Galicia registró ayer el récord de nuevos casos de COVID-19 desde que hay datos fiables: 2.263, muy por encima de los 1.888 notificados en el informe de Sanidade del pasado 23 de enero, en torno al pico de la tercera ola del coronavirus. Ya hay 18.664 personas pasando la infección y el Sergas anticipa que se superará el umbral de los 20.000 hoy o mañana. El máximo de este indicador está fijado en 22.608 casos, cifra que se alcanzó en el informe del 31 de enero.
Gracias a las vacunas, el aumento de la ocupación en los hospitales no es proporcional a este incremento exponencial de contagios. Desde hace diez días la cifra de ingresados en uci en Galicia apenas sube del medio centenar. Hay 273 personas ingresadas con COVID, de las que 50 están en cuidados intensivos. El 23 de enero pasado había en uci 142, casi el triple que las actuales. Pero la situación dista mucho de ser una balsa de aceite: la uci del Hospital de Montecelo, en Pontevedra, ya se encuentra a su capacidad máxima habitual.
Tres fallecidos más
La Consellería de Sanidade notificó ayer tres fallecimientos de pacientes que habían sido diagnosticados de COVID-19. Los tres corresponden al pasado miércoles, día 22. Se trata de un hombre de 88 años fallecido en el Hospital do Salnés, otro de 63 que falleció en Povisa (Vigo) y una mujer de 53 años que murió en el Hospital de Valdeorras. Todos tenían patologías previas. Estos decesos elevan la cifra total de óbitos en Galicia por este virus a 2.742.
El récord de contagios registrado ayer ya había sido adelantado por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, tras la conferencia de presidentes autonómicos. Feijóo avisó que llegaban días con cifras de contagios superiores a los 2.000. Aunque algunos estudios de Sudáfrica y Reino Unido sugieren que ómicron produce menos cuadros clínicos graves, la multiplicación de casos podría saturar en el futuro los hospitales.
El número de contagiados sigue siendo un indicador adelantado que indica en qué medida puede aumentar la presión hospitalaria. Feijóo subrayó ayer la relevancia de detectar los contagios, por lo que la Xunta ha puesto a disposición de los viajeros puntos de realización de test en los tres aeropuertos gallegos y en las estaciones de ferrocarril de Vigo, Pontevedra, Ourense, Santiago y A Coruña. En total funcionan desde ayer 23 puntos de detección de COVID, aunque en algunos casos, como ocurrió en Santiago, su apertura sufrió retrasos.
Feijóo volvió a rechazar el acuerdo estatal para que no guarden cuarenta los vacunados con dos dosis que sean contactos estrechos y defendió que solo queden excluidos los vacunados con la tercera dosis. Sin embargo, remarcó que en Galicia se cumplirá el “protocolo nacional”, por lo que tampoco se deberá cumplir esta cuarentena.
La Consellería de Sanidade recordó ayer que las farmacias siguen dispensando test gratuitos a los niños de 5 a 11 años, y que los test en estaciones de tren son para los viajeros, como ocurre en los aeropuertos.
A Coruña, el “canario en la mina” de ómicron en la comunidad
Aunque Feijóo se refirió el miércoles a la variante ómicron como impulsora de esta sexta ola en Galicia, siguen sin hacerse público el porcentaje de prevalencia de este tipo viral en la comunidad. Por ello, el “canario en la mina” que puede dar idea de su avance es el proyecto de investigación COVID Bens, que analiza las aguas residuales de A Coruña. Sus últimas mediciones indican que la variante anunciada al mundo el 25 de noviembre en Sudáfrica ya representa el 29% de la carga viral del total de A Coruña y su comarca.
Estos datos, extraídos de las aguas residuales de la depuradora de Bens el día 16 de diciembre, dibujan una subida muy pronunciada de la presencia de esta variante en las excreciones, del 4% al 29% en solo una semana tras la medición anterior.
Dado que estos análisis son de hace ya ocho días y esta variante se duplica cada dos o tres, ómicron es hoy probablemente mayoritaria en A Coruña. Y lo que se detecta en la ciudad herculina es, probablemente, extrapolable a Vigo y a otras ciudades de Galicia.
