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¿Hay que vacunar a los niños?

Los expertos piden esperar al dictamen de las agencias reguladoras | El grupo entre 6 y 11 años tiene más probabilidades

Niños en un aula escolar. | // E.P.

La pregunta de si hay que vacunar a los niños menores de 12 años no tiene, al menos por el momento, una respuesta binaria, sí o no. Los epidemiólogos, virólogos y pediatras apuntan una serie de incertidumbres y reconocen que el beneficio de la inyección para los menores de 12 años es marginal, puesto que –en términos generales– muy pocas veces enferman gravemente y casi nunca fallecen. Por otro lado, los efectos adversos de las vacunas son extremadamente infrecuentes, pero no son cero. Por ello abogan por completar los ensayos clínicos, esperar el dictamen de las agencias reguladoras –la EMA europea y la FDA estadounidense– y estar listos para iniciar el proceso. Comunidades como Galicia y Madrid ya han anunciado que lo preparan. Estas son algunas de las cuestiones y datos que plantean los científicos:

Primeros resultados de los ensayos.

Pfizer y BioNTech anunciaron el pasado lunes los resultados de un ensayo de la vacuna de fase 2/3 que muestra un perfil de seguridad favorable y respuestas sólidas de anticuerpos neutralizantes en niños de 5 a 11 años. La dosis administrada fue de 10 ug, un tercio de la dosis de 30 ug utilizada para personas de 12 años o más. Al igual que los adultos, les fueron inoculadas con 21 días de diferencia. Las respuestas de anticuerpos en los participantes que recibieron dosis de 10 ug fueron comparables a las registradas en un estudio anterior de Pfizer-BioNTech en personas de 16 a 25 años de edad inmunizadas con dosis de 30 ug.

Los menores de 12 años lideran la incidencia.

Los menores de 12 años constituyen el grupo de edad que tiene, con diferencia, la mayor incidencia de COVID-19 de todos los grupos de edad en España. No porque el coronavirus haya mutado y sea más virulento para ellos, sino porque son los únicos que quedan susceptibles, al no estar vacunados.

¿Qué beneficio directo tiene la vacuna para el niño?

Federico Martinón, jefe de Pediatría del Hospital Clínico de Santiago y experto en vacunas que trabaja con la OMS y el Servicio Galego de Saúde (Sergas), reconoce que el beneficio directo que esta vacuna puede tener para el niño es muy limitado. “Ya lo es también en el niño mayor de 12 años”, admite. Argumenta que podría ser un argumento a favor de la vacunación en ese grupo de edad el síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico (MIS-C, por sus siglas en inglés). Se trata de un cuadro poco frecuente, pero grave, que se produce fundamentalmente después de los 10 años. “No lo vemos por debajo de esa edad, y la carga de enfermedad en el niño menor de 10 años es baja, afortunadamente”, apunta Martinón, que dirige el ensayo del Sergas de la vacuna de Pfizer-BioNTech para menores de 12 años, que involucra a 55 niños sanos.

Riesgo muy bajo, pero no cero.

Juan Jesús Gestal Otero, profesor emérito de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Santiago de Compostela, precisa que “los beneficios individuales de vacunarles pudieran considerarse poco relevantes por su menor riesgo de enfermar gravemente, pero no riesgo cero”. Destaca que, con datos del 1 de septiembre, desde el inicio de la pandemia, enfermaron en España 341.664 niños de 0-a 9 años (7,4% del total de casos), 3.021 fueron hospitalizados, 170 acabaron en la UCI y 16 fallecieron.

¿Hay que diferenciar por edades dentro del grupo de 0 a 11 años?

Los expertos señalan que sí. Como se ha apuntado anteriormente, hay cuadros, como el síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico, que no se dan en niños más pequeños. El pediatra y vicepresidente de la Asociación Española de Vacunología, Fernando Moraga Llop, ha señalado que este grupo etario se divide en dos subgrupos, los de 6 a 11 años y los de 6 meses a 5 años.

¿Qué dicen los médicos?

Gestal apunta que “existe consenso de la comunidad médica internacional a favor de vacunar a los niños de 6 a 11 años, como revela la reciente encuesta de la consultora Kantar, que ha preguntado a más de 1.200 profesionales de la medicina de Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, España, Italia y Francia. Más dudas suscita la vacunación de los menores de 6 años”, subraya el epidemiólogo gallego.

