Apenas el 52 por ciento de los medicamentos aprobados por la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) están disponibles en estos momentos en España, mientras que en otros países europeos esa cifra está cercana al 80 por ciento, según ha advertido el presidente de la patronal de la industria farmacéutica innovadora en España (Farmaindustria), Juan López-Belmonte.

"En España ahora mismo solamente están disponibles el 52 por ciento de los medicamentos aprobados por la EMA. Si vamos a pacientes oncológicos estamos en el 56 por ciento, pero estamos hablando de que en países de nuestro entorno están cerca del 80 por ciento", ha detallado durante su intervención en el XVII Seminario Industria Farmacéutica & Medios de Comunicación.

Así, considera que existe "un margen de mejora importante" para acelerar la llegada de fármacos aprobados en Europa a España. "Tenemos un porcentaje de culpa en la industria farmacéutica, pero tenemos que seguir trabajando todos los agentes del sector para que estos medicamentos lleguen a los pacientes. Si se investiga, se invierten unos 2.500 millones de euros durante diez años de media y luego los fármacos tardan mucho en llegar a los pacientes no estamos haciendo nuestro trabajo. Tenemos un reto entre administraciones e industria para que lleguen a los pacientes cuando los necesitan", ha reivindicado.

López-Belmonte ha alertado de que se ha producido "un deterioro" en el proceso de llegada de medicamentos aprobados a España principalmente desde el inicio de la pandemia. "Desde 2019 ya detectamos un cierto retraso de España frente a nuestros principales comparadores, pero sin duda durante la pandemia se ha producido un deterioro muy importante", ha esgrimido.

Por ejemplo, la financiación del medicamento 'Kaftrio', un tratamiento revolucionario contra la fibrosis quística, ha tardado más de un año desde su visto bueno por parte de la Agencia Europea de Medicamentos, principalmente por falta de acuerdo entre el Ministerio de Sanidad y el laboratorio Vertex Pharmaceuticals en cuanto al precio del fármaco.

Sin embargo, el presidente de Farmaindustria ha rechazado que este retraso en la llegada de fármacos a nuestro país sea culpa de que la industria se demore en negociar los precios con la administración. "No creo que haya más retrasos que en otros países de nuestro entorno a la hora de presentar una propuesta de precios", ha defendido.

López-Belmonte lamenta que este retraso "es desincentivador para la propia industria, porque su razón de ser es curar pacientes". "Y, por otro lado, da cierta rabia que ciertos tratamientos estén disponibles en muchos países y aquí no. En otros países de nuestro entorno no ha ocurrido este deterioro durante la pandemia. Si nos comparamos con Italia y Francia, tenemos un problema de acceso que es difícil de discutir", ha argumentado.

Problemas con la fijación de precios

En la misma línea, el director general de Farmaindustria, Humberto Arnés, ha reconocido que "el procedimiento de fijación de precios es mejorable". "Tenemos que colaborar con la administración para que se produzca más agilidad", ha señalado.

Por ello, ha propuesto "abrir un procedimiento rápido para que aquellos medicamentos que suponen un gran salto puedan tener un rápido acceso para los pacientes". "Hay que revisar el proceso actual para introducir mayor agilidad y determinados criterios predecibles que hagan que podamos conseguir que el nivel de acceso sea similar al de los países con los que nos tenemos que comparar", ha insistido.

Arnés también ha expuesto que "los efectivos humanos" a la hora del análisis de la aprobación de medicamentos en la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), dependiente del Ministerio de Sanidad, también "son limitados".

"Eso ha repercutido en la capacidad de evaluar y negociar con los laboratorios los precios de los medicamentos, de ahí que reconozcamos que hay un atasco que solucionar", ha indicado.

A su juicio, la evaluación de medicamentos en España "en los últimos años se ha hecho más lenta que de lo que se venía haciendo", igual que existe "cierto atasco" en los informes de posicionamiento terapéutico, que tienen como objetivo realizar un análisis acerca del valor añadido de los nuevos medicamentos e informar sobre la "posición que el nuevo medicamento ocupa en comparación con otros medicamentos o medidas de salud ya existentes".

"Con más recursos humanos podría hacerse más rápidamente, pero es cierto que el propio procedimiento actual permite mejoras que le den más agilidad. Hoy el proceso de evaluación se hace de manera secuencial, eso demora el momento en el que se inicia esa fase de negociación para encontrar una solución en materia de precios", ha sostenido.

Así llega el medicamento a los pacientes

Tal y como ha narrado la directora del Departamento de Acceso de Farmaindustria, Isabel Pineros, el Estado es el encargado de fijar el precio de financiación de los medicamentos que se incluyen en la prestación pública, una vez negocia con la compañía farmacéutica titular del fármaco.

La decisión corresponde a la Comisión Interministerial de Precios de Medicamentos, adscrita al Ministerio de Sanidad y donde participan también representantes de los ministerios de Economía y Empresa; Industria, Comercio y Turismo; y Hacienda. Participan junto a ellos tres comunidades autónomas, quienes rotan semestralmente, de modo que todas las autonomías intervienen.

La compañía titular del medicamento, una vez aprobado por la Agencia Europea del Medicamento o por la AEMPS, presenta una solicitud de precio y reembolso ante la Dirección General de Cartera Básica de Servicios del Sistema Nacional de Salud y Farmacia.

Con la información incluida en el expediente que la compañía presenta acompañando su solicitud, la Subdirección General de Calidad de Medicamentos y Productos Sanitarios elabora un informe y un análisis sobre la solicitud presentada por la empresa farmacéutica. Entonces, la Comisión Interministerial de Precios dictamina sobre la financiación pública y el precio en cada caso sobre la base de ese informe. Un medicamento no se comercializa hasta que no se tiene una resolución de financiación.

Los criterios de financiación de un fármaco siguen una serie de criterios como gravedad, duración y secuelas de las patologías; necesidades específicas de ciertos colectivos; valor terapéutico y social del medicamento y beneficio clínico incremental teniendo en cuenta su relación coste-efectividad; racionalización del gasto público e impacto presupuestario; existencia de medicamentos u otras alternativas para las mismas enfermedades a menor precio; y grado de innovación del fármaco.