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Mascarillas en el exterior: “Puro teatro”

Los expertos consideran que se trata de una práctica ineficaz para frenar la ola y abogan por medidas en interiores que reduzcan la transmisión del SARS-CoV-2 por aerosoles

Decenas de personas hacen cola en el punto de atención móvil del Sergas para hacerse pruebas PCR de forma gratuita en el entorno del Náutico de Vigo Marta G. Brea

El uso de la mascarilla vuelve a ser obligatorio desde hoy al aire libre aunque se pueda mantener la distancia de 1,5 metros entre personas no convivientes, con la excepción de la práctica de deporte individual y la estancia en espacios naturales. El decreto del uso de la mascarilla es la única medida restrictiva que adopta de momento España, que aspira a controlar la sexta ola y la expansión de ómicron con esta protección y un impulso de la vacunación. La medida, acordada en la Conferencia de Presidentes a propuesta de siete comunidades autónomas, entre ellas Galicia, y aprobada ayer en el Consejo de Ministros, no cuenta con el beneplácito de los expertos, que abogan por su uso en espacios cerrados o masificados, limitar las interacciones sociales y evitar los grandes aforos, especialmente en interiores, ya que es en espacios cerrados, advierten, donde se producen la gran mayoría de los contagios.

“Es una medida cosmética, un brindis al sol. Los contagios se producen fundamentalmente en interiores. Tenemos que trabajar en el ocio nocturno, en los bares... porque ahí está el gran problema. Además, en general, la gente ya usa la mascarilla en los contextos en los que no se mantiene la distancia entre personas. Generalizarla y pensar que así se va a atajar la ola no es cierto y no es la solución”, afirma Francisco Caamaño, profesor titular de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Santiago de Compostela (USC).

Francisco Caamaño, epidemiólogo. Xoán Álvarez

“Es una medida cosmética que puede crear rechazo en la población”

Francisco Caamaño - Epidemiólogo

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Es más, el epidemiólogo gallego teme que volver a su uso generalizado al aire libre puede tener el efecto contrario al que se pretende. “No creo que sea la decisión más adecuada porque puede producir rechazo en la población. El mensaje que le estamos dando es un tanto equívoco: le dijimos que con la vacuna íbamos a solucionar las cosas y que se podía sacar la mascarilla en exterior y ahora volvemos a decirle que se la ponga. Es una mala estrategia y me da la impresión de que la gente se la va a sacar en el bar, que es donde debe llevarla sí o sí, y se la va a poner en la calle por si le pilla la policía”, comenta.

Para el profesor emérito de Medicina Preventiva y Salud Pública de la USC Juan Gestal, la mascarilla al aire libre no es una medida eficaz. “En exterior sirve para muy poco: para recordarnos que estamos en pandemia y para protegernos algo en las aglomeraciones siempre que utilicemos FFP2 y la llevemos bien puesta. Las otras mascarillas, higiénicas y quirúrgicas, no protegen frente a los aerosoles, que es como se transmite este virus”, asegura.

El epidemiólogo Juan Gestal. EDICIONES BOLANDA

“Sirve de poco: para recordarnos que estamos en pandemia”

Juan Gestal - Epidemiólogo

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Gestal apuesta por implantar medidas dirigidas a limitar los contactos sociales. “El problema está en los interiores, fundamentalmente en los domicilios, en esas largas reuniones en torno a la mesa en las que no se se utiliza la mascarilla. Es muy importante reunirse pocos, idealmente los convivientes domiciliarios, aunque esto es difícil en estas fechas. Mucha prudencia, ventilación continua, distancia... Debemos evitar volver a ver, como el año pasado, a familias enteras infectadas en las urgencias de los hospitales”, advierte.

Alberto Ruano, profesor titular de Medicina Preventiva y Salud Pública de la USC, también cuestiona esta medida porque entiende que es ineficaz. “No es la más adecuada en la situación epidemiológica actual porque no tendrá un impacto relevante en la transmisión de COVID, que se produce fundamentalmente en interiores”, asevera.

Alberto Ruano CEDIDA

“No es la medida más adecuada porque su impacto no es relevante”

Alberto Ruano - Epidemiólogo

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José Luis Jiménez, catedrático de Química y Ciencias Medioambientales de la Universidad de Colorado (EE UU) y uno de los investigadores más reconocidos en el campo de los aerosoles, recuerda que “incluso la OMS dice ya que es un virus de transmisión aérea. Es una pandemia de interiores, no de exteriores”.