¿Hay que vacunar a los niños para frenar los contagios?

Este es uno de los aspectos más discutidos. Ignacio López-Goñi, catedrático de Microbiología de la Universidad de Navarra, ha escrito en su premiado blog MicroBIO que “hay poca evidencia de que los niños hayan sido grandes transmisores del virus, de que hayan generado grandes brotes. Los centros educativos estuvieron abiertos, incluso cuando no había vacunas, y no parece que haya habido un colapso del sistema por grandes epidemias en los colegios”. Sin embargo, López-Goñi insta a vigilar de cerca la incidencia en los menores de 12 años ante la presencia de variantes más transmisibles, como la delta. “El virus se mueve donde le dejamos, principalmente en los no vacunados”, advierte el microbiólogo.

¿Hay que vacunarles para alcanzar la inmunidad de grupo?

El epidemiólogo Juan Jesús Gestal recalca que “para la comunidad sí tiene mucha importancia vacunar a los niños”, dado que el grupo etario de 6 a 11 años “supone el 11% de la población, necesario para alcanzar el 90% de población inmune, donde se sitúa ahora la inmunidad de grupo”. Gestal matiza que hay dudas sobre cuál pueda ser el porcentaje de inmunidad de grupo para este virus. Puede incluso que no exista dicho umbral. Aunque no existiera, la vacunación lograría “evitar que el virus se refugie en ellos y pueda generar nuevas variantes peligrosas, o que infecten a vulnerables, como niños en riesgo o abuelos ya vacunados”.

¿Se debe priorizar completar la vacunación de los adultos en otros países?

Es una de las cuestiones más determinantes. Federico Martinón recalca que “en un control global de la pandemia, antes de administrar la primera dosis a niños pequeños debemos asegurarnos de que reciben la primera y segunda dosis todos los grupos vulnerables allí donde estén, independientemente de su país de origen”. Esto es algo que se debe plantear, recalca, “también egoístamente, si tenemos en cuenta que algunos de esos países se pueden constituir en fábricas de nuevas variantes virales de interés”. Gestal coincide en este punto: los adultos de los países con baja proporción de población vacunada son los que pueden servir como reservorio y dar lugar a nuevas variantes, y esto “inclina la balanza a favor de emplear la vacuna para inmunizar a los adultos vulnerables de países con bajas tasas de vacunados”. En cualquier caso, si se ofrece la vacuna anti-COVID a niños, rechazarla no significará que llegue a países en vías de desarollo, advierte Federico Martinón.

¿No es mejor la inmunidad natural?

López-Goñi apunta en su blog la teoría según la cual “la exposición natural en edades tempranas a este virus que causa escasa patología [en niños] puede estimular el sistema inmune de manera que suponga una ventaja frente a exposiciones futuras a este o a otros coronavirus en la edad adulta, en la que la enfermedad es mucho más grave”. Otros expertos recalcan que no conviene correr ese riesgo por la posibilidad de padecer COVID persistente, que también afecta a los niños.

¿Qué otras ventajas tiene vacunar a los niños?

Martinón afirma que el argumento más objetivo a favor de vacunar a los niños es ayudarles a tener una vida plena: “Podrán socializar, viajar como cualquier persona y no van a tener que hacer cuarentenas”. Gestal añade que al vacunar a los niños se evitará el cierre de aulas escolares y el absentismo laboral de los padres en caso de que tengan que aislarse.

¿Qué hacer, entonces?

Juan Gestal aboga por “esperar y ver qué pasa antes de decidir. Este tiempo nos lo van a dar las agencias reguladoras en tanto toman sus decisiones”, recuerda. Federico Martinón, por su parte, se muestra partidario de “completar el desarrollo clínico de esta vacuna para tener las mismas garantías si llega el momento de utilizarla”. Sugiere que se debería aprovechar el momentum para introducir en los calendarios otras vacunas: la del papiloma –también a varones–, meningococo B, meningococo ACWY, rotavirus... “Son enfermedades que sí tienen una carga de enfermedad significativa en la edad pediátrica y que no están en el calendario sistemático. El momento de incluirlas es ahora, antes de la vacunación COVID”, recomienda.

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