Nada hacía presagiar que el día de ayer iba a ser una jornada histórica en A Illa. Es cierto que la ilusión recorría todos los barrios, pero no se contaba con que la suerte, tan esquiva en otras ocasiones, acabaría salpicando a un buen número de familias del municipio gracias a un número, el 91.179. Los 15,7 millones de euros que dejó ayer en A Illa permiten celebrar unas navidades muy especiales después de lo trágicas que resultaron las anteriores, cuando el coronavirus azotó con cruel virulencia al pequeño municipio, de apenas 5.000 habitantes.

Dos vecinas de A Illa muestran una de las participaciones del 91.179. | // IÑAKI ABELLA

Lágrimas de felicidad, abrazos y gritos fueron una constante en cuanto comenzó a correrse la noticia de que había tocado un cuarto. “Quen máis quen menos ten polo menos unha participación, porque os rapaces recorreron todo o concello”, explicaba ayer una de las madres a las puertas de la administración. “Agora xa temos cartos para unha, para dúas ou para tres excursións", celebraba una de las jóvenes que estuvo vendiendo lotería durante los últimos meses para costearse el viaje de fin de curso, otras eran más partidarias de irse de crucero, e incluso, ya había algún padre dispuesto a apuntarse.

“Agora xa sabemos o que é que nos toque a lotería, sempre o viamos pola televisión, e agora somos nós os protagonistas”, explicaba María José.

La mayor parte de ellos insistían en que “será para tapar algunos agujeros y darme algún capricho con la familia porque al ser participaciones y un cuarto no da para mucho más, pero estas van a ser unas navidades alegres y diferentes a las anteriores”, señalaba una vecina de A Illa.

Hasta las puertas de la administración se desplazaron también algunas vecinas con los boletos, todavía sin creerse que habían sido premiados, una sorpresa que tardaban en asimilar todavía unos minutos antes de explotar en celebraciones o con la emoción contenida.

Se vivieron constantes explosiones de alegría a las puertas de la administración. | // IÑAKI ABELLA

Linuca Dios Romay, una de las madres que colaboraron con los jóvenes en el reparto de la lotería era la primera en asegurar que “está muy repartido, porque al ser para un viaje de fin de curso, todo el mundo se prestó a colaborar, comprando una, dos o tres participaciones, un pellizco muy atractivo para todos”.

La mayor parte de los premiados recibieron la noticia mientras se encontraban trabajando en la batea o en el marisqueo a pie o a flote, el sector económico más importante de A Illa. Hubo quien lo dejó para acudir a la travesía do Cruceiro y hubo quien no se enteró hasta salir de trabajar a las 15.00 horas, al hacerlo en una fábrica de conservas.

“Es una inmensa alegría para todos”, señalaba ayer la bibliotecaria de A Illa, Ángela Otero, que también se encuentra entre las premiadas. Incluso la suerte llegó a salpicar a algún que otro trabajador municipal. No así al alcalde, Carlos Iglesias, que no dudaba en mostrar su alegría “porque la suerte se haya portado tan bien con A Illa en unas circunstancias como las que estamos viviendo, aunque a mi no me haya tocado absolutamente nada”.

Manolo Núñez, el propietario de la Administración de Lotería número 1 de A Illa, no tenía previsto abrir sus puertas ayer en protesta por los 17 años que Loterías y Apuestas del Estado lleva sin actualizar las comisiones que cobran los loteros pero, finalmente, no le quedó otra que recibir a los premiados luciendo un chaleco reivindicativo y celebrar que el también había colaborado con los jóvenes adquiriendo alguna de las papeletas.