La adhesión a la vacuna continúa aumentando en España. De mayo a julio, el número de personas dispuestas a vacunarse pasó del 85% al 93% (cifra que incluye a los ya vacunados). Así lo revela la séptima ronda del estudio Cosmo-Spain, impulsado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y que realiza el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), en la que han participado mil ciudadanos mayores de 18 años, con una distribución similar por sexos. Asimismo, el estudio revela que aumenta ligeramente la denominada fatiga pandémica y la preocupación por las nuevas variantes, mientras que se mantiene la frecuencia de búsqueda de información sobre la pandemia.

Esta nueva ronda también muestra un incremento en el porcentaje de encuestados que aseguran que vacunarían seguro a sus hijos si hubiera una vacuna contra el COVID-19 recomendada para ellos –71% frente al 65% de la anterior ronda–. Por otra parte, entre los encuestados que dicen no querer vacunarse, desciende el porcentaje de quienes indican que les falta información para decidir –del 56% en la ronda anterior al 40% en esta– y de quienes alegan que puede tener riesgos para su salud –del 50% al 45% en esta–. Por otra parte, aumentan quienes argumentan que la vacuna no será eficaz (del 15% al 27% en esta), quienes no creen en las vacunas (13% respecto a 9% en la ronda anterior) y los que creen que tienen pocas probabilidades de contagiarse (15% frente al 9% en la ronda anterior).

El estudio también analiza otros aspectos relevantes relacionados con la vacunación como la información recibida sobre la vacuna y la satisfacción con el proceso de vacunación. La satisfacción es adecuada para todos los aspectos evaluados, aunque hay un ligero descenso respecto a la ronda anterior en todas las preguntas. La satisfacción es muy alta (superior a 4 en una escala con rango entre 1, poco satisfecho, y 5, muy satisfecho) para “el tiempo de espera hasta la citación”, “el método de citación”, “el acceso al lugar de la vacunación y “el tiempo de espera en el sitio de la vacunación”. La información recibida durante la vacunación sigue siendo el ítem que peor valoración obtiene (3,7 sobre 5).

Mientras que la sensación de que el virus se está propagando rápido pasa del 43% en la ronda anterior a un 77% en esta, la preocupación por el coronavirus aumenta muy poco, solo un 1% más de los encuestados (el 49%) indican que el coronavirus/COVID-19 les preocupa mucho/muchísimo. Aumenta, eso sí, la preocupación por las nuevas variantes y la preocupación por la salud física y mental. No varía el sentimiento de depresión (el 36% de los encuestados manifiestan sentirse deprimidos) y desciende, también ligeramente, el sentimiento de miedo al 39%. También la percepción de gravedad de la enfermedad sigue bajando y solo el 27% de los participantes considera que la enfermedad sería grave o muy grave en caso de contagiarse.

La fatiga pandémica aumenta ligeramente en casi todos los indicadores excepto en las afirmaciones más mencionadas “estoy cansado de los debates sobre la COVID-19” y “estoy harto de oír hablar de COVID-19” que siguen en descenso. Asimismo, aumenta la búsqueda de información con respecto a las dos rondas anteriores y casi un tercio de la población indica que consulta la información sobre el coronavirus varias veces al día.

Por primera, el estudio se interesó por los planes de cara al verano. El 63% responde que se quedará en casa. Entre los que dicen que se irán de viaje, el 72% asegura que viajará fuera de su provincia o comunidad autónoma y el 79% que lo hará solo o con su unidad familiar, un 17% dice que se alojarán con otros grupos familiares y un 14% con un grupo de amigos.

Dosis de refuerzo

Una encuesta realizada por Ipsos en colaboración con el Fondo Económico Mundial a ciudadanos de 13 países revela que el 73% de los españoles afirman que se pondrían una dosis de refuerzo si estuviese disponible. España se posiciona así como el segundo país europeo más favorable a recibir una nueva dosis, solo por detrás del Reino Unido (82%). Por detrás se sitúan Alemania y Francia, con un 70% cada una, mientras que Italia ocuparía el último puesto de los países analizados en este estudio. En cuanto a la segmentación por edades, se observa como en muchos países el apoyo a esta dosis de refuerzo es mayor entre la población mayor (55-74 años) y que en España, aunque la tendencia es la misma, no se observa tanta diferencia por edades, encontrando un fuerte consenso entre todas las franjas etarias. De esta forma, entre la franja de edad de 55 a 74 años, el apoyo a la dosis de refuerzo es de un 78%, entre los de 35-54 años, de un 73% y entre los menores de 35, un 68%.

Aunque el debate ya está dentro de la opinión pública, los datos también señalan que antes de optar a recibir una dosis de refuerzo, la población mundial prefiere esperar a que primero se inmunice por completo a todos los colectivos. Destaca el dato de España, donde un 74% de su población manifiesta que el objetivo prioritario es primero inmunizar y luego reforzar. Por detrás se sitúan Reino Unido (73%), Alemania (71%), Italia (67%) y Francia (56%). En este sentido hay un consenso global entre rangos de edad y de género, siendo la excepción Francia y Estados Unidos, donde los hombres muestran un mayor apoyo a esta estrategia.