Por lo tanto, si se quiere atajar la expansión del virus se requieren otras acciones. “Lo de las mascarillas en el exterior es teatro puro. No sirve, hacen falta otras medidas. Supongo que lo hacen por decir que hacen algo, que solo impone responsabilidad en los individuos, pero no en empresas o instituciones...”, afirma a este periódico.

De “teatro” la califica también Salvador Peiró, investigador de la Fundación de Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunidad Valenciana (FISABIO), que en declaraciones a Antena 3 afirmó: “Esperamos cifras de contagios como no hemos visto nunca. Probablemente en enero no bajen de los 200.000 o 250.000 casos diarios en España en ausencia de medidas o con medidas teatro como llevar mascarillas por la calle o el pasaporte COVID”.

“Es poner el foco donde no se debe; son medidas fáciles de tomar, pero muy débiles para el control de la situación"

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“Es poner el foco donde no se debe; son medidas fáciles de tomar, pero muy débiles para el control de la situación. Son más políticas que científicas. Todo el mundo sabe que el problema está en los interiores”, apunta por su parte el epidemiólogo y profesor de la Universidad de Alcalá Manuel Franco.

También el doctor Jesús Molina Cabrillana, portavoz de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública y Gestión Sanitaria (SEMPSPGS) explica que imponer el uso de mascarillas en aglomeraciones, que ya lo recoge la ley, “es un contrasentido”. “En el actual contexto, lo primero es impedir las concentraciones de mucha gente. Eso es lo fundamental”, asegura.

España no es el único país que apuesta por la mascarilla en exteriores para atajar los contagios. Italia también ha recuperado la obligatoriedad de su uso de la mascarilla al aire libre, pero además exigirá utilizar las FFP2, más eficientes, en lugares públicos cerrados, como son los medios de transporte, cines, teatros y espectáculos deportivos. También en Grecia, donde además se han prohibido las grandes celebraciones públicas.

Manu Mitru

Y mientras, sin mascarillas en “prefiestas” de Fin de Año

Discotecas de toda Cataluña se despidieron con las campanadas de Nochevieja en la madrugada de ayer, la última noche tras el cierre del ocio nocturno decretado por la Generalitat y avalado por la Justicia. Algunos locales se llenaron, como el de la imagen, en Barcelona, donde se aprecia que los asistentes apenas llevaban mascarillas.

El rechazo unánime a la medida une a la oposición

La ministra de Sanidad, Carolina Darias, explicó que, con la nueva regulación sobre mascarillas que estará vigente durante el “tiempo imprescindible” a partir de hoy, “cada vez que salgamos tenemos que ir con ella puesta” salvo en espacios naturales o para practicar un deporte. Esta es, matizó, la principal diferencia que existe con el decreto actualmente en vigor, que el Gobierno aprobó en junio pasado para eliminar la obligatoriedad de la mascarilla en exteriores cuando se pudiera mantener la distancia de seguridad interpersonal de 1,5 metros.

Pero ante las imágenes de aglomeraciones vistas en las últimas semanas y el incremento de las interacciones sociales en las fiestas navideñas, el Ejecutivo ha entendido que hay que volver a su uso en cualquier circunstancia, menos para practicar deporte al aire libre o cuando se esté en un “espacio natural” como el campo o la playa y siempre y cuando se mantenga la distancia si no son convivientes.

“Si estás en una ciudad y sales a hacer deporte estás excepcionado, o en la playa con convivientes, e igual en el campo. Si hablamos de un espacio rural, en una plaza de un pueblo, será obligatorio llevarla”, ejemplificó Darias.

La práctica del deporte individual es una de las excepciones a su uso obligado

La obligatoriedad de la mascarilla en exteriores fue la única medida restrictiva acordada en la cumbre de presidentes para intentar frenar la sexta ola, una decisión que se ha encontrado con el rechazo frontal de toda la oposición, con el Partido Popular al frente, pese a que tres de las siete comunidades que propusieron la imposición del tapabocas son del PP.

Ana Pastor, vicesecretaria popular de Política Social del PP, pidió al Gobierno que no tome el pelo a los españoles y exigió vacunación masiva para pinchar la dosis de refuerzo a todos los mayores de 18 años y facilitar un test gratuito de antígenos a cada español.

El portavoz adjunto de Ciudadanos en el Congreso, Edmundo Bal, tachó esta medida de “total inutilidad”. Bal criticó el “anuncio fantasma” de Pedro Sánchez, que calificó de “francamente ridículo”.

En el otro extremo del espectro político, la portavoz de Bildu en el Congreso, Mertxe Aizpurua, señaló que las medidas del Gobierno contra el coronavirus “aportan poco y confunden mucho” y pidió más sanitarios y menos militares.

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