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Volcán en La Palma

La erupción paraliza la cosecha del 15% del plátano de Canarias

Los cultivadores calculan que se perderán 1,3 millones de kilos de fruta cada semana | El parón agrícola afecta a 300 hectáreas

La erupción paraliza la cosecha del 15% del plátano de Canarias.

El volcán de La Palma se ha convertido en una estocada para el motor económico de la Isla. El sector del plátano, que ya el pasado mes de agosto vio cómo el incendio de El Paso y la posterior ola de calor afectaba de manera notable a las plantaciones, calcula que se perderá aproximadamente el 15% de la producción semanal de la fruta de todo el Archipiélago, 1,3 millones de kilos de los ocho millones que se cosechan durante esta época en toda Canarias. Las fincas que se encuentran paradas, tanto por el paso de la lava como por el perímetro de seguridad que impide acceder a trabajarlas, ascienden a entre 300 hectáreas de plátano y un centenar entre viñedos y aguacates. Pese a ello, no esperan que la exportación a Península se vea afectada.

Luis López, de Cooperativas Unidas de La Palma (Cupalma), afirmó este martes que el principal problema al que se enfrentan es la incertidumbre. "No sabemos cuánto va a durar el parón agrícola, si será un mes, dos meses, no sabemos cuándo volveremos a trabajar", apuntó López, quien recalcó que el plátano supone el 70% del empleo de Los Llanos de Aridane. El problema con el que se están encontrado es que el amplio perímetro desalojado impide que se pueda trabajar en unas 300 hectáreas de terrenos situadas cerca de la costa. El cálculo realizado apunta a que más de un millón de kilos desaparecerán debajo de la colada o se perderán, al no poder ser recolectados.

"La fruta se tiene que cortar semanalmente, porque si no se pierde la cosecha, y hay mucha gente que no puede recogerla o regar, porque se ha cortado el suministro de agua", se queja el presidente de la Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias (Asprocan), Emilio Martín, en declaraciones a Efe. Advirtió de que se está poniendo en riesgo "una producción no inferior a los 20 millones de kilos" porque se trata de "una de las zona más productivas y amplias de toda Canarias», además del suelo más caro para la plantación de plataneras. Martín no cree que el impacto de la erupción se traduzca en un aumento de los precios, porque «venimos de semanas de muchísima producción".

Hacer frente a la demanda

Laura Brito, gerente de Cooperativa Volcán de San Juan, explicó en este sentido que tampoco se verán afectadas las exportaciones a la Península, principal mercado del plátano palmero. "Tenemos Los Sauces, Puntallana, Las Breñas, que sí que tienen plátano, y el sur de Tenerife" para hacer frente a la demanda. "Pero para nosotros era la época de cortar ahora mismo, en la zona de El Remo y Puertos Naos. Esto va a suponer grandes pérdidas, no sé cuantos millones de kilos, pero bastantes", apostilló.

Brito indicó que desde su cooperativa se está cortando la fruta en las parcelas que, según la evolución del volcán, se puedan ver afectadas por el parón agrícola. "Ahora mismo estamos trabajando normal, con algunos cortes de luz e intentando sacar todo lo que podamos", declaró la gerente de Cooperativa Volcán de San Juan, que, sin embargo, no descarta tener que abandonar la empaquetadora debido a su cercanía a la lava y los gases.

La gerente de la cooperativa incidió en el daño que está haciendo el volcán a la economía del valle de Aridane. "Es catastrófico", aseveró. "La gran mayoría de la gente vive del plátano y todo esto es una cadena, vendedores de productos de abono, transportistas, cosechadores… y desde que se rompe un eslabón, se rompe todo", explicó. "Y además no sabemos cuando va a terminar".

Esa incertidumbre es la que está haciendo mella en los productores del plátano. Andrés Almeida tiene dos plantaciones dentro del perímetro al que no se puede entrar por la acción del volcán. "¿Qué será de nosotros?", preguntó. "¿Turismo? Qué turismo. Nosotros no nos podemos ir. Yo no tengo nada más, no tengo casa en Tenerife ni en la Península. Aquí está mi vida y aquí es donde quiero morir", dijo mientras departía en la Cafetería Europlátano, junto al también cosechero Jorge Camacho. Este último tiene dos fanegadas de plátanos sin poder recolectar. Mientras tanto, sigue recogiendo la fruta en el resto de fincas donde trabaja.

Por la cabeza también ronda qué pasará en el futuro con esos terrenos. Andrés Almeida pone un halo de esperanza entre tanta desgracia. "El volcán de San Juan (de 1949) pasó por mi finca, que está encima de restos de lava". Se consiguió porque "en su día se trabajó, se hizo una finca nueva con tierra", agregó. Lo que se denomina sorribar un terreno, acondicionarlo para el cultivo. Pero ello conlleva grandes gastos. Luis López, de Cupalma, apuntó que esas parcelas no se podrán recuperar a corto plazo. "Tiene que pasar mucho tiempo para que vuelvan a ser productivas de nuevo".

Mientras tanto, los productores tendrán que sobrevivir con las ayudas públicas e indemnizaciones que den los seguros. En este sentido, Laura Brito señaló que hay algunas plataneras que vivirán otra incertidumbre más. "Aquellas por las que pase la lava, las pólizas podrán hacer algo por ellas; pero a las que no les afecte de manera directa el volcán se pueden acceder, que no pueden cortar la fruta, se quedan en un limbo porque no lo cubren los seguros, es un daño colateral".

El Gobierno trabaja para dar apoyo a los agricultores

La consejera de Agricultura, Ganadería y Pesca del Gobierno de Canarias, Alicia Vanoostende, afirmó ayer que ya se está trabajando en medidas económicas para aquellos agricultores que se hayan visto afectados. Vanoostende lamentó en una entrevista con Efe que ya son muchas las explotaciones plataneras afectadas, pero preocupa sobre todo una franja de unas 300 hectáreas al nivel del mar, el suelo agrícola más caro de Canarias. La consejera anunció que se planteará en el comité científico de la tarde de ayer la posibilidad de que los agricultores puedan acceder a sus fincas ahora que la colada ha perdido la velocidad y se ha ido laminando, aunque reconoce que el principal problema es que «los técnicos no saben cómo se va a ir moviendo por el territorio» y saber la dirección de la lava es fundamental. «Es muy prematuro y no queremos generar falsas expectativas», dijo Vanoostende en relación a las previsiones del Gobierno canario de cómo acabará afectando esto finalmente. «La casa donde mis hijos y yo hemos crecido está relativamente cerca de la zona de la erupción», explicó la consejera, natural de La Palma, que reconoció que tiene «muchos amigos muy preocupados» y pidió a los palmeros «hacer un esfuerzo para salir hacia adelante». | Efe


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