data de la Universidad de Oxford y del Departamento de Medicina de Nuffield. "Solo así conseguiremos que el VIH se suprima lo más rápido posible de los pacientes afectados y evitar la transmisión a otras personas", zanja.