Eliminar las microalgas de la superficie del Mar Menor y al mismo tiempo oxigenar de forma artificial el agua cuando haya quedado limpia. La empresa andaluza Ocean Cleaner, con sede en el puerto de Santa María de Cádiz, ha querido poner su granito de arena para paliar el problema del crecimiento de biomasa en la laguna debido a la gran cantidad de nutrientes que tiene la columna de agua. Esta entidad está dedicada a la limpieza de vertidos flotante como aceites, hidrocarburos o microalgas, así como al filtrado de plásticos, microplásticos y cualquier basura marina flotante.

Tras conocer el grave episodio de mortandad de especies marinas el pasado verano en la laguna, los dirigentes de Ocean Cleaner se pusieron en contacto con la Comunidad para presentar un proyecto que ya habían practicado con éxito en otros ecosistemas marinas como en las aguas de Canarias. El objetivo, absorber el agua superficial de la laguna para filtrar las algas filamentosas o microalgas que crezcan a raíz del proceso de eutrofización que sufre el Mar Menor. "Podemos captar grandes cantidades de materia sólida y líquida que contamina un mar hasta medio metro de profundidad", señala Santiago Miranda, jefe del departamento Comercial y Desarrollo Sostenible de la empresa, "y retornar el agua al Mar Menor ya limpia". Una posibilidad que la empresa quiere encajar en el proyecto es la "alimentación" del agua con oxígeno de forma natural o artificial: "Intentaríamos evitar así cualquier proceso de anoxia que se puedan dar en las áreas que siempre están más afectadas".

El empresa, que quiere probar su tecnología en el Mar Menor al menos unos meses para comprobar su eficacia, ya tuvo una reunión virtual con técnicos de la Comunidad, quienes consultaron sobre su afección a los fondos marinos y la velocidad de trabajo por la laguna. Los expertos de la empresa propusieron realizar un seguimiento científico tras la limpieza para comprobar el impacto en el ecosistema y los resultados de la extracción.

Hace años la Comunidad empleó la famosa ‘araña finlandesa’ para la retirada de lodos y secos en la zonas someras de la laguna, un trabajo que el Instituto Español de Oceanografía cuestionó por su impacto en las praderas marinas. En este caso los técnicos se centraron durante la reunión en la necesidad de succionar la biomasa en descomposición en las zonas más profundas de la laguna o incluso en el lecho marino, sitios donde se han llegado a detectar ‘bolsas de clorofila’.

Reciclaje

Bajo la cubierta del barco se encuentran las máquinas capaces de absorber y separar por un lado los residuos sólidos y por otro los líquidos, permitiendo así el reciclaje de ambos desechos: "una empresa gestora autorizada se podría encargar de reciclar todo el material que recojamos diariamente", señala Miranda.

El proyecto, que también se abre a la investigación marina desde la embarcación para aprovechar las salidas al mar, llevó a cabo las labores de limpieza de biomasa acumulada en playas de Tenerife y Gran Canarias, donde fue necesario un ‘barrido’ de la superficie para filtrar el agua. "Fue tal el éxito que el Gobierno canario nos compró dos barcos", explica. Por lo pronto, la empresa espera poder usar su tecnología en la laguna.