El volcán de La Palma hace y deshace a su antojo. Empezó destruyendo todo lo que había a su oeste hasta acabar con el pueblo Todoque. Luego se dirigió al sur para formar una fajana (delta) en el mar. Después arrasó con todo lo que había al norte, llevándose por delante el polígono industrial de Los Llanos de Aridane hasta pararse frente a la iglesia de La Laguna, barrio al que casi ha hecho desaparecer. Y, por último, se ha vuelto a activar por el flanco meridional, engullendo las casas que aún quedaba en pie en Todoque. Durante las últimas horas, la lava ha seguido avanzando por este apéndice hasta sepultar una cooperativa de plátanos y amenazar a la pequeña localidad turística de Las Norias, que anoche se encontraba en el punto de mira de este nuevo frente creado al sur.

Esta ramificación formada durante la madrugada del pasado jueves llegó a caminar en un principio a unos 300 metros por hora, derruyendo más de una treintena de casas que aún quedaban del barrio de Todoque. El avance se ralentizó con la presencia de los inmuebles, que obstaculizaron su camino, pero ello no impidió que siguiera sepultando a un menor ritmo todo el paisaje que se había librado de las coladas primigenia y de la denominada número 9, aquella que se detuvo sobre las plantaciones de plataneras de la isla baja de Las Hoyas, situada a escasa distancia del mar.

El gran aporte de lava que este frente tenía por detrás hizo que en cuestión de 24 horas consiguiera avanzar casi un kilómetro hasta destruir aproximadamente un centenar de edificios y enterrar a primera hora de ayer la Cooperativa Covalle, dejando sin almacén a sus 350 socios y sin trabajo a sus 40 empleados. “Lucharemos y trabajaremos por seguir siendo una gran empresa, referente de nuestra isla y nuestro Valle. Resurgiremos”, indicó la cooperativa en un comunicado.