El Gobierno británico pidió ayer “cautela” a la población de cara a las reuniones familiares de esta Navidad, pero descartó introducir más restricciones para frenar la expansión del COVID-19 y no tiene planes para convocar el Parlamento. El secretario de Estado del Gabinete, Steve Barclay, dijo ayer a la radio LBC que las familias pueden continuar con sus planes navideños pero que lo hagan con precaución, tras indicar que él reducirá el número de familiares con los que pasará el 25 de diciembre. Además, el Gobierno del Reino Unido anunció ayer un nuevo paquete de en torno a 1.000 millones de libras (1.172 millones de euros) para respaldar a empresas y administraciones locales golpeadas por la caída de la actividad.