Desde el año 1997 no se recordaban unas inundaciones por tormenta tan importantes y con tantos daños materiales como las que ha dejado el temporal en Almendralejo, la comarca de Tierra de Barros y varias localidades de la provincia de Badajoz. Han sido muchos los puntos afectados, pero en Almendralejo se vivieron en la noche de miércoles a jueves y durante toda la mañana del jueves momentos de máxima tensión, incertidumbre y, por momentos, miedo.  

Una llamada a las siete de la mañana de la policía local a los compañeros de la prensa local vaticinaba los acontecimientos. "Pedid por los medios y redes sociales que se eviten desplazamientos, salir de casa y que no vayan los niños al colegio en la medida de los posible". Posiblemente, esa primera maniobra evitó un caos circulatorio mayor, pues lo peor se produjo entre las nueve y diez de la mañana.  

Había llovido con una intensidad atroz durante toda la madrugada. Inusual. Los bidones de una aceitunera próxima a la rotonda de Los Pozuelos, cerca de la rotonda de Minusbarros y al lado de la avenida de A Rúa, indicaban que el agua empezaría a arrastrar con todo. A los pocos minutos, decenas de estos bidones de aceitunas flotaban sobre un río de agua en la zona del polígono industrial. Acto seguido, el 112 alertaba de la situación de riesgo por las intensas lluvias y, poco después, la Dirección General de Tráfico informaba a nivel nacional del corte de la autovía A-66, en un tramo comprendido entre Almendralejo y Villafranca de los Barros, donde muchos vehículos estuvieron horas paralizados.  

Poco después, las grandes avenidas y principales carreteras que conectan a Almendralejo con localidades próximas comenzaron a inundarse. Quedaron cortadas las carreteras hacia Solana de los Barros y Aceuchal. En esta localidad la tromba de agua generó muchos daños materiales y su ayuntamiento decidió suspender las clases en los colegios. En dirección Badajoz, algunos conductores tardaron casi tres horas en llegar a sus puntos de trabajo.  

Pero las imágenes más impactantes se concentraron en la avenida de la Paz, la principal arteria social y de hostelería de Almendralejo. Históricamente, esta avenida había estado sacudida de riadas e inundaciones por un problema subterráneo que quedó solucionado en el año 2000. De hecho, hacía 24 años que no se producía una estampa de riada similar en esta avenida. Coches y contenedores flotando, sillas y mesas de veladores arrinconándose donde el agua tenía más volumen. Vídeos y fotos corriendo como la pólvora en redes sociales. Y cientos de historias que contar. Pocas buenas. 

Bidones de aceituna flotando.

Los negocios situados en las zonas más céntricas de la ciudad, avenida de la Paz y avenida López de Ayala, muchos de ellos con semisótanos, se fueron inundando y dejando escalofriantes imágenes de trabajadores achicando agua a destajo. Los bomberos tuvieron que actuar para rescatar a varias personas del interior de los coches, algunos de ellos menores, y a otras personas que habían quedado atrapadas por el agua en caminos rurales.  

La mayoría de familias decidió no llevar a sus hijos a los colegios al ver en las redes sociales el caos circulatorio que se estaba generando. El alcalde de Almendralejo, José María Ramírez, anunció a mediodía que se había activado el plan especial de Protección Civil contra inundaciones. El ayuntamiento celebró una junta de gobierno extraordinaria y decretó el cierre de parques y polideportivos.  

El estadio Francisco de la Hera de Almendralejo también sufrió números daños, con vestuarios y salas anegadas y una sala de prensa, que estaba totalmente nueva, destrozada por el agua. 

Los cuerpos de policía, bomberos y Cruz Roja vieron reforzados de inmediato sus plantillas para poder atender a todas las incidencias. Las llamadas pidiendo ayuda se multiplicaron y se generó el caos en toda la ciudad.  

Pasadas las tres de la tarde, todo empezó a recobrar una cierta normalidad, al menos en cuanto a la circulación se refiere. Pero quizá a Almendralejo y los pueblos de la comarca que han sufrido esta tormenta de agua le quedan días o semanas para recuperarse. No en vano hubo zonas anegadas en Zafra, Mérida y Villafranca de los Barros con repetidas actuaciones de los bomberos en sótanos, garajes y establecimientos comerciales.

Entrada al estadio Francisco de la Hera.

 Según la Agencia Estatal de Meteorologíahasta las tres de la tarde este jueves habían caído 88,4 litros por metro cuadrado en Zafra; 81,6 en Mérida, 66,4 en Almendralejo, y 58,4 en Puebla de Obando, lo que las ha situado entre las diez más lluviosas de España.

La Dirección General de Tráfico informó de que el corte de carreteras llegó a ser total en la A-66 entre el kilómetro 666 y 648, en ambos sentidos; así como en la N-630, desde el kilómetro 639, en Torremejía, al 657, en Villafranca de los Barros, también en ambos sentidos, y la autovía A-5 entre el kilómetros 347 y el 354.

Hacia el Oeste

La tormenta se dirige de este a oeste, por lo que las zonas afectadas serían Don Benito y Villanueva de la Serena y el este de la provincia de Cáceres. De hecho, la alerta amarilla por lluvias y tormentas permanecerá activa hasta las 11.00 horas de este viernes, donde se prevén chubascos que pueden ser fuertes y con tormenta en el este y norte de la región.

Ante esta situación, ayuntamientos como el de Plasencia han cerrado al público los parques de La Isla y Los Pinos, así como los paseos fluviales por razones de seguridad.