El joven de 20 años que denunció una agresión homófoba en el madrileño barrio de Malasaña por parte de ocho encapuchados confesó el miércoles a la policía que se inventó el ataque. Que lo dicho en su primera denuncia y que ha causado un tsunami político en España sobre los delitos de odio, es falsa. En una segunda declaración ante los investigadores, admitió que lo que había denunciado hace días como agresión, con el resultado de heridas en el labio y el tatuaje supuestamente forzado en el glúteo con un cúter de la palabra “maricón”, fue en realidad fruto de una relación sadomasoquista consentida, en un piso, con otras dos personas. El joven terminó confesando que “se le había ido de las manos” y que su intención era solo “tapar” una infidelidad a su pareja.

Tras su declaración en la Policía Nacional, el hombre se trasladó a su domicilio. Allí señaló : “No quiero hablar con nadie, lo único que quiero es que me trague la tierra», según recoge Telecinco.

En su primera declaración en sede policial, el joven aseguró que ocho encapuchados le habían asaltado en la puerta de su casa en Malasaña después de las 17:00 horas de la tarde del domingo 5 septiembre. En esa versión, sostuvo que los supuestos agresores entraron tras él en su portal, vestidos con sudaderas y pasamontañas, y que le cortaron el labio inferior mientras le llamaban “maricón”, “asqueroso” y “comemierda”, además de tatuarle contra su voluntad.

Sin embargo la investigación de la Policía Nacional ha revelado que la supuesta agresión no había quedado registrada en ninguna cámara de seguridad de los comercios y locales cercanos. Tampoco en las cámaras de las bocas de metro más próximas. Los agentes interrogaron a decenas de vecinos que estaban en la zona. Ninguno había visto ni oído nada, una circunstancia que ha llevado a las Fuerzas de seguridad a perseverar en los interrogatorios a quien había sido hipotéticamente agredido.

La dificultad para ratificar esa versión tras varias pesquisas llevó a la policía a repetir el interrogatorio al denunciante. Y terminó confesando que su denuncia era falsa.

Ahora será la Fiscalía quien decida si imputa al varón de 20 años por simulación de delito. La simulación de delito, tipificada en el artículo 457 del Código Penal, contempla una multa de seis a doce meses de cárcel para la persona que, ante algún funcionario, “simulare ser responsable o víctima de una infracción penal o denunciare una inexistente, provocando actuaciones procesales”.

La Policía Nacional también se pondrá en contacto con las otras dos personas participantes en el acto sexual para corroborar la versión del joven y si las heridas de verdad fueron consentidas.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mostró ayer su cariño al colectivo LGTBI tras la “denuncia falsa” que se conoció por parte de un joven en Madrid que había denunciado una grave agresión homófoba, y avisó de que este hecho no puede impedir ver “la realidad que sufren”, por el incremento de delitos de odio. También reiteró el compromiso del Gobierno “de seguir poniendo encima de la mesa medidas e instrumentos para frenar ese incremento, por desgracia, de delitos de odio” que se está produciendo, y “del que la sociedad española es testigo”.