Ahora que el COVID-19 va quedando arrinconado en Galicia gracias a la campaña de vacunación, otros virus que habían desaparecido del mapa vuelven a recuperar posiciones, con especial incidencia entre los más pequeños. En las urgencias pediátricas de Vigo se están anotando estos días picos que no se recordaban desde hacía dos años, con casi 200 menores al día atendidos por afecciones respiratorias y gastrointestinales. Estos son algunos consejos a tener en cuenta para afrontar estas situaciones.
Prevención
Obviamente, lo ideal es evitar que los niños se contagien. Para esquivar ambos tipos de infecciones, respiratorias y gastrointestinales, es importantísima la higiene de manos, además de una correcta nutrición. La lactancia materna también contribuye.
Tratamiento
La ola gastrointestinal está causada por rotavirus, astrovirus y adenovirus, que provocan diarreas, deposiciones líquidas, vómitos y fiebre. Para tratarlos se utilizan soluciones de rehidratación oral, ya que el objetivo es rehabilitar el estado electrolítico y de nutrición del pequeño. Con estas soluciones el niño puede permanecer en casa sin necesidad de acudir a urgencias, siempre con el debido control médico. Eso sí, ya no se aplica la vieja sabiduría popular, que indicaba una vuelta progresiva a la dieta. Ahora, una vez rehidratado el crío, se recomienda volver a la alimentación sin restricciones.
¿Cuándo hay que acudir, entonces, a urgencias? En caso de vómitos continuos o sin necesidad de ingerir alimento, o si tienen sangre o un color verdoso o el niño está adormilado, con los ojos hundidos y alto de lágrima. También si las deposiciones son muy abundantes y líquidas.
Virus respiratorios
En cuanto a los virus respiratorios, las más preocupantes son las bronquiolitis, provocadas por el virus respiratorio sincitial (VRS). Es la infección del tracto respiratorio superior más frecuente en el lactante –menor de dos años– y suele ocasionar una alta demanda tanto en Primaria como en el hospital. Por supuesto, en Urgencias, pero también en planta e incluso en UCI. La más grave es en menores de un mes o en niños con comorbilidades.
Antes de la irrupción del COVID solía aparecer justo antes que la gripe en los adultos, a finales de octubre y principios de noviembre, con un pico en enero. Pero el SARS-CoV-2 ha desbaratado el calendario tradicional de virus. Así, a finales de este verano, con la relajación de las medidas, ya hubo un pico de bronquiolitis. El uso de la mascarilla contribuye a frenar los virus respiratorios en general.
