La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), solicitó ayer “tranquilidad” y “cautela” ante la decisión de los países nórdicos de suspender la vacunación con Moderna por miocarditis o periocarditis porque lo han hecho en base a resultados aún preliminares de un estudio.

La agencia reguladora española ha emitido un comunicado para lanzar un “mensaje de tranquilidad” tras la repercusión que ha tenido la decisión de las autoridades sanitarias de Suecia, Finlandia, Dinamarca y Noruega de paralizar la administración de Spikevax por la posible aparición de casos de inflamación cardíaca.

Unos efectos adversos que, recuerda la AEMPS, ya estaban descritos en la ficha técnica y prospecto del antídoto de Moderna y también los de Pfizer como una reacción “cuya frecuencia de aparición es muy baja”.

En concreto, Suecia y Finlandia la supendieron menores de 30 años y Dinamarca y Noruega en menores de 18 como medida de precaución después de conocer los resultados preliminares de un estudio epidemiológico realizado en estos cuatro países nórdicos.

Se trata, precisa la AEMPS, de resultados preliminares que confirman “lo conocido hasta el momento sobre la posible aparición de miocarditis y/o pericarditis” después de la administración de vacunas de ARNm y que podrían ser más frecuentes en la de Moderna.

“Los resultados del estudio epidemiológico mencionado anteriormente no son definitivos, por lo que su interpretación se debe de hacer con la necesaria cautela”, urge la agencia. Ante todo ello, las autoridades sanitarias españolas invitan a los profesionales sanitarios y a los ciudadanos estar atentos a la posible aparición de síntomas indicativos o sospecha de un diagnóstico de miocarditis y/o pericarditis.

Efecto adverso de AstraZeneca

Por otra parte, España registró hasta el pasado 26 de septiembre 17 casos de trombocitopenia inmune (TPI) entre diez millones de vacunas administradas de AstraZeneca, sin que ninguno de ellos haya fallecido.

Este efecto adverso constará en el prospecto del medicamento desde que el Comité para la Evaluación de Riesgos en Farmacovigilancia (PRAC) de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA).