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Mª del Mar Tomás Médico Microbióloga del Hospital de A Coruña; investigadora del Inibic

“Como madre y como científica apoyo la vacunación contra el COVID en los niños”

La doctora María del MarTomás, médico microbiólogadel Chuac e investigadora.

Granadina de origen, la doctora María del Mar Tomás Carmona es médico microbióloga del Hospital de A Coruña (Sergas) e investigadora del Instituto de Investigación Biomédica de A Coruña (Inibic). Es también portavoz de la Seimc (Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clinica). El servicio de Microbiología del Chuac, donde trabaja, fue el centro donde primero se detectó el SARS-CoV-2 en Galicia en marzo del pasado año.

–-Se habla ya de que entramos en fase endémica de COVID-19 y se hacen comparaciones con la gripe estacional, en el sentido de que deberemos asumir que haya algunos miles de muertos al año en España, como ocurre con la gripe común. ¿Es una comparación pertinente?

–El coronavirus es totalmente diferente al virus de la gripe. Afecta a nivel sistémico, a diferentes órganos, no solo al sistema respiratorio, sino también a nivel cerebral, vascular... Esta era la situación antes de las vacunas, que han protegido a los mayores de 70 años e inmunodeprimidos, y han disminuido la carga viral y la transmisión entre la población más joven. Si se sigue vacunando, en el futuro podría convertirse en un virus estacional. Pero quedan los menores de 12 años, y en ellos el virus se puede replicar. No podemos asumir que es totalmente igual que la gripe, ni que sea necesaria una vacuna anualmente, hasta ver cómo evoluciona la situación con las actuales vacunas, cómo las terceras dosis protegen a mayores de 70 e inmunodeprimidos, e incluso vacunar a menores de 12 años para evitar la expansión del virus, que puede provocar replicación y mutaciones.

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–-¿Se pudo haber apostado por la eliminación del virus, dejarlo en niveles de transmisión muy bajos, como el sarampión, que es altamente contagioso pero solo da problemas en brotes aislados? El virólogo Miguel Ángel Jiménez Clavero dice que hay que intentar erradicarlo, aunque se tarde décadas.

–Es un debate complicado. El SARS-CoV-2 tiene tal porcentaje de pacientes asintomáticos que puede circular sin llegar a detectarse. Es lo que está ocurriendo gracias a las vacunas: no hay un incremento alarmante de casos en el hospital ni a nivel ambulatorio. La detección ha bajado mucho con la vacuna, solo te haces el test cuando tienes síntomas. Erradicarlo en esta fase hubiera sido complicado. Sí creo que la tendencia será a casos puntuales sintomáticos. Con el sarampión, como tiene otra sintomatología, puedes localizar dónde está el brote.

“En el momento actual, es posible que las mutaciones lleven a la desaparición del virus”

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–¿Ha llegado este coronavirus a un callejón sin salida evolutivo, no va a poder eludir ya las vacunas?

–Es probable. Como tiene pocas proteínas siempre muta en la misma, que es la de la espícula, y llega un momento que el número de mutaciones hará que no se pueda replicar con la misma capacidad. Puede que llegue un momento en que no tenga capacidad para transmitirse. España ha actuado bien al tener una alta cobertura vacunal, seguir con las medidas preventivas hasta proteger a los menores de 12 años y así llevar una vida más adecuada. Si hubiéramos eliminado las restricciones con un 50% de cobertura vacunal, probablemente el virus hubiera tenido mucha más capacidad para replicar y hubiera habido mutantes más peligrosos. En el momento actual, es posible que las mutaciones lleven a la desaparición del virus. El tiempo lo dirá.

–Están empezando a entrar otros virus: respiratorio sincitial (VRS), rotavirus, gripe... Parece que el SARS-CoV-2 va dejando espacio, pero, ¿existe la posibilidad de un colapso sanitario este invierno por la confluencia de todos estos virus?

–En principio, todo indica que no tendría que producirse, por la alta cobertura vacunal, pero se nota que el coronavirus ha perdido capacidad de expansión porque están apareciendo otros virus. Lo natural es que, en el futuro, cuando pase este otoño-invierno, se vayan eliminando las mascarillas, porque tenemos que inmunizarnos a otros virus, que siempre han sido estacionales. Veremos en el futuro el momento idóneo para quitar las mascarillas, probablemente cuando la incidencia sea muy baja y tengamos vacunados a la mayoría de los niños menores de 12 años.

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–Eso le iba a preguntar, como microbióloga y como madre: ¿vacunaría a sus hijos menores de 12 años, como ya se comenzará en unos días en Estados Unidos?

–Como madre y como científica apoyo la vacuna en los niños. En ellos el virus replica independientemente de la sintomatología que tengan, y desconocemos su potencial en menores de 12 años. En determinados casos, como el de las embarazadas, ha habido que vacunarlas de forma urgente. Tenemos que evitar sustos en los niños, no dejar que el virus replique en ellos. Además, si quieres viajar no vas a tener la seguridad de que tus niños no van a estar en contacto con determinados mutantes que les estamos dejando a ellos.

–Otra de las incógnitas de futuro es el COVID persistente. Se cree que el virus puede “acantonarse” y quedar latente en partes del cuerpo, como hacen otros, o bien se trata de una enfermedad autoinmune.

–Se investigan ambas vías. Por una parte, se habla de reservorios del virus, y por ello las vacunas protegerían también contra el COVID persistente. Por otra parte, es posible que haya una respuesta autoinmune y que, si ya te has infectado, posteriormente el cuerpo desarrolla unos anticuerpos que hacen daño a tu propio organismo. Aunque tengas una infección asintomática o leve, no se puede descartar que con el tiempo puedas desarrollar sintomatología.

–Uno de sus campos de investigación son las bacterias resistentes a los antibióticos, una pandemia silenciosa. ¿Llegará un momento en que cause una alarma mundial como el COVID-19?

–La mayoría son infecciones en el hospital y en pacientes mayores de 70 años. Los menores de 70 y sin comorbilidades las tienen con menor frecuencia, excepto las infecciones de transmisión sexual: empieza a haber gonococos y otro tipo de infecciones resistentes a los antibióticos. Hemos visto pacientes con fibrosis quística en los que hemos tenido que recurrir a terapias como los fagos, que son virus que lisan [destruyen] bacterias. Cuando estas bacterias actúen en todos los grupos de edad nos daremos cuenta de que estamos ante un problema importantísimo. Llegarás al hospital y no habrá tratamiento. Se están planteando unidades especializadas para tratar este tipo de bacterias. A nivel nacional se ha creado una red de detección precoz de patógenos resistentes. Con una detección precoz y un tratamiento específico y personalizado sí que podremos afrontar mejor el problema de la resistencia antimicrobiana. Si no, es posible que en el futuro tengamos problemas en todos los grupos de edad.

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