Rías Baixas ha protagonizado la vendimia más abundante de su historia hasta el momento con 43.809.134 kilos, con un incremento del 27% respecto a la anterior. Una campaña, que se ha prolongado durante 40 días, en la que participaron 163 bodegas, de las 178 inscritas, y 5.046 viticultores.

El rendimiento medio por hectárea en esta campaña fue de 10.470 kilos por hectárea, muy parecido a la también abundante cosecha de 2011. Se trata de un valor superior a la media de los últimos 10 años que fue de 8.095 kg. por hectárea. Las expectativas para los vinos de la añada 2021 son buenas.

En el Consello subrayan que la vendimia comenzó con la recogida de las variedades destinadas a la elaboración de los vinos espumosos de calidad, luego las uvas blancas, especialmente la albariña, cuyo ciclo vegetativo es más corto y su maduración más temprana y finalmente se dio paso a las tintas y vendimias tardías.

En Rías Baixas, las variedades blancas representan el 99,15% de la uva recogida, abanderadas por la albariña que superó los 42 millones y medio de kilos, y seguida por la caíño blanca, la treixadura y la loureira. Las variedades tintas representan el 0,82% del total, con la variedad sousón como principal, seguida por la mencía y el caíño tinto.

En cuanto a la producción por subzonas, se indica que el valle de O Salnés continúa siendo la de mayor producción con una representación del 67,8%, seguida por el Condado do Tea con un 20,1% y O Rosal con el 9,2%.

En la presente campaña de vendimia participaron 163 bodegas elaboradoras. Un total de 5.046 viticultores recogieron uva en las 4.184,18 hectáreas de superficie productiva inscritas en la Denominación de Origen Rías Baixas, lo que supuso un aumento de 90,48 hectáreas con respecto a la vendimia de 2020.

En el Consello se subraya asimismo el éxito del protocolo y las normas de prevención específicas contra la COVID-19 para los 24 veedores/auditores y para el personal técnico implicado en la presente campaña de vendimia. Estas directrices establecen una serie de medidas para garantizar la seguridad de la labor de auditoría desarrollada durante el proceso de recogida de la uva con la intención de evitar, en la medida de lo posible, los contagios en la actividad